La playa de Camposoto, en San Fernando, presume por segundo año consecutivo de reservar una zona –alejada- para el disfrute también de los perros, siendo así “referente” en la provincia gaditana en atención a las mascotas durante la temporada de verano.
En concreto se trata de una superficie de aproximadamente 5.000 metros cuadrados, ubicada a unos dos kilómetros desde el acceso número 8 (el último) a la playa. Un espacio de escasa afluencia de bañistas, de ahí que se convierta en la zona que permite la legislación vigente, donde además hay que cumplir una serie de normas, como que las mascotas sólo pueden permanecer sin correa en el espacio habilitado con vallas, ni a la hora de bañarse.
Al inicio de la presente temporada, el Gobierno local reconociendo implícitamente que lo más cuestionado de esta zona acotada en su primer año fue lo lejos que está –lógico, por cuestiones sanitarias- y lo complicado de acceder por el sendero –está prohibido hacerlo por la orilla o la playa-, avanzaba su deseo de llevar a cabo “paulatinas actuaciones”, especialmente en el sendero de la Punta del Boquerón, “gracias a la apuesta de la Junta y su colaboración en la intervención prevista”.
Ahora, Ciudadanos en el Ayuntamiento hace balance de esta iniciativa que en su momento se decidió habilitar tras una consulta popular, con resultado ajustado. “Un año después, la playa canina se consolida como un auténtico desastre”, sentencia este partido de la oposición, insistiendo en que desde sus inicios esta zona “recibió las críticas de aquellos ciudadanos que en principio estaban a favor de que se creara este lugar de esparcimiento para las mascotas”.
A juicio de la portavoz municipal naranja, Mayte Mas, el equipo de Gobierno PSOE-PA “ha fallado en la concepción y puesta en funcionamiento de esta zona”.
Se reitera en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que para llegar a la zona reservada en Camposoto los perros deben cruzar un sendero, porque les está prohibido llegar por la playa, “que en algunos tramos está muy bien comunicado pero que en otros zonas los animales tienen que caminar sobre arena seca y con temperaturas insoportables”. “Pero la cosa va más allá, cuando llegas a la playa acotada el perro puede darse un baño, siempre que esté sujeto con su correa, pero su dueño no”, añade Mas, quejándose de la normativa establecida.
A esto también se le suma la “actitud incívica” de algunos ciudadanos que no acatan las normas y que finalmente molesta al resto de los bañistas. “Cualquier persona que camine hasta la Punta del Boquerón puede comprobar cómo hay perros sueltos y fuera de la zona, excrementos en la arena y no contenta ni siquiera a los que estaban a favor de este espacio”, apostillan desde la franquicia local del partido de Albert Rivera.
De este modo, Cs recomienda al bipartito “que dé una repensada” a esta playa canina con el objeto de “contentar” a todos los isleños y visitantes. “Por ejemplo, creemos que esta zona debería tener un servicio especial de limpieza, una zona especifica de pipican acotada y contar con dispensadores de bolsas higiénicas y recipientes para su depósito”, se añade. Y también, “que se adecue el sendero que llegue a la playa canina y una mayor presencia policial para evitar que se incumplan las normas y se molesten a los usuarios de la playa”.