Las nuevas instalaciones del laboratorio de la Hora del Real Instituto y Observatorio de la Armada, en San Fernando, han sido ‘bendecidas’ en una visita fugaz por el rey Felipe VI. El pasado viernes inauguraba estas dependencias en las que se han invertido casi 3 millones de euros, colaborando el Ministerio de Economía y Competitividad –recurriendo a fondos de la UE-, el Ministerio de Defensa y la Junta de Andalucía.
Las instalaciones están equipadas para desarrollar los patrones de tiempo y los equipos y sistemas de medida, de transferencia y de diseminación del tiempo. Entre estos trabajos, el principal es la elaboración, mantenimiento y difusión del patrón de la unidad básica de tiempo y de la escala de Tiempo Universal Coordinado del Real Instituto Observatorio de la Armada, UTC (ROA), base de la hora legal española. Además, el edificio va a permitir llevar a cabo otras actividades, como la investigación y desarrollo en patrones de tiempo y frecuencia de laboratorio, entre otros.
En esta visita –previa al acto institucional que presidiría en la Base Naval de Rota por el centenario de la Aviación Naval-, estuvieron presentes la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, el almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante general Teodoro Esteban López Calderón y el director del Instituto y Observatorio, capitán de navío Teodoro Jesús López Moratalla. Además, entre las autoridades civiles, no faltaron la alcaldesa, Patricia Cavada, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, y la presidenta de la Diputación, Irene García.
Durante este acto, el Borbón descubrió junto a la presidenta andaluza una placa conmemorativa de la inauguración de este nuevo Edificio de la Hora y visitó la sala de patrones, los laboratorios de calibración y la biblioteca del centro. Y a su marcha, durante su recorrido en coche por diversas calles de La Isla –de donde se retiraron los contenedores de basura, entre otras medidas de seguridad-, varios colegios sacaron a sus niños con banderitas para saludar a la comitiva del monarca.
Tras esta presencia real, la alcaldesa resaltaba en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que la Armada y San Fernando “están de enhorabuena. Estas nuevas instalaciones referencian aun más al Real Observatorio de la Armada y con él a nuestra ciudad desde donde se marca la hora oficial en nuestro país”. Cavada añadía además que desde el Ayuntamiento “hemos mostrado nuestra plena disposición para que estas instalaciones, ejemplo de la modernización de nuestro Observatorio y con él, el del patrimonio científico de la ciudad, se hayan convertido en una realidad que no podía contar con mejor invitado para su inauguración”.
Para la primera edil del PSOE, la colaboración de las administraciones “ha sido fundamental para hacer realidad el reto de construir este magnífico edificio de investigación científica. Desde el Ayuntamiento hemos contribuido con un acuerdo alcanzado en su día para, mediante la adecuación urbanística de la zona, facilitar la comunicación entre las dependencias del ROA y el nuevo edificio y garantizar la seguridad”.
UN VERDADERO CENTRO CIENTÍFICO CON HISTORIA
Las obras de construcción del nuevo edificio de la Hora comenzaron a fraguarse en el 2010 –en tiempos del Gobierno de Rodríguez Zapatero-, pero no fue hasta el año 2014 cuando se hicieron realidad, con la firma de un acuerdo de colaboración entre el Ministerio de Economía y Competitividad, el Ministerio de Defensa y la Junta. El coste del proyecto asciende a casi 3 millones de euros de los que el Ministerio de Economía aporta 2,2 millones financiables por los fondos europeos Feder (el 80% del total), Defensa aporta 323.600 euros y la Junta, 450.000 euros.
El edificio se ha levantado en el recinto del Observatorio, en la zona conocida como Finca San José. Consta de dos plantas, con espacios preparados para desarrollar el trabajo en las mejores condiciones para los patrones de tiempo y los equipos y sistemas de medida, de transferencia y de diseminación del tiempo. Entre estos trabajos, el principal es la elaboración, mantenimiento y difusión del patrón de la unidad básica de tiempo y de la escala de Tiempo Universal Coordinado del Real Instituto Observatorio de la Armada.
Además, el edificio va a permitir llevar a cabo otras actividades, como la investigación y desarrollo en patrones de tiempo y frecuencia de laboratorio, los avances en la caracterización de la estabilidad a corto plazo, la participación como proveedor de servicios de tiempo al sistema global de posicionamiento mediante satélites Galileo, la calibración en tiempo y frecuencia como medio para diseminar el patrón, o la diseminación de tiempo a los organismos públicos o privados que lo requieran.
Una de las características singulares del flamante edificio es su sótano, en el que una cámara de Faraday aloja al conjunto de patrones atómicos que contribuyen a la realización de la referencia de tiempo española. Este espacio está controlado en temperatura y humedad y cuenta con los medios necesarios para que sea especialmente estable e insensible a perturbaciones externas.
Este Real Instituto y Observatorio de la Armada es un centro científico que, además de servir como observatorio astronómico y geofísico, se dedica a aquellas áreas de la física y las matemáticas de especial interés para la Marina, así como de ofrecer formación científica superior.
Sus orígenes se remontan al siglo XVIII, cuando el insigne marino y científico Jorge Juan propuso al Marqués de la Ensenada la idea de instalar un observatorio en el Castillo de la Villa (Cádiz), sede de la Academia de Guardias Marinas, para que los futuros oficiales de la Marina aprendiesen y dominasen una ciencia tan necesaria para la navegación como era entonces la astronomía.
Como consecuencia de la propuesta de Jorge Juan, en 1753 nació el entonces llamado Real Observatorio de Cádiz como una dependencia anexa a la Academia de Guardias Marinas. A partir de entonces, el nuevo observatorio, el más meridional de Europa, fue ganándose un merecido prestigio en el contexto astronómico europeo, gracias a los importantes trabajos desarrollados por personajes como Luis Godin o Vicente Tofiño y al apoyo técnico y científico prestado a las expediciones ilustradas del último tercio del siglo XVIII. En 1798, el Observatorio fue trasladado a la Isla de León (actual San Fernando) donde se ubica hasta nuestros días.
Durante sus 250 años de funcionamiento se fueron añadiendo a sus originales tareas astronómicas, misiones tan importantes para la Armada y para la ciencia española como el cálculo de las efemérides y la publicación del Almanaque Náutico, el Curso de Estudios Superiores, el Depósito de Cronómetros e Instrumentos de la Marina, las observaciones meteorológicas, sísmicas y magnéticas, y la determinación científica de la hora.