La última fase de pruebas dinámicas del tranvía de la Bahía de Cádiz, de cara a su entrada en marcha parcial “antes de final de 2017”, continúa desarrollándose y supera su primer mes. En este periodo, acumula casi 870 kilómetros recorriendo el trazado tranviario entre Chiclana y San Fernando. La Junta admite que la “convivencia” entre tráfico rodado, peatonal y el tranviario, “requiere de un proceso progresivo de adaptación”.
La última fase de pruebas dinámicas del tranvía de la Bahía de Cádiz, de cara a su entrada en marcha parcial “antes de final de 2017” –según los pronósticos de la Junta más recientes- continúa desarrollándose y supera ya su primer mes, teniendo en cuenta que se activaron tras la Semana Santa, el pasado 20 de abril. En este periodo, acumula ya un total 868 kilómetros recorriendo el trazado tranviario entre Chiclana y San Fernando, de ida y vuelta. En la última semana, del 16 y el 22 de mayo, esta fase de ensayos dinámicos ha sumado 254 kilómetros.
El ‘parte’ de este martes desde la consejería de Fomento y Vivienda para informar sobre los últimos pasos del proyecto, apenas aporta novedades: señala que el desarrollo de estas pruebas, en las que se están intercalando tanto las comprobaciones de integración de la unidad circulando por la plataforma de vía, como del funcionamiento de los sistemas de señalización y comunicaciones, dispone de un operativo de 13 técnicos, entre la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, la asistencia técnica de pre-explotación, CAF (fabricante de los trenes) y los propios suministradores de los sistemas e instalaciones.
Desde la perspectiva del funcionamiento de los trenes y de su interacción con los sistemas, las pruebas se desarrollan “de manera favorable”. En lo relativo a la convivencia entre las unidades en pruebas del llamado tren tram con el tráfico rodado y el tránsito peatonal, “se siguen detectando, diariamente, la invasión de coches en los cruces e intersecciones cuando la señalización semafórica habilita el paso al ferrocarril metropolitano”.
No obstante, el delegado territorial de Fomento y Vivienda, Federico Fernández, matiza “que este proceso de convivencia entre tráfico rodado, peatonal y el tranviario, requiere de un proceso progresivo de adaptación, al igual que ha sucedido en otras ciudades, y de hecho estamos trabajando en campañas de concienciación y sensibilización entre la ciudadanía, que iniciaremos a partir del verano”.
La flota del material móvil está compuesta de siete unidades, de las que dos se siguen en la línea ferroviaria de Álava para proseguir las pruebas de homologación en vía férrea, y las cinco restante son los vehículos que intervienen en la actual fase de pruebas dinámicas en el trazado tranviario.
LAS ÚLTIMAS OBRAS
Por otro lado, la única obra que resta por ejecutar de este sistema de transportes, la relativa a la parada intermodal de río Arillo, “continúa avanzando”. Este apeadero es clave para que el tranvía pueda empezar a operar al menos entre Chiclana y San Fernando, ya que en este punto se realizarían los trasbordos con el Cercanías de Renfe.
En la última semana, la empresa contratista, la UTE Ogensa-UC10, ha iniciado la reposición de la conducción principal de abastecimiento de la Zona de Aguas Gaditana, en el tramo del margen de la autovía CA-33 más próximo al núcleo urbano de San Fernando. Este desvío y reposición es imprescindible para despejar la zona de obras de río Arillo, por donde ahora discurre parte de esta gran tubería, de medio kilómetro de longitud lineal en la zona afectada por las obras del tranvía. El esquema final de su restitución incluye un doble cruce bajo la autovía de esta conducción de abastecimiento, para así evitar la zona de la nueva parada.
Por su parte, y cerca también de esta localización, el intercambiador de La Ardila, a la salida de La Isla (o lo que es lo mismo, el apeadero de autobuses), que “garantizará una fluida combinación entre el tranvía y los autobuses interurbanos y urbanos”, tiene la obra concluida y, por tanto, se encuentra sólo a expensa de concluir la legalización de las instalaciones y de la colocación del mobiliario. Mientras, del apeadero de autobuses comprometido en Chiclana, y que se incluyó dentro también de las infraestructuras relacionadas con el tranvía, sigue sin saberse nada.
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