“San Fernando ha pasado de ciudad dormitorio a ciudad fantasma”. Lo afirman desde CxLI en el Ayuntamiento, refiriéndose a la oscuridad por farolas fundidas o por el robo de cable: “una oscuridad, para la cual no hay excusas, no se puede hacer una dejación de responsabilidad, y echar balones fuera”. Ronda del Estero y calle Real, son dos ejemplos de esta “oscuridad general”.
“San Fernando ha pasado de ciudad dormitorio a ciudad fantasma”. Lo afirman desde CxLI en el Ayuntamiento, refiriéndose a la oscuridad por farolas fundidas o por el robo de cable: “una oscuridad, para la cual no hay excusas, no se puede hacer una dejación de responsabilidad, y echar balones fuera. San Fernando es una ciudad fantasma, inmersa en una oscuridad general, en Ronda del Estero, calle Real, y un sin fin de zonas”.
El partido de Javier Cano considera que para el Consistorio “tiene que ser una prioridad la seguridad del ciudadano”, y por ello “no pueden poner excusas, que la Junta de Andalucía es la responsable de dicho desaguisado, como consecuencia de la mala ejecución de las obras del tren tranvía, no se puede consentir que existan más de 30 farolas fundidas o fuera de servicio en calle Real, no se pueden excusar en el robo de cables, para justificar los apagones en la Ronda del Estero. Hay que evitar el robo, pero hay que obrar en consecuencia, si esto ha sucedido hay que reintegrarlos, y sacar presupuesto de donde sea, reduciendo otras partidas, como por ejemplo la publicidad institucional, ya que la seguridad tiene que ser un preferente en el día a día de los ediles del equipo de Gobierno”.
Además, desde esta formación de la oposición se señala en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que “el estado de las calles es lamentable y peligroso”, sobre todo “el de la mal llamada peatonalizada calle Real, socavones por doquier, que con el incentivo de la falta de luz, la hace una vía absolutamente intransitable por la noche”.
De este modo, CxLI reclama del bipartito PP-PA “medidas urgentes que pongan fin a esta situación de oscuridad globalizada”. “Recortando si es necesario en gastos superfluos como es el caso de la publicidad institucional”, se insiste.