El Ayuntamiento de San Fernando dio inicio formalmente, tras las navidades, a la primera fase de las obras de modernización del mercado central, en el que se acometió la última reforma hace cerca de veinte años. Unos trabajos que se vienen anunciando desde el verano de 2016: básicamente consisten en que la zona de pescadería se integrará en la nave principal, donde además se reagruparán todos los puestos.
En ese momento, en enero, se dijo que la actuación adjudicada a Grupo Constructor Grucal Andalucía por 228.000 euros, se alargaría durante unos cuatro meses, haciéndose compatible con la actividad diaria de los detallistas. Hoy, Ciudadanos ha evidenciado los “continuos retrasos que se están produciendo en esta importante actuación”. “La realidad es que las obras (que tendrían que haber finalizado en abril) se encuentran casi paralizadas”, se asevera.
La portavoz municipal de la formación naranja, Mayte Mas, en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, aprovecha para recordar que esta reforma se está llevando a cabo “gracias a la actitud responsable de Ciudadanos”. “Nuestro grupo municipal apoyó al equipo de Gobierno para que se hicieran varias actuaciones (apoyando el presupuesto de 2016), entre ellas esta obra, y por ello ahora le pedimos explicaciones del porqué de estos retrasos”.
Este partido de la oposición ha vuelto a poner sobre la mesa la “falta de control” del Ayuntamiento en las diferentes actuaciones que se ponen en marcha. Sospecha Mas que en el bipartito PSOE-PA “no hay nadie que se ocupe de revisar los trabajos para que no se produzcan estos retrasos que finalmente perjudican a los detallistas y usuarios del mercado central”.
LA OBRA PLANIFICADA
La obra proyectada en la plaza contemplaba inicialmente la reordenación de los puestos instalando en la cabecera los de pescadería que, además, contarán con saneamiento independiente con salida a la calle y un “novedoso” sistema de inyección de agua que limpia las tuberías “eliminando olores, facilitando la evacuación de residuos y mejorando en general el ambiente interior”, se apuntó en su momento.
Posteriormente, se generaría una isla de seguridad también en la cabecera del edificio para garantizar el normal funcionamiento del mercado. Una vez concentrados los puestos de pescadería, se procedería a liberar los puestos laterales que dan a la calle Hermanos Laulhé, que también se concentrarrían en una segunda isla de trabajo para que el resto de los detallistas puedan seguir funcionando.
Y finalmente, se demolería el interior de la actual zona de pescadería, de manera que quedará “limpia y expedita” para afrontar en el futuro la segunda fase de las obras que ya incluiría el deseo de crear allí un rincón gastronómico: “acabará otorgando al mercado una notable mejora estética, además de lograr una apertura exterior de luz natural y la transformación de la zona aledaña a Hermanos Lauhlé en una zona de restauración adaptando nuestro mercado al siglo XXI y haciéndolo más funcional”, se afirmó desde el equipo de Gobierno.