“España y Arabia Saudí están unidas por lazos fuertes y duraderos”. Es una de las sentencias que deja la botadura de la última corbeta (son cinco en total) que Navantia está construyendo para esta monarquía autoritaria. El astillero de San Fernando ha acogido el protocolario acto este sábado a eso de las tres de la tarde, momento en el que este buque bautizado como ‘Unayzah’, en homenaje a esta ciudad situada al norte de la capital del país saudita, ha tocado las aguas de la Bahía gaditana. Se trata además de la construcción 550 de la antigua Bazán.
Esta corbeta tiene una eslora de 104 metros, una manga de 14 y será capaz de transportar a un total de 102 personas entre tripulación y pasaje. Alcanzará una velocidad máxima de 27 nudos y, entre otros aspectos, tiene capacidad para llevar a bordo provisiones para 21 días. De este modo, los cinco buques encargados que se construyen en el astillero isleño (con el apoyo del de Puerto Real, principalmente) están ya en distintas fases de desarrollo. La primera corbeta, Al-Jubail, se botó en julio de 2020 (y desde hace semanas está ya realizando pruebas de mar); la segunda bautizada como Al-Diriyah, en noviembre de ese año; la tercera, Hail, a finales de marzo de 2021; y Jazan, la cuarta, el pasado julio).
La ceremonia, con la presencia de trabajadores de Navantia y familiares, ha comenzado con una lectura del Corán, seguida de la proyección de varios vídeos: sobre la ciudad de Unayzah, que da nombre al barco, sobre el programa Avante 2200 y sobre la construcción de esta quinta corbeta. Y ha finalizado cuando el comandante de la Marina Real Saudí, vicealmirante Fahad Bin Abdullah Al-Ghofaily, ha cortado la cinta, con lo que la flamante corbeta, tras recibir el impacto de la botella con agua de La Meca, se ha deslizado por la grada hasta tocar agua por primera vez. Los trabajos en la misma continuarán ahora hasta su entrega en España, prevista para agosto de 2023. El buque será finalizado en Arabia Saudí y será entregado en febrero de 2024, según recoge DIARIO Bahía de Cádiz de fuentes de Navantia.
En el acto han participado además de Fahad Bin Abdullah Al-Ghofaily; la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez; el secretario general de Industria y de la Pyme, Raúl Blanco, y el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez. A través de vídeo han intervenido el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (Ajema), Almirante General Antonio Martorell Lacave, y el CEO de SAMI (Saudi Arabia Military Industries), Walid Abukhaled.
“REFORZAR UNA ASOCIACIÓN QUE YA EXISTE ES LA MEJOR MANERA DE AFRONTAR EL PRESENTE Y EL FUTURO”
El comandante de la Marina Real Saudí ha destacado que la botadura de las cinco corbetas, con un calendario “tan corto y exigente”, ha sido un “logro notable” y una clara muestra del “compromiso” de Navantia de cumplir cada hito del proyecto “con altos estándares de calidad”.
Por su lado, el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, ha dedicado palabras de agradecimiento al personal que ha trabajado en la construcción de “un buque con las mejores calidades y cumpliendo con los plazos establecidos, pese a los múltiples desafíos”. “Compañeros de Navantia e industria colaboradora, os doy las gracias de corazón a todos, habéis hecho posible que se celebre la botadura de esta corbeta. Este acto muestra el resultado del buen hacer de nuestra gente. No siempre es tan fácil visualizar de una forma tan clara el resultado de un esfuerzo”, ha señalado; y ha aprovechado para reiterar su “total compromiso con el futuro de este astillero y del ecosistema industrial de la Bahía de Cádiz”.
Además, Domínguez ha agradecido a la Armada española, la Real Marina Saudí y los ministerios de Defensa de ambos países su “apoyo continuo” para el éxito del programa. “España y Arabia Saudí están unidas por lazos fuertes y duraderos y hoy en día, dado que la colaboración internacional es esencial, reforzar una asociación que ya existe es la mejor manera de afrontar el presente y el futuro”, ha afirmado; añadiendo que, la compañía naval española, como “líder en el sector reconocido internacionalmente por su calidad y tecnología”, será “el socio más fiable para futuros proyectos”.
Representando al Ministerio de Industria, la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, ha dado la enhorabuena al personal que ha hecho posible la construcción de las cinco corbetas: “reflejan perfectamente las fuertes capacidades tecnológicas de España y la competitividad de la industria de Defensa española, que tan a la perfección representáis vosotros”. “Esto también es marca España”, ha remarcado.
Mientras el Ajema, Antonio Martorell, ha subrayado su compromiso personal y el de la Armada con el proyecto y ha agradecido “la confianza que la Real Armada Saudí ha depositado en la Armada española para supervisar la ejecución de este innovador programa naval”. Y el consejero delegado de SAMI, Walid Abukhaled, ha expresado su orgullo por los éxitos alcanzados por la empresa a través de sus alianzas estratégicas con Armada saudí y Navantia. “La finalización exitosa del proyecto representa un salto cualitativo en los esfuerzos de SAMI por mejorar las capacidades de Arabia Saudí en sistemas de tecnología marítima y fortalecer el ecosistema de defensa del país”, ha añadido.
EL MAYOR CONTRATO DE LA HISTORIA DE NAVANTIA CON UN CLIENTE EXTRANJERO
Este polémico contrato (no hay que olvidar que se están construyendo buques de guerra para un país que no respeta los derechos humanos) alcanza un importe de 1.800 millones de euros y representa el mayor de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero; está en vigor desde noviembre de 2018 (y negociado desde 2015), y “beneficia a todos los astilleros de la compañía”.
En la teoría, supone una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas que, traducido a empleo, son unos 6.000 anualmente durante cinco años, De estos, más de 1.100 son empleados directos, más de 1.800 de contratas y más de 3.000 empleados indirectos generados por otros suministradores. Serán más de 100 las empresas auxiliares que colaboren en este proyecto.
El diseño de estas corbetas de guerra (basadas en las que se construyeron años atrás para Venezuela) es de última generación, maximizando a la vez la participación de Navantia mediante la incorporación de productos propios, como el sistema de combate CATIZ, el sistema de comunicaciones integradas HERMESYS, la dirección de tiro DORNA, el Sistema Integrado de Control de Plataforma y el puente integrado MINERVA, junto con otros equipos desarrollados por la empresa naval española bajo licencia, como los motores de MTU o las cajas reductoras de RENK.
El programa, cuyo último buque deberá ser entregado en el año 2024, incluye, además de la construcción, el suministro de varios servicios tales como, apoyo logístico integrado, adiestramiento operacional y de mantenimiento, suministro de centros de formación y adiestramiento para el sistema de combate y sistema de control de plataforma de los buques, y los sistemas para el mantenimiento de los buques en la Base Naval de Jeddah. Sin olvidar el apoyo al ciclo de vida durante cinco años, desde la entrega del primer buque, con opción a otros cinco años adicionales.