Vuelven las obras al Ayuntamiento de San Fernando algo más de dos años después de que en marzo de 2021 reabriera sus puertas tras una necesaria rehabilitación integral (con su sobrecoste y plazos incumplidos, unos 13 millones de euros en global y cerca de tres años de trabajos más de lo previsto). Pero no hay que alarmarse: durante unas dos semanas apenas se va a adecentar la fachada, que desde hace meses va perdiendo su pintura.
La actuación lo costea y ejecuta la empresa que acometió la rehabilitación del edificio Consistorial, Vías y Construcciones, con cargo a la garantía de aquella obra.
En concreto, según se precisa en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, los trabajos consistirán en la reparación, resanado y pintado de los paños de la fachada donde se ha desprendido la pintura “debido a la humedad en los sillares de la piedra ostionera”. Asimismo, se le dará un tratamiento a la piedra para evitar nuevos problemas de humedades.
La concejala de Desarrollo Urbano en funciones, María José Foncubierta, recuerda que poco después de finalizar la obra de rehabilitación “aparecieron unos pequeños desconchones en la parte superior de la fachada”.
A raíz de estos desperfectos, se reclamó a la empresa adjudicataria de la rehabilitación que acometiera la reparación de la fachada con cargo a la garantía de la obra. No obstante, se aclara que este adecentamiento se ha demorado “debido a que ha sido necesario realizar los trámites oportunos del requerimiento para que se ejecute con cargo a la garantía del contrato”.
UN EDIFICIO CON HISTORIA
Este Ayuntamiento (de 70 por 35 varas; ocupa un solar de 2.302 metros cuadrados y tiene 6.858 m2 construidos) es considerado como el mayor edificio consistorial de Andalucía y el tercero más grande del Estado.
El edificio es una de las primeras construcciones ligadas directamente a la creación de San Fernando como ciudad, y el más representativo del periodo neoclásico en la Bahía de Cádiz. Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento en julio de 2007, fue diseñado por Torcuato Cayón, quien dirigió hasta 1783 las obras, iniciadas en septiembre de 1778.
A Cayón le sucedió al frente del proyecto Pedro Ángel Albisu. Las obras se pararon largo tiempo y en 1888 las retoma Amadeo Rodríguez. De esta forma, la segunda planta se finalizó un siglo después de comenzar los trabajos. La construcción se dio por acabada en 1894, aunque posteriormente se acometieron más actuaciones, la mayor parte para redistribuir los espacios.
La última rehabilitación, que se concretaba tras una década con el edificio cerrado y deteriorándose, se iniciaba formalmente en marzo de 2016 y se daba por finalizada, con la apertura al público, cinco años después (aunque el contrato hablaba de 20 meses de plazo de ejecución).