El astillero de Navantia San Fernando ha escenificado este lunes el inicio de la fase de producción de un patrullero de altura para la Marina Real de Marruecos (mientras en Puerto Real se ha hecho lo propio con el BAM-IS para la Armada española). Un encargo anunciado hace más de dos años que comienza a construirse una vez que en esta misma factoría van finalizando los trabajos asociados a las corbetas para Arabia Saudí, y a la espera de que dicha monarquía absolutista confirme nueva faena.
La maniobra ha consistido en el corte de la primera chapa de un bloque piloto para poner a punto los sistemas productivos.
La construcción de este buque militar para Marruecos (que supondrá un millón de horas de trabajo, o lo que es lo mismo, cerca de 250 empleos durante más de tres años) incluye además un paquete de apoyo técnico-logístico (piezas de repuesto, herramientas y documentación técnica), incluyendo servicios de formación técnica para el personal de la Marina Real Marroquí en España.
El patrullero es una solución que garantiza largos periodos de despliegue en la mar, con unos costes de operación y ciclo de vida muy reducidos. Para ello, el diseño de sus sistemas tiene como objetivo mantener la operabilidad, mantenibilidad y fiabilidad con una dotación reducida, se apunta en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
No es el primer contrato de Navantia con Marruecos: ya suministró patrulleros y una corbeta a la Marina Real en los años 80 del siglo pasado, y este contrato “retoma esa senda”, se remarcaba meses atrás.