Tras semanas complejas y complicadas, la residencia privada Vitalia Bahía de Cádiz, en San Fernando, ha vuelto a una “situación estable y controlada”. Este geriátrico fue medicalizado por la Junta de Andalucía entrado el pasado mes octubre “para la salvaguarda de la salud pública” a causa de la pandemia por coronavirus.
Igualmente, se intervino esas semanas de la misma manera en la residencia San José, también en la localidad (y ya desmedicalizada), donde se daba otro brote preocupante. Y durante la primera oleada, también se vio necesaria la medicalización de la residencia de la Cruz Roja.
Las últimas visitas de la Inspección de Servicios Sanitarios de la delegación territorial de Salud y Familias refrendan la desmedicalización de este centro de mayores en Camposoto, “dado que se ha superado la situación de partida y que cuenta con los recursos sanitarios propios suficientes para hacerse cargo de sus usuarios”.
Esta residencia llegó a sumar más de un centenar de positivos de Covid-19 (entre residentes y personal), y ha tenido que lamentar la muerte de más de una decena de ancianos. Al respecto, el comité de empresa en los momentos más críticos denunciaba públicamente una situación “insostenible”. Los militares también acudieron a las instalaciones para su desinfección.
En este caso de Vitalia, la medicalización ha consistido en la adaptación clínica del espacio residencial y la coordinación asistencial con la atención primaria y hospitalaria de referencia, en este caso el Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda y el Hospital San Carlos.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la delegada territorial de Salud, Isabel Paredes, ha puesto en valor “el importante trabajo que han realizado los profesionales de atención primaria y hospitalaria, junto a los trabajadores de la residencia, que han luchado de forma incansable por nuestros mayores frente al Covid-19”.
La labor desarrollada, concreta Paredes, ha consistido en “un trabajo estrecho y de comunicación con la dirección del centro medicalizado, reforzando la vigilancia de los pacientes y el seguimiento de los contactos”. Asimismo, “se ha trabajado intensamente en la detección y diagnóstico temprano de posibles nuevos casos, realizando test a pacientes y contactos estrechos por el equipo de recogidas de muestras, que se ha desplazado a la residencia cuando ha sido necesario y ha realizado barridos de test rápidos cuando se ha indicado desde el equipo de Epidemiología de Distrito”.
Y reitera que en estos “se hospitaliza a las personas que lo necesitan”. A las personas que no requieren de hospitalización se les pone tratamiento necesario y les siguen profesionales diariamente. También se facilita “todo el material” de protección necesario (EPI) para garantizar la protección del personal y el buen seguimiento de pacientes y resto de residentes, para evitar así la propagación del virus por los propios trabajadores; la administración de soporte oxígeno en los casos en los que ha sido preciso; y la atención completa a los residentes con las visitas y seguimientos de los sanitarios, además de una supervisión por parte del equipo de la propia delegación territorial.
La medicalización es una herramienta de la Junta (bajo una orden decretada durante el primer estado de alarma, allá por marzo), en la que se insta a la adopción de medidas en relación con las actuaciones sanitarias en centros sociosanitarios, cualquiera sea su titularidad y tipología de gestión, en salvaguarda de la salud pública a causa de la pandemia del coronavirus.