El cementerio municipal de San Fernando acogió en la mañana del lunes, cuando se cumplían 80 años del golpe de Estado franquista, un acto de homenaje a todas aquellas personas que fueron asesinadas o fusiladas durante la Guerra Civil. Un acto para “luchar contra el olvido”, visibilizando las actuaciones que se están llevando a cabo desde la asociación de memoria histórica local con objeto de lograr la intervención arqueológica y antropológica de la fosa común de este camposanto.
La fosa común del cementerio municipal de San Fernando acogió en la mañana del lunes un acto de homenaje a todas aquellas personas que fueron asesinadas o fusiladas durante el golpe de Estado y la Guerra Civil. Precisamente este 18 de julio se cumplían 80 años de aquella sublevación militar contra el Gobierno de la II República.
El acto, convocado por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática de San Fernando, contó con la lectura de un comunicado por parte de uno de los familiares, hijo de represaliado por el franquismo, una ofrenda floral y un recital de poesía. Además, se guardó un minuto de silencio en señal de respeto y duelo. Los concejales del PSOE Conrado Rodríguez e Ignacio Bermejo estuvieron presentes por parte del equipo de Gobierno local.
Con este homenaje se ha querido “luchar contra el olvido de estas personas”, visibilizando las actuaciones que se están llevando a cabo desde la asociación de memoria histórica local con objeto de lograr la intervención arqueológica y antropológica de la fosa común del camposanto isleño.
“Pese al tiempo transcurrido, nuestra presencia en esta fosa común tiene como objeto reivindicar un trabajo que no se ha realizado hasta ahora y que solo, después de tantos años, comienza a vislumbrarse como una verdadera posibilidad. A partir de la unión de familiares de víctimas de la represión franquista y personas implicadas, agrupadas en la asociación, se ha solicitado a las administraciones responsables la intervención y colaboración en la apertura de esta fosa de la guerra para intentar dar resolución al duelo abierto que tantas familias mantienen hoy en día por no haber podido dar un entierro digno a sus familiares asesinados”, se señalaba en el comunicado leído en este acto.
Los técnicos que han estudiado la fosa común de La Isla consideran que, entre las alrededor de 200 asesinados enterrados en este enclave (en base al informe realizado por Miguel Ángel López Moreno, coordinador del estudio histórico de localización), no solo hay personas de la localidad, sino de otros lugares como Grazalema, o Cartagena y Alicante, dado que una parte de ellos eran militares que fueron fusilados por ser leales a la República. La mayor parte de los asesinados fueron enterrados en la fosa común de manera anónima entre julio de 1936, tras el golpe de estado militar que originaba la Guerra Civil, y los cuatro primeros meses de 1937.
Este colectivo y el Ayuntamiento ya han iniciado las gestiones para comenzar el proceso de exhumación. La intervención espera la aprobación y la respectiva subvención de la Junta de Andalucía. El objetivo es que, una vez que la Dirección General de la Memoria Democrática dé el ok el proyecto global de intervención tras finalizar los plazos administrativos correspondientes, el Consistorio disponga los recursos e infraestructuras necesarias para que el equipo técnico lleve a cabo estas labores. En los cementerios de Puerto Real y Cádiz, las tres administraciones (incluyendo a la Diputación) colaboran ya en tareas similares.
NI SED DE VENGANZA NI PERDÓN
“Frente a aquellos que esgrimen la idea de que nos mueve el rencor, la sed de venganza o el ánimo de revancha, decidles que no van a encontrar ninguna de esas actitudes en aquellos que llevan años añorando recuperar los restos de sus seres queridos y honrarlos según las costumbres y ritos de nuestra tradición cultural”, se añade. Y “tampoco lo van a encontrar en el trabajo del resto de personas que voluntariamente dedican su tiempo con el fin de permitir un mejor conocimiento de lo ocurrido hace 80 años. Hechos que la propaganda de los vencedores se encargó de tergiversar, politizar y sacralizar para legitimar un uso desproporcionado y extremo de la violencia en su aniquilación del adversario político”.
“Después del tiempo transcurrido, las familias demostraron su tolerancia aprendiendo a convivir durante muchísimos años con los asesinos de sus seres queridos. Para la inmensa mayoría de ellos no hubo juicio previo o, cuando lo hubo, si no era una pantomima orquestada para dar carácter legal a lo que sencillamente podemos calificar de asesinato, era un juicio posterior a la ejecución de la sentencia de muerte. Para los otros, los que tuvieron que ejecutar las órdenes del régimen, tampoco hubo juicio, ni condena, ni posibilidad alguna de reproche”, se remarca, insistiendo en que es objeto de este acto y de esta asociación memorialista “impugnar la impunidad de la represión para avanzar en el reconocimiento de los crímenes cometidos y la ausencia de justicia de la que han gozado los que participaron en los hechos que condenamos”.
En el comunicado, trasladado a DIARIO Bahía de Cádiz, se remarca que “también es fácil oír hablar de la necesidad de perdonar, pero para ese perdón que se proclama es condición necesaria que el victimario pida perdón a la víctima. Y eso nunca ha sucedido. Del mismo modo que para poder pasar página, como instan algunas voces contrarias al movimiento social en favor de la recuperación de la memoria histórica, es necesario que la página más trágica de nuestra historia reciente sea leída comprensiva y críticamente. Y eso tampoco ha sucedido para una generalidad de la población española”.
“Un país que respete los derechos humanos –se incide- no puede seguir consistiendo que miles de personas sigan sin poder enterrar con dignidad a sus familiares asesinados o fusilados o, en el peor de los casos, que sigan sin saber aún dónde se encuentran sus restos. Se trata, además, de nuestros propios conciudadanos, por lo que un Estado que se llame democrático, social y de derecho no debe permitir por más tiempo el abandono sistemático al que ha sometido a sus ciudadanos republicanos asesinados, personas buenas y honradas, muchos de ellos trabajadores, como jornaleros, salineros, electricistas, panaderos, operarios de fábrica…; sindicalistas y militantes políticos de izquierda; cargos públicos, como los concejales y el propio alcalde de la ciudad; médicos; maestros; militares…”.
El comunicado leído este 18 de julio termina refiriéndose a la importancia de este mismo acto “para honrar su memoria e impedir el silencio sobre su recuerdo y lo que significaron en la construcción de una sociedad mejor. En la medida que sus nombres, sus imágenes, su compromiso político, sean evocados en homenajes como este, permanecerán vivos, porque la única y verdadera muerte es el olvido”.
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