La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, se dejaba ver el pasado viernes por San Fernando; durante la mañana, arropada por el subdelegado del Gobierno central en Cádiz, José Pacheco, visitaba la Brigada de Infantería de Marina ‘Tercio de Armada’ (BRIMAR-TEAR), donde pudo conocer de primera mano “la preparación y versatilidad” de esta unidad anfibia; y a continuación se trasladaba al Real Instituto Observatorio de la Armada, un recorrido que calificó como “inolvidable”.
A su llegada al TEAR, recibida por el almirante jefe de la Flota, Eugenio Díaz del Río, la todavía ministra socialista (y de las más queridas por la derecha) alababa “la profesionalidad, preparación y capacidad de entrega del Tercio de Armada”, que “ha escrito páginas heroicas de la historia de España y así seguirá siendo en el futuro. Son un orgullo para la Armada española y para las Fuerzas Armadas”.
Según recoge DIARIO Bahía de Cádiz de fuentes de Defensa, Robles asistía a una presentación a cargo del comandante de la BRIMAR-TEAR, general de brigada José Luis Souto, en la que se han destacado las capacidades, el intenso adiestramiento y la mentalidad expedicionaria de esta unidad anfibia, que le permiten intervenir en cualquier tipo de operación de combate, de paz o humanitaria.
Como particularidad, la Brigada, integrada por unos 2.400 efectivos, tiene la capacidad de realizar operaciones militares en tierra iniciadas desde la mar a bordo de buques anfibios. Integrada en la Flota de la Armada, es capaz de ejecutar por sí misma todas las funciones de combate y llevar a cabo su misión de forma autónoma.
En unas palabras al personal, la ministra aprovechaba la visita para dar las gracias a la Brigada por su “excepcional trabajo” en las labores de ayuda tras el terremoto que afectó a Turquía en febrero de este año. Asimismo, el comandante de la BRIMAR se refería también a la labor durante la operación ‘Balmis’ durante los primeros meses de la pandemia del Covid-19 o con el Grupo Anfibio Aeronaval ‘Dédalo-23’, desplegado en el Mediterráneo como parte de la política de disuasión y defensa de la OTAN.
Margarita Robles asistía también a una explicación sobre el proceso inicial de alistamiento de un subgrupo táctico que “previsiblemente” desplegará la OTAN en septiembre de 2024 en Rumanía y que estará formado por entre 200 y 250 efectivos, al que se sumará otro posible despliegue en Eslovaquia. E igualmente, comprobaba ‘in situ’ los preparativos para la llegada estos días de un tercer contingente para el adiestramiento de 90 combatientes ucranianos.
“NO HAY PALABRAS PARA EXPRESAR LA EMOCIÓN POR VISITAR ESTE REAL OBSERVATORIO”
La mañana en La Isla la completaba la titular de Defensa trasladándose al Real Instituto Observatorio de la Armada (cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII), donde estuvo acompañada por su director, capitán de navío Antonio Pazos, y por su subdirector, el capitán de fragata Héctor Esteban Pinillos.
En la Sección de Hora, visitaba la sala de patrones y relojes y se mostraba muy interesada en la precisión. Esta sección es la encargada de mantener el patrón de la unidad básica de tiempo (el segundo) del sistema internacional de unidades y la hora legal española. El laboratorio del ROA es el responsable, en nombre del Estado, de la custodia, conservación, mantenimiento y difusión del patrón nacional de la unidad básica de tiempo.
Desde 2018, este Observatorio está inmerso en el reto de la construcción e implementación de un reloj de red óptica de Estroncio, que, tal y como expresaron los ingenieros que trabajan en el mismo persigue “conseguir el momento de referencia para el mundo entero” y “permitirá trabajar en una mayor precisión en el tiempo, que permitirá a su vez una mayor precisión en el espacio”.
“No hay palabras para expresar la emoción por visitar este Real Observatorio, con unos excepcionales profesionales y una formación inigualable. El pasado, el mejor presente y sobre todo, el más avanzado futuro nos contemplan aquí”, subrayaba la ministra de Defensa tras este paseo por las instalaciones, en el que también pudo recorrer la biblioteca principal, abierta al público y a la investigación y cuyo ejemplar de libro más antiguo data de 1489. Terminaba calificando la visita como “inolvidable” y dando la enhorabuena a todos los integrantes del Observatorio, civiles y militares.