“Ningún militar bi-golpista que haya contribuido a masacrar extranjeros o compatriotas, por muy distintas que fueran sus culturas o ideas políticas, merece presidir uno de los espacios públicos más importantes y neurálgicos para la convivencia en nuestra ciudad”. Es la reflexión que hacen desde la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando (Amede), viendo como la escultura ecuestre de Varela continúa hoy día en la céntrica plaza del Rey de La Isla, teniendo en cuenta además que hace más de dos años fue aprobada en pleno municipal su retirada, en cumplimiento con la ley.
Francisco Javier Pérez Guirao, en nombre de Amede, considera que transcurrido el reciente 14 de junio, señalado por la Junta como Día de recuerdo y homenaje a las víctimas del golpe militar y la dictadura (institucionalmente establecido en la ley 2/2017 de 28 de marzo, de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía) y ante la proximidad de otra de las fechas simbólicas y de triste recuerdo, el 18 de julio, como “día oficial” de comienzo del golpe de Estado franquista en 1936, es oportuno preguntarse: “¿hasta cuándo Varela?”.
La ley andaluza al respecto, y la estatal de memoria histórica de 2007 instan a las distintas administraciones públicas competentes a la retirada de símbolos conmemorativos de exaltación o de enaltecimiento del golpe militar que acabó con la Segunda República, la guerra civil y la dictadura franquista de calles, plazas y edificios. “Ambas leyes, además, contemplando una excepción: la concurrencia de razones artísticas o arquitectónicas”, dudan desde Amede en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Precisamente, el pasado junio, el mismo día 14, el Ayuntamiento inició su “particular retirada de simbología franquista”, eliminando cuatro placas o rótulos localizados en distintos puntos de la localidad, algunas en el mismo entorno de la plaza del Rey.
No obstante, San Fernando cuenta desde 1948 con esta polémica escultura ecuestre de Aniceto Marinas en pleno centro que homenajea al general José Enrique Varela Iglesias: “de él, sus defensores, siempre han argüido sus dos condecoraciones laureadas por méritos militares obtenidos en la Guerra del Rif y de ella, la escultura, su valor artístico y antigüedad. Sus detractores, sin embargo, recuerdan de él su implicación en el intento de golpe de Estado de 1932, ya en plena Segunda República, conocido como la ‘sanjurjada’, y su participación en el golpe de Estado y la guerra de 1936, siendo nombrado ministro del Ejército por Franco en reconocimiento a su contribución ‘liberadora’”, recuerda Pérez Guirao.
Para la asociación memorialista local, “no hacía falta una ley ni dos para haber afrontado, hace ya bastante tiempo (hablamos de décadas), la decisión convencida y valiente de que tal monumento en homenaje a un asesino no debía estar en ese espacio público. Ni siquiera por la controvertida y cuestionada suscripción popular para la construcción del mismo, porque esta se realizó en un tiempo de falta de libertades personales y políticas”.
“Máxime –defienden desde Amede- cuando su retirada fue aprobada en 2016 en un pleno municipal a propuesta de Sí se puede San Fernando, con el único voto en contra del PP, y cuando, transcurrido un año de la entrada en vigor de la ley andaluza, el organismo competente en materia de políticas de memoria de la Junta solicita información a este respecto a los distintos ayuntamientos”.
Amede sospecha que parece que, a la espera del desarrollo reglamentario de la ley andaluza de 2017, “y ante la posibilidad de que la consejería competente pueda emitir un informe favorable a su conservación por razones de patrimonio”, los responsables del actual equipo de Gobierno PSOE-PA “siguen a la espera de un proyecto de transformación de la plaza del Rey, prometido y vendido electoralmente, que no termina de ejecutarse”. Una reforma que, según avanzaban semanas atrás desde el bipartito, se confía en hacer realidad si se logran fondos europeos de la Iniciativa Territorial Integrada (ITI) de Cádiz.
Entretanto, a finales de 2016 la entonces llamada plataforma Sí a Varela en la plaza del Rey registraba en el Ayuntamiento cerca de 5.000 firmas en las que se reclama al Ejecutivo liderado por Patricia Cavada que dé marcha atrás en los planes para retirar al ‘caballo de Varela’.
SE APELA A LA “MÁS ELEMENTAL CONCIENCIA CÍVICA Y MORAL” DEL GOBIERNO ISLEÑO
“No es explicable ni comprensible, salvo por una voluntad contraria a los principios que se defienden desde los responsables políticos de las tres administraciones con competencia en esta materia (Ayuntamiento, Diputación y Junta, las tres lideradas por socialistas), la inacción que en materia de políticas de memoria está demostrándose al preservar un monumento ensalzador de la guerra (los frisos laterales del mismo así lo acreditan) y la represión brutal que sufrió este pueblo. Y no nos referimos solo a la ciudad de San Fernando con más de 200 asesinados documentados enterrados clandestinamente en fosas comunes, sino de medio país por donde desarrolló su limpieza genocida el insigne militar”, insiste Javier Pérez Guirao.
En este punto señala que “más difícil” tuvo que ser la retirada de la escultura, también ecuestre, del propio dictador fascista, “trasladada en 2002 en El Ferrol, su ciudad natal, a un lugar no tan privilegiado hasta su ostracismo definitivo en 2010, año a partir del que quedó cubierta por una lona en un almacén militar”.
Así, desde la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando se exige al Gobierno isleño el cumplimiento de las leyes, los acuerdos plenarios “y la más elemental conciencia cívica y moral” para proceder a la retirada del monumento ecuestre del general Varela; así como a que la consejería de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática, ante la persistencia de esta situación, “incoe de oficio el procedimiento para la retirada de este símbolo, de acuerdo a lo que establece el artículo 32 de la Ley 2/2017”.
“Por todo lo expuesto, solicitamos formal y públicamente la retirada de su emplazamiento actual y de la vía pública de la escultura ecuestre dedicada al genocida José Enrique Varela Iglesias”, reitera Francisco Javier Pérez Guirao, en nombre de Amede.