El patrullero de altura que Navantia San Fernando construye para Marruecos (la construcción número 565 del astillero isleño) avanza, y acaba de alcanzar el hito de puesta de quilla.
Esta faena supone para la antigua Bazán y su industria colaboradora más de un millón de horas de trabajo y alrededor de 1.100 empleos entre directos, indirectos e inducidos durante tres años.
La puesta de quilla ha tenido lugar en la grada número 3 del astillero. La colocación del bloque sobre la grada, con la ayuda de grúas, marca el inicio de la construcción en la grada donde el buque empieza a tomar forma, mientras continúa en los distintos talleres la fabricación de los siguientes bloques.
A este “acto de trabajo” han asistido los miembros del equipo de Navantia, encabezados por el director de programa, Antonio García Molina. Además, según se detalla en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, se ha contado con la presencia del coronel mayor de la Marina Real de Marruecos, Mohammed Sallouh, quien ha sido recibido por el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez; el director de Operaciones y Negocios, Gonzalo Mateo-Guerrero, y el director de Negocio de Corbetas y Buques de Acción Marítima, Alberto Cervantes.
Este buque tendrá una eslora de 87 metros y una manga total de 13, y podrá disponer de una dotación de 60 personas a bordo. El patrullero es una solución que garantiza largos periodos de despliegue en la mar con unos costes de operación y ciclo de vida muy reducidos. Para ello, el diseño de sus sistemas tiene como objetivo mantener la operabilidad, mantenibilidad y fiabilidad con una dotación reducida.
Este encargo para el país vecino incluye además un paquete de apoyo técnico-logístico (piezas de repuesto, herramientas y documentación técnica), contemplando igualmente servicios de formación técnica para el personal de la marina marroquí en el Estado español.
Ya el pasado mes de enero, Navantia San Fernando recibió la visita del máximo representante de la Marina Real de Marruecos, contralmirante Mohamed Tahin, Inspector de la Marina Real, quien supervisó los trabajos de construcción de este barco, cuyas primeras tareas (el corte de chapa) se iniciaron en julio de 2023 (tras anunciarse el contrato dos años antes, en 2021).
No es el primer contrato de Navantia con Marruecos: ya suministró patrulleros y una corbeta en los años 80 del siglo pasado, y este contrato “retoma esa senda”.
SUBDELEGACIÓN RECIBE AL COMITÉ DE EMPRESA
Sin dejar el astillero isleño, esta misma semana el comité de empresa de Navantia San Fernando ha mantenido un encuentro con la subdelegada del Gobierno de España en Cádiz, Blanca Flores, para trasladarle sus “inquietudes y reivindicaciones”.
Los representantes de la plantilla han recordado que la carga de trabajo actual y la que se supone que va a llegar implica una necesidad de contrataciones de más de 850 nuevos empleos para los centros de trabajo en la Bahía, sin olvidar el trabajo inducido adicional. Sin embargo, se reconoce que cada vez es más complicado encontrar trabajadores con la cualificación requerida, por lo que se reclama un sistema de formación que responda a estas necesidades.
Además, se abordaron las demandas laborales y sociales que se negocian actualmente con la empresa estatal para el estancado convenio colectivo.
El astillero de La Isla, según repiten desde la empresa estatal y el PSOE de forma reiterada, tiene carga “garantizada” para los próximos años: dos buques hidrográficos costeros y uno más oceanográfico para la Armada española, y la posibilidad de nuevos barcos de guerra para la monarquía absolutista de Arabia Saudí. Pero la realidad, es que actualmente los talleres sólo trabajan en este patrullero para Marruecos.