El colectivo ecoanimalista La Revuelta espera que “se recapacite y se abandone” en San Fernando la idea de poner el Parque Natural o la playa de Camposoto “en riesgo por unos negocios que hipotecarían el entorno en un momento en el que la lucha contra el cambio climático es una urgencia mundial que empieza por las decisiones políticas locales”.
Estas manifestaciones las hace a colación de las pancartas que han aparecido en parte de las vallas que delimitan lo que fue el polígono de Tiro Janer, donde se proyecta desde hace años un nuevo complejo comercial (y empresarial). El Ministerio de Defensa vendió en 2013 los suelos desafectados a la Zona Franca de Cádiz, que a su vez, tras verse sin capacidad económica para afrontar la urbanización y desarrollo de la idea, lo revendía hace unos meses a Ten Brinke Desarrollos. Esta promotora, según se dijo en verano, pretende comenzar a trabajar sobre el terreno a finales de este 2019. Y, al menos es lo que refleja en su web, querría tener operativo el proyecto a finales de 2020, calculando una inversión de unos 20 millones.
Dichas pancartas rechazan este complejo y denuncian que su construcción pone en riesgo la vida del Parque Natural Bahía de Cádiz, al tiempo que se reclama empleo verde compatible con el cuidado del entorno y no más cemento. La Revuelta dice apoyar y sumarse a la campaña.
Por otro lado, desde este colectivo ecoanimalista local, a través de una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, también se critica la luz verde que daría el Ayuntamiento a que se levanten hoteles a pie del Parque Natural, cerca de la playa, con la excusa de que se crearía empleo, en los suelos que lleva años reclamando a Defensa en Camposoto. “La realidad es que se trataría de un empleo sujeto a la estacionalidad y precario”, se reflexiona, mientras se defiende que “la peculiaridad de la playa de nuestra ciudad es que es un entorno natural sin ladrillo”.
“La apuesta por el consumismo como modelo de ocio y negocio pone en riesgo no solo esta zona, sino también limita las aspiraciones de generar una economía en torno a las posibilidades que ofrece el propio Parque Natural, con una economía que podría estar basada tanto en el turismo ecológico -aprovechando que nuestro parque es paso obligado de una gran cantidad de aves migratorias y la diversidad de flora y fauna que hay- y también en la acuicultura o las salinas, siempre respetando las condiciones naturales”, se reflexiona desde La Revuelta.