La Policía Nacional ha detenido en San Fernando a un hombre que se dedicaba a la venta de sustancias prohibidas anabolizantes y dopantes, junto a otros medicamentos. Sus clientes eran usuarios de gimnasios de la zona: tras contactar, le hacían un pedido de estas sustancias, entre otras, que este entregaba en el parking del gimnasio que frecuentaba, o lo enviaba por paquetería a cualquier punto del país.
La investigación se inició al tener conocimiento que varias personas habían comprado a través de un usuario de un centro deportivo ubicado en el centro de La Isla diferentes sustancias anabolizantes, las cuales están prohibidas, y sin control médico alguno; y que el vendedor adquiría en los círculos ajenos a su comercialización específica.
Los investigadores recabaron el testimonio de varias personas, los cuales manifestaron que era frecuente ver al sospechoso vendiendo este tipo de sustancias en los alrededores del gimnasio “con total descaro e impunidad” a jóvenes deportistas, indicando que llegaban incluso “a inyectarse sustancias en el propio parking del gimnasio”.
Fruto de las gestiones realizadas, la Policía informa en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que descubrió la identidad de dicha persona; y tras realizar una vigilancia discreta, los agentes le sorprendieron con una “considerable” cantidad de estas sustancias prohibidas en su vehículo cuando se encontraba realizando una transacción a otro joven.
Entre los efectos intervenidos se encuentra documentación sobre justificantes de empresas de mensajería, lo cual acredita que distribuía “grandes cantidades” de anabolizantes, realizando ventas por correo a cualquier punto de la geografía española.
Una vez finalizado el atestado policial, el detenido, acusado de delito contra la salud pública, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia en la ciudad.
MEDICAMENTOS “ALTAMENTE DAÑINOS”
La investigación ha sido desarrollada por agentes de la Comisaría isleña, adscritos al grupo de estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial. Y al respecto, se pone el acento en que estas sustancias “pueden llegar a poner en peligro la vida de cualquier deportista que las consuma sin la preceptiva receta y supervisión médica”.
A decir de la Policía, el consumo de esteroides y anabolizantes, “entre otros males, puede provocar trastornos hepáticos como la hepatitis, ictericia y el cáncer hepático; ginecomastia, hipercolesterolemia, trastornos en la erección e inhibición de la producción de espermatozoides, deformaciones mórbidas del corazón, aumento del riesgo de sufrir derrame cerebral, e incluso efectos psicológicos como episodios psicóticos, hipo y/o hipermanía y depresiones que pueden desembocar en suicidios”. Estos medicamentos, se recalca, “son altamente dañinos para el organismo cuando son utilizados con fines no terapéuticos”.