La comisión negociadora integrada por la dirección de Navantia y representantes de su plantilla (con tres de sus astilleros en la Bahía de Cádiz) anunciaba a principios de diciembre un principio de acuerdo para un nuevo convenio colectivo para el periodo 2022-2027, que se viene reclamando con insistencia. De hecho, el último está prorrogado desde que caducó en 2021. “Sienta las bases para reforzar la plantilla ante los desafíos que afrontamos”, defendían entonces desde la empresa pública naval.
Un documento sin consenso entre los representantes sindicales (CSIF mostró desde el principio su desacuerdo) que en la jornada del martes 17 se sometía votación entre los trabajadores de los distintos astilleros de la compañía estatal.
Y tras el recuento, más de la mitad de la plantilla propia de Navantia ha rechazado ese convenio. En concreto, el 56% ha votado en contra (el 43% a favor, y un 1% en blanco), algo que ha lamentado ya la empresa, aunque “respeta” la decisión. Eso sí, con este varapalo se entre en punto muerto, no se sabe cómo y cuándo se retomarán las negociaciones, después de que se hayan alargado unos dos años hasta este primer acercamiento fallido, dos años salpicados por diferentes acciones y movilizaciones para exigir el desbloqueo de la negociación.
En la Bahía, el no al preacuerdo ha sido mayoritario en los astilleros de San Fernando (396 a favor y 447 en contra) y de Puerto Real (137 a favor y 269 en contra), donde la presidencia de ambos comités de empresa, por primera vez, está en manos de CSIF; mientras en Cádiz el apoyo ha sido notable (103 síes y 28 noes).
Además, las plantillas de las factorías en Fene y Ferrol, en Galicia, y de las oficinas centrales de Madrid también ha respaldado el preacuerdo; frente al rechazo de la planta de Cartagena.
SIN CONVENIO EN UN PERIODO DE ALTA CARGA DE TRABAJO
Desde Navantia (cuyo único accionista es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, SEPI), se ponía en valor semanas atrás que este preacuerdo, rechazado por los trabajadores, incluye una serie de medidas relativas a todos los colectivos incluidos en el convenio, “con un enfoque en la promoción, la política salarial y el modelo de clasificación profesional”.
Además, se destacaba desde la empresa pública en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, este potencial convenio “dota de estabilidad y sienta las bases para reforzar la plantilla ante los desafíos que afronta la compañía”, con un periodo de alta carga de trabajo en todas sus áreas de negocio: Construcción Naval, Sistemas, Reparaciones y Servicios y Energías Verdes (Navantia Seanergies).
A su vez, CSIF se manifestaba disconforme con el preacuerdo que ofrece la dirección “porque reduce algunos derechos y deja libres puntos básicos por negociar”. Es más, juzgaba que el documento “hipoteca el futuro y no homogeneiza las condiciones de toda la plantilla”.