La consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda de la Junta de Andalucía, que gestiona el tranvía de la Bahía de Cádiz (llamado comercialmente Trambahía y operado por Renfe) ha instalado plazas de “aparcamientos seguros” para bicicletas y vehículos de movilidad personal (VMP, o sea, patinetes eléctricos) junto a la parada de La Ardila, buscando “fomentar la intermodalidad e incentivar el uso del tranvía”. Este mismo módulo de 50 plazas también se ha habilitado en Chiclana, en el interior del recinto de Talleres y Cocheras de Pelagatos para el uso de los trabajadores de este servicio.
En el caso de La Isla, este hangar para bicicletas se ha colocado parece que pensando en el mañana, ya que hoy día esta parada del Trambahía es la última del tramo urbano de San Fernando y no es ni mucho menos la más usada. Es verdad que en el entorno, en unos meses, estará operativo el nuevo centro comercial de Janer. Y justo al lado se encuentra la que se proyectó como estación de autobuses de la ciudad (llamado intercambiador de transportes), pero esta modesta infraestructura construida hace unos años (con el mismo dinero europeo que el proyecto del tranvía) sigue cerrada y degradándose.
Desde la Junta se defiende en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que este aparcabicis (y patinetes, que tienen prohibido ‘subir’ al tranvía) es una infraestructura “creada para fomentar la intermodalidad, con posibilidad para coger el Trambahía hacia Cádiz o hacia Chiclana”. Además, en esta parada de La Ardila existe un amplio aparcamiento disuasorio “para dejar el vehículo motorizado”.
Se trata de un aparcamiento novedoso tipo hangar, que permite dejar la bicicleta o el patinete de manera gratuita en un recinto cerrado, controlado mediante una App sencilla e intuitiva. Se ha costeado, junto a otros similares habilitados en Sevilla, Málaga y Granada, con fondos europeos React-EU. En concreto, entre todos se han invertido más de 580.000 euros.