CRÍTICA. La razón formal de la convocatoria era la presentación del segundo disco que Antonio Lizana pone en el mercado: Quimeras del mar. Sin embargo, no pudo ser; el retraso en la producción no permitió disponer del disco físico en esta presentación oficial… (a nivel mundial, añadía Antonio con gracia –ya se sabe: a buen tiempo, buena cara–), si bien no impidió que Antonio Lizana y su grupo interpretaran algunas piezas incluidas en el álbum. A propósito, la presentación de obras, sean discos o de otros formatos, puede ser uno de los puntos fuertes del ciclo La Isla Ciudad Flamenca, que en esta segunda edición apunta indicios de afianzarse en la programación cultural del verano.
Parece innecesario disponer de una justificación para reunir tanto público ante Antonio Lizana: su figura artística se va consolidando entre las importantes del flamenco jazz, y el círculo de adeptos a su propuesta musical es cada vez mayor. Claro que “jugar en casa” añade un plus de popularidad –familiares, amigos, conocidos– que además proporciona cariño al artista y un color especial al evento.
El concierto se preveía por tanto una apuesta segura; un éxito, sí o sí. Quedaba conocer el programa musical de la noche, que Antonio Lizana dedicó a medias a la presentación –virtual– de su nuevo disco y a recordar las canciones más relevantes de su primer lanzamiento al mercado.
La música en directo del grupo llena y cumple con los requisitos de variación y calidad tanto de las piezas ofrecidas como de su interpretación. Las composiciones de Lizana trazan caminos hacia un sonido propio –redondo, lírico, creativo y profundo–, aún en fase incipiente. Un sonido en el que la tradición tonal encuentre su balance con el espíritu rupturista del jazz, más libertad en las improvisaciones y en el uso de recursos acórdicos. La valiosa y rica variedad creativa de sus composiciones, la claridad de sus líneas melódicas y la suave y fácil integración de motivos flamencos en el sonoro jazzístico adolecen de excesos expresivos, como la reiteración de mismos recursos arpégicos con el saxo y cierta monotonía rítmica general. En la forma actual del “sonido Lizana”, me gustó la aportación tímbrica de las ideas percusivas de Epi Pacheco, la gestión vocal de Tana Santana en sus improvisaciones al bajo, y también el equilibrio tímbrico con la guitarra de Adriano Lozano.
Aún le queda mucho camino por recorrer, pero Antonio Lizana tiene todo un mundo en sus manos, a su alcance. Botones de muestra: su participación como artista invitado en el álbum The offense of the drum de Arturo O’Farrill, que ganó el Grammy 2014 al mejor álbum de Latin Jazz, y su reclamada presencia en los mejores eventos de jazz, especialmente en sus variantes latinas. DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL CONCIERTO:
La Isla Ciudad Flamenca.
Antonio Lizana, saxo, cante.Tana Santana, bajo. Marcos Salcines, teclados. Epi Pacheco, percusiones. David León, batería. Adriano Lozano, guitarra. Programa: Razón / Marraketch / Destino / Tu déjalo estar / Déjate sentir / La puerta de la luna / La ilusion del volver / Seguirijazz / Mujer guerrera / Airegría / Raudales de alegría / Viento de la mar / Bulerias.
Lugar y día: Patio del Colegio San José de San Fernando, 2 de agosto de 2015. Asistencia: lleno.
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