El Teatro de las Cortes se ha abierto, en el Día de la Libertad de Prensa, a la presentación de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023, que anota un descenso español hasta el puesto 36. Lo explica por la precariedad, la persistencia de la Ley Mordaza y la politización de los medios.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Libertad de Prensa, y en el mismo lugar donde hace más de dos siglos, en 1810 (durante los trabajos de debate y redacción de la mitificada Constitución española que se promulgaría en Cádiz en 1812) se firmó el decreto que, en teoría, permitió por primera vez en el país la libertad de imprenta, en el hoy Real Teatro de las Cortes de San Fernando, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha presentado su informe de Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023.
Y de paso, el presidente de esta ONG en España, Alfonso Bauluz, tras ser recibido por la alcaldesa Patricia Cavada, y las representantes del Colegio de Periodistas de Andalucía Lorena Megías y Pepa Pacheco, ha mostrado formalmente su apoyo a las aspiraciones de La Isla como futura sede de la Conferencia Mundial de Libertad de Prensa. Entiende que tiene “posibilidades”.
El Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía le planteaba la idea al Ayuntamiento isleño hace un año, y desde entonces trabajan en esa candidatura, y en recabar apoyos.
La Conferencia Mundial de Libertad de Prensa, organizada por la Unesco, es un evento anual que centra la conmemoración de la libertad de prensa en el mundo, que se celebra cada 3 de mayo por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1993. España nunca ha sido sede de esta cumbre.
ESPAÑA RETROCEDE EN LA CLASIFICACIÓN MUNDIAL
Entrando de lleno en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023 de Reporteros Sin Fronteras (que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países y territorios), España desciende cuatro puestos, desde el 32 al 36, aunque pierde solo 1,34 puntos en la calificación global de la tabla, pasando de 76,71 puntos sobre 100, en la edición 2022, a 75,37 puntos.
Lidera esta particular clasificación Noruega, seguida de Irlanda, Dinamarca y Suecia. Por delante del Estado español hay países como Lituania, Samoa, Namibia, Costa Rica, Moldavia, Trinida y Tobago o Jamaica. Como farolillo rojo se coloca a Corea del Norte (“uno de los regímenes más autoritarios del mundo, que prohíbe estrictamente el periodismo independiente»), y por encima aparecen China (de ella se dice que es “la mayor cárcel de periodistas del mundo y uno de los principales exportadores de contenidos propagandísticos”), Vietnam e Irán.
Volviendo a España, desde RSF se apostilla que pese a gozar, en general, de “un clima favorable al libre ejercicio del periodismo” y mantenerse entre el 30% de los países del mundo con una situación “buena o bastante buena” para la libertad de información, “los profesionales de los medios siguen padeciendo una precariedad preocupante y ya cronificada”.
Es, de hecho, el indicador económico en el que vuelve a registrar su peor resultado, cayendo hasta los 60,33 puntos sobre 100, en 2023, frente a los 63,38 registrados en 2022. El contexto económico en el que se mueven los periodistas españoles es, de lejos, el indicador peor puntuado por el panel de expertos en libertad de prensa (investigadores, profesores universitarios, periodistas, especialistas en derechos humanos y libertad de expresión…) que ha respondido al centenar de preguntas que conforman el cuestionario sobre el que se apoya, en su apartado cualitativo, la Clasificación de RSF.
Otro factor que explica el descenso en el ránking es el empeoramiento del indicador legal y jurídico (el que mide el contexto legislativo en el que se mueve la profesión periodística); un movimiento que RSF interpreta como las expectativas desfavorables sobre la derogación prometida por el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos de los artículos más polémicos y perjudiciales para la libertad de información de la conocida como Ley Mordaza, que impuso años atrás el gobierno de derechas de Rajoy para tratar de evitar las movilizaciones en la calle. Y tampoco han salido adelante otras reformas para despenalizar los llamados ‘delitos de opinión’ y, sin embargo, se han multiplicado acciones judiciales abusivas (SLAPP) contra medios y periodistas. El indicador del contexto legal cae hasta 78,74 puntos, frente a los 82,16, en 2022.
Además, para la entidad que elabora este informe, según se señala en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la “fuerte politización” de los medios de comunicación, “cada vez más contagiados de la polarización que afecta a la política española y cada vez más incapaces de respetar los imprescindibles límites entre la información y la opinión”, también contribuye a erosionar la libertad de prensa en España.
Sin embargo, se anota que el clima sociocultural del país se halla entre los más favorables a la libertad de información de su entorno y las agresiones a la prensa se encuentran en mínimos históricos y europeos, después de unos años de mucha mayor violencia policial y ciudadana. “Los periodistas, no obstante, ven contrarrestada esta mejora con un agravamiento de la hostilidad y el acoso en las redes sociales”, se sentencia.