El Ayuntamiento de San Fernando ha solicitado a la delegación territorial de Fomento de la Junta de Andalucía que modifique un aspecto concreto del proyecto de conexión peatonal y ciclista entre la ciudad y Chiclana a través del caño de Sancti Petri, que se ejecuta con fondos europeos de la ITI, “para no poner en riesgo la navegabilidad en la zona y, por ende, el desarrollo de la ciudad asociado al turismo náutico y deportivo y a las actividades relacionadas con él”.
Las obras de este nuevo sendero ciclopeatonal de más de cinco kilómetros por el Parque Natural Bahía de Cádiz están en marcha desde finales de enero, a cargo de la empresa pública Tragsa. En su momento se resaltó la “extrema cautela ambiental” de las mismas, que incluso pararían en el período de reproducción de las aves. Se invierten 2,6 millones de euros.
Unos cinco meses después, el Gobierno isleño hace esta petición después de que el Club Náutico Gallineras le haya trasladado su inquietud ante la insuficiencia de altura del gálibo previsto en el vano central del puente que cruza el caño de Sancti Petri.
Para los miembros del club, el diseño de ese gálibo debía ser de tres metros de alto, y no de dos como está planteado actualmente, para no impedir la navegación por el caño, ya que a la altura de la pasarela indican que no hay más de dos metros de fondo.
Advierten que la diferencia con respecto al puente Zuazo es que éste en la bajamar tiene cinco metros de profundidad y, sin embargo, donde va la pasarela del nuevo proyecto apenas hay dos metros de agua. De esta forma, debido a los movimientos del fango se quedará ciego e impedirá la navegación.
“Si esto no se corrige, se limitaría el desarrollo turístico y deportivo de las actividades en toda esta zona, que es precisamente uno de los principales objetivos por los que trabajamos en esta parte de la ciudad”, resalta la alcaldesa, Patricia Cavada, que ha dejado claro que “no podemos poner trabas o impedimentos a las empresas turísticas existentes ya, o a las que se puedan instalar en el futuro y que apuesten por esta actividad”.
En el escrito enviado a la Junta, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, el Ayuntamiento asegura estar trabajando, de la mano de los clubes de la ciudad, para impulsar el turismo náutico desde el punto de vista deportivo y recreativo: “esta es una apuesta fundamental y una de las principales vías de proyección de nuestra ciudad, una isla ubicada en el ámbito del dominio público marítimo terrestre (DMPT) y del Parque Natural, que sigue avanzando y dando pasos en la integración con su entorno y para fomentar los valores naturales de esta cercanía”, incide la primera edil socialista.
Por todo lo anterior, y una vez dado traslado de la información, el Consistorio confía en que se comprueba el proyecto desde el punto de vista técnico y que, en caso de confirmarse esta limitación, pueda modificarse “evitando el posible perjuicio”. Del mismo modo, se ha solicitado que en todo caso se le informe de la comprobación solicitada.
MÁS DE 5 KILÓMETROS DE SENDERO
El sendero recorrerá 5,4 kilómetros que unirá ambas ciudades a través de un recorrido de interpretación paisajística por el Parque Natural. Comenzará por el puente de La Vaera en La Isla y finalizará en el recinto ferial chiclanero. Discurre íntegramente dentro del ecosistema de caños mareales de la Bahía de Cádiz, entre los que destaca el extenso canal del caño de Sancti-Petri, con una longitud de 17 kilómetros, dentro del ámbito de mayor concentración de salinas de Andalucía.
La actuación en marcha incluye la intervención en caminos existentes y el acondicionamiento de las vueltas de afuera de las salinas. Además, se construirán cuatro pasarelas para salvar los cruces sobre los caños fluviales. La pasarela de mayor longitud es precisamente la que atraviesa el caño de Sancti Petri, con 199 metros.
El itinerario discurre por zonas especiales de conservación de la Bahía, incluidas dentro de la Red Ecológica Europea, y la zona LIC Río Iro. Pondrá además en valor el Legado Patrimonial de los Lugares de las Cortes y la Constitución de 1812, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en su tipología de Sitio Histórico, así como los inmuebles defensivos de la época de la Guerra de la Independencia, monumentos también catalogados BIC.