Viajar es para mí uno de los mayores placeres que nos ofrece la vida. Soy feliz descubriendo sitios nuevos y mezclándome con su gente, volviendo a lugares conocidos, que ahora descubro de nuevo a través de los ojos de mi hijo. Pocas experiencias son más enriquecedoras en todos los sentidos.
Muchos de esos momentos mágicos también los he vivido con un libro o en la sala de un cine. He vivido otras vidas, me he emocionado hasta las lágrimas y he viajado por el mundo entero sin moverme del sofá. Esos momentos si puedo compartirlos desde aquí. Puedo volver a escuchar a Lee Marvin cantando bajo
la estrella errante en la ciudad sin nombre, » Hay dos tipos de personas: los que van a alguna parte y los que no van a ninguna. Soy un ex ciudadano de ninguna parte. A veces echo de menos mi hogar».
Puedo emocionarme, una vez más, con esa cascada de besos robados a la censura que cierra Cinema Paradiso, en uno de los finales más dulces de la historia del cine. Volver a llorar con Darin con el mismo amor y la misma lluvia por enésima vez, “sobre el miedo tendría que escribir yo…el miedo… ¡cátedra!”.
Ser Tutti Tudela mientras el mago Lupi habla de su mujer en Lugares Comunes “ninguna de las mujeres que conocí después de Lili la puede ganar. No hay caso. Liliana siempre gana”. Grande siempre Adolfo Aristarain.
Tener suerte de morir para no vivir sin ella (Valmont/Malkovich), mientras todos esos momentos se pierden en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Sujetar la manilla de la puerta con fuerza para ayudar a Merill Streep a tomar la decisión cruel y correcta o volar con ella sobré África.
Estremecerme otra vez escuchando a María Callas en la irrepetible escena de Philadelphia. Llorar a gritos con Marlon Brandon llamando a Stella y a la vez, sentir el calor desasosegante que licúa el tinte del pelo, en una gota traicionera que muere en Venecia. O tal vez, esperar que todo cambie para que todo siga igual.
Aprender a nadar en esa secreta vida de las palabras. Recuperar la buena estrella sin poder olvidar a Newman atormentado esperando al click en su cabeza. Porque al final, cómo no recordarte, si los alemanes iban de gris y tu ibas vestida de azul. As time goes by.
Cantar, soñar, reír, volar, estar solo, ser libre. Tener el ojo avizor, la voz que vibre. Ponerme por sombrero el Universo, por un sí o por un no…batirme, o hacer un verso. Despreciar con valor la gloria y la fortuna, viajar con la imaginación a la luna. Sólo al que vale reconocer los meritos, no pagar jamás por favores pretéritos. Renunciar para siempre a cadenas y protocolo.
Posiblemente no volar muy alto… pero solo.
Va por ustedes