La cuestionada reurbanización de la plaza del Rey se iniciaba a principios de año con un plazo de ejecución de seis meses, y con el Gobierno isleño asegurando de tanto en tanto que todo avanzaba según lo previsto. Pero alguien se equivocaba. Va acabando julio y no se augura que queden pocas semanas de trabajos.
Nada más acabar las navidades, a principios de enero, se daba por iniciada la reurbanización de la plaza del Rey, quizá el punto más emblemático y reconocible de San Fernando; obras tachadas por la oposición de innecesarias y derroche que han conllevado la demorada y controvertida retirada del monumento ecuestre al general Varela en cumplimiento de las leyes de memoria histórica, y de la mayor parte del arbolado.
Pero más allá de la oportunidad de la actuación o no, esta obra vendida por el equipo de Gobierno de PSOE y Ciudadanos para “dinamizar la ciudad” (o al menos, beneficiar a los negocios hosteleros que abundan por el entorno) adjudicada por alrededor de un millón de euros desde el pasado septiembre a la unión temporal de empresas (UTE) conformada por Gyocivil y Serrazar (dinero que sale de las arcas municipales, ya que no se lograron los fondos europeos de la ITI que se solicitaron años atrás ante la Junta de Andalucía), tenía un plazo de ejecución de seis meses. Y se dijo y se repitió que estaría lista este verano. Pero cualquier curioso que se asome por el vallado perimetral del espacio advierte de que a los obreros les quedan todavía semanas por delante.
Uno de estos curiosos ha sido el PP, principal partido de la oposición, que estos días se ha hecho eco de lo evidente, llamando la atención sobre el retraso que arrastran unos trabajos que “nadie había pedido”. Según el cronograma de la actuación difundido por el propio Ayuntamiento, “actualmente se estarían desarrollando los trabajos de excavaciones, infraestructuras y cimentación previstos para el mes de marzo”, llega a apuntar la concejala y flamante parlamentaria andaluza María José de Alba.
“actualmente se estarían desarrollando los trabajos previstos para el mes de marzo”
Además, esta política de derechas ha vuelto a cuestionar el resultado final de esta remodelación: “no es la primera vez que ponemos en entredicho un proyecto que va a desertizar el punto más céntrico de la ciudad. Se han retirado las seis palmeras y conseguimos que, al menos, se salvasen 12 de los 18 laureles de Indias”. “Un nuevo capricho de la alcaldesa Patricia Cavada que va a crear una plaza dura, propia de climas húmedos y fríos, pero no de ciudades que, como San Fernando, tiene 300 días de sol al año y en donde superamos con facilidad los 35 grados en los meses más calurosos. Todo ello sin contar con el fuerte levante que nos acompaña e identifica”, añade.
Para De Alba, “no podemos cometer el error de destinar 1,4 millones a rediseñar nuestro espacio público para que solo pueda ser utilizado en determinadas fechas y en determinadas horas. Tenemos que hacer de la plaza del Rey un lugar en el que la gente encuentre refugio del calor y se sienta a gusto”. Algo que desde el PP también se reclama “para el resto de plazas y las calles peatonales”.
LA TEÓRICA “TRANSFORMACIÓN INTEGRAL”
Esta reurbanización prevé la “transformación integral” de la plaza del Rey (un entorno Bien de Interés Cultural, frente al rehabilitado Ayuntamiento) para convertir este punto neurálgico de La Isla en “un espacio abierto, más amplio y diáfano, con mayor calidad urbana y diseñado para ser punto de encuentro de la ciudadanía, motor de la economía local dinamizando la hostelería y el comercio y para acoger todo tipo de celebraciones y actividades”, según ha ido repitiendo una y otra vez la alcaldesa del PSOE en diferentes notas remitidas a DIARIO Bahía de Cádiz.
La redacción del proyecto, que se dijo que fue sometido “a la consulta de todos los actores locales, así como a historiadores o expertos en desarrollo urbanístico histórico”, estuvo a cargo de Alt-Q Arquitectura, el mismo equipo redactor del proyecto de rehabilitación del edificio consistorial.
Contempla la integración de las calles que rodean a la propia plaza, ampliándola en 1.200 metros, y se dota de un mejor mobiliario urbano, de sombreado y terrazas de hostelería uniformes, así como de una fuente seca o de suelo transitable casi donde hasta hace unos meses estaba el ‘caballo de Varela’.
Una de las actuaciones más importantes para contar con esta nueva plaza más diáfana será la del pavimento (que todavía no se ha comenzado a colocar a estas alturas), “que entrará en diálogo con la calle Real con un degradado de rosa a gris hasta llegar al Ayuntamiento, y con bandas de granito gris como las de las calles del entorno del Consistorio”, se señalaba en la presentación de la maqueta virtual.
La plaza contará con arriates con los pocos árboles que se han preservado, así como con veladores y bancos a los laterales, para dejar libre el centro, respetando su diseño original, sin el monumento franquista.
Respecto a la iluminación, además de la restauración de la que existe en los edificios de la plaza, contará con luces a nivel de pavimento en las calles laterales; con iluminación perimetral a los bancos; y con báculos de madera de tres alturas con distintos niveles de alumbrado, que podrán ser fijos o móviles.
Además, todo el espacio contará con arquetas de registro y canalizaciones para instalaciones que están ocultas sin molestar al pavimento, y que serán fundamentales para poder dar a la plaza el uso que se prevé como epicentro de las actividades y celebraciones (Navidad, Carnaval, Semana Santa…).