Este lunes 20, coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado, están convocadas movilizaciones por toda la Bahía de Cádiz y el resto del país para demandar un cambio de rumbo que “frene la violación” de derechos de las personas migrantes y refugiadas y exigir el cumplimiento de los tratados internacionales y la defensa de los derechos de personas “que huyen de la barbarie y que merecen ser acogidas en condiciones dignas”.
Este lunes 20 de junio, coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado, están convocadas distintas movilizaciones en capitales y numerosas ciudades para demandar un cambio de rumbo que “frene la violación” de derechos de las personas migrantes y refugiadas y exigir el cumplimiento de los tratados internacionales y la defensa de los derechos de personas “que huyen de la barbarie y que merecen ser acogidas en condiciones dignas”.
En la Bahía de Cádiz hay varias movilizaciones apoyadas por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) bajo el lema ‘No te refugies en la resignación’, respaldadas por ayuntamientos, los sindicatos CCOO y UGT y otros colectivos y entidades.
En la capital, a partir de las 19 horas en la plaza del Palillero se marchará hasta la plaza de la Estrella, sobre la plaza de Santa María del Mar; en El Puerto, se celebrará una concentración a las 20 horas en la plaza de Isaac Peral ante el Ayuntamiento; a la misma hora, se convocan protestas en San Fernando en la Alameda Moreno de Guerra y en Chiclana, ante la puerta del Consistorio; y en Puerto Real se celebrará una manifestación desde las 19.30 horas desde la plaza de Jesús recorriendo la calle De la Plaza para finalizar en Los Descalzos. Además, en Jerez, se recordará la fecha a mediodía con la lectura de un manifiesto en la puerta del Ayuntamiento y con un minuto de silencio por las personas que han perdido la vida en el Mediterráneo intentando alcanzar la costa europea.
Según se ha trasladado a DIARIO Bahía de Cádiz, se insta a las personas que se sumen a estas marchas y concentraciones a que asistan portando una maleta o bolsa de viaje “con la que escenificar la situación de las personas que buscan refugio y se encuentran con una Europa de puertas cerradas y derechos denegados”.
La realidad muestra precisamente cómo las guerras y las desigualdades sociales son las principales causas de los desplazamientos forzados de esta población refugiada, concentrada sobre todo en África, continente vecino. Según datos oficiales cada minuto ocho personas dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror.
Es por ello por lo que desde el año 2000 la Asamblea General de las Naciones Unidas celebra el día 20 de junio como el Día Mundial de las Personas Refugiadas, coincidiendo con el aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, concebido en aquel entonces para dar respuesta a los problemas de muchas personas refugiadas de la Segunda Guerra Mundial que continuaban dispersas por Europa.
La ironía es que los estados europeos que presionaron para la firma de la Convención de 1951 para proteger a los refugiados europeos, son ahora los mismos que promueven medidas para detener el flujo de refugiados hacia Europa, contraviniendo el propio marco internacional que promovieron.
“EL NAUFRAGIO DE LA EUROPA SOCIAL”
Los convocantes evidencian que las políticas europeas de migración y asilo, “lejos de dar una respuesta solidaria, basada en el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas, han puesto en grave riesgo las vidas de miles de personas, muchas de ellas mujeres y niños, convirtiendo el mar Mediterráneo en la mayor fosa común en el mundo donde han muerto más de 25.000 personas en los últimos 15 años”.
Además, el pasado marzo los líderes europeos -también el presidente español en funciones- firmaron una declaración con Turquía “que, además de ser vergonzosa e ilegal, pone en un mayor riesgo a estas personas justificando su devolución a un país como Turquía que ha demostrado que no garantiza los derechos humanos y la adecuada protección que merecen”.
Un acuerdo que propicia “el naufragio de la Europa social, abandonando los valores y los principios que configuran Europa como un espacio común de libertad, seguridad y justicia, fundada sobre los valores de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad”; y que “utiliza a las personas refugiadas como moneda de cambio que responde a intereses económicos y geoestratégicos y no a la protección a la que legalmente tanto la UE como Turquía están obligadas a garantizar”.
Todo ello, unido a las medidas adoptadas unilateralmente por los estados miembros “que dificultan o impiden la entrada en su territorio de solicitantes de asilo”, “no aportan una solución y provocarán la apertura de otras vías más peligrosas y costosas para las personas refugiadas como la del Mediterráneo central que es la más mortal del mundo”, se alerta en el manifiesto titulado ‘SOS Refugiados. Refugio por derecho’.
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