El pleno ordinario de septiembre del Ayuntamiento de San Fernando, todavía en formato telemático, abordó entre sus diferentes puntos la propuesta de acuerdo de concesión de título de alcalde honorario, a título póstumo, para Cayetano Roldán Moreno, y el título de concejal honorario, también a título póstumo, para los miembros de su Corporación municipal, la última de la truncada Segunda República: todos ellos fueron asesinados a raíz del golpe de Estado franquista en 1936 “por defender sus ideas”.
Como era de esperar, solo la extrema derecha, Vox, ha votado en contra de la propuesta, ya que, siguiendo su discurso rancio, “lo último que necesita ahora mismo España es este revisionismo impuesto por la izquierda”. PSOE, Podemos, AxSí y hasta PP y Cs, respaldaron este reconocimiento, que se activaba meses atrás, tras recibirse la propuesta de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando (Amede).
De este modo, La Isla ya rinde homenaje, pese a quien le pese, a los 17 concejales que sufrieron las consecuencias del levantamiento militar y fueron asesinados al inicio de la Guerra Civil, en 1936. Estos 17 ediles, que lo eran o lo habían sido del Ayuntamiento de San Fernando, fueron apartados de sus funciones públicas tras ser arrestados y posteriormente asesinados por los franquistas. Entre ellos, el que fuera alcalde desde el 25 de febrero al 18 de julio de 1936, Cayetano Roldán Moreno, y que fue asesinado durante los primeros meses de la contienda, concretamente, el 29 de octubre de 1936.
El resto de concejales represaliados son: Emilio Armengod Molina, Eladio Barbacil Romarín, Manuel Belizón Castillo, Eduardo Díaz Delgado, Antonio Ferrer Acosta, Marciano González Medina, Francisco Hierro Benítez, José Lucas Velázquez, Juan Mantero Valero, Juan Moreno Cabezas, Eduardo Naranjo Gago, Antonio Pérez Heredia, Luis Ramos Laguna, Marcial Ruiz Pérez, Esteban Salamero Bernal y Carlos Urtubey Rebollo.
La Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento se reunió a principios de septiembre, tras haber finalizado el periodo de exposición pública del correspondiente decreto en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). La citada Comisión emitió dictamen favorable, elevándose la propuesta al pleno de la semana pasada.
“Una sociedad democrática sana debe saber reconocer a las personas que dieron su vida por defender el espacio de libertad del que ahora disfrutamos, y los miembros asesinados de la Corporación municipal de San Fernando, junto a otras muchas personas, son referentes de la soberanía popular municipal que cercenaron los golpistas a través de una despiadada represión contra todos aquellos que se opusieron a sus legítimos propósitos”, subraya la propuesta aprobada.
“UN ISLEÑO MUY QUERIDO POR TODOS”
El ya alcalde honorario Cayetano Roldán, según resaltaban desde el PSOE semanas atrás, fue “un hombre bueno, republicano y de izquierdas, cabeza visible de un Ayuntamiento que velaba por sus paisanos, y un isleño muy querido por todos”.
Una persona que durante el tiempo que fue alcalde “hizo lo que debe hacer un buen regidor: intentar transformar su ciudad y la sociedad en la que vivía, hacerla avanzar, para beneficio de todos apostando por la justicia social, por crear centros de enseñanza porque estaba comprometido con la alfabetización y la educación laica, por pedir a los dueños de las fincas que las arreglaran en beneficio de los obreros, por establecer un precio regulador para la venta de pan, por implantar medidas de asistencia social, de auxilios médicos y de jubilaciones para los obreros… Esos fueron los delitos de Cayetano Roldán, que no tuvo miedo a significarse y dar la cara en un tiempo en el que tenía mucho que perder”, relatan los socialistas.
Precisamente desde finales de octubre de 2019, el último alcalde republicano de La Isla cuenta con un busto que lo recuerda y homenajea. Se inauguraba el mismo día en que se cumplían 83 años de su fusilamiento por los fascistas “tras 112 días de cautiverio y vejaciones”, con un acto celebrado en plaza donde ha quedado instalada la escultura, junto a la avenida que lleva su nombre. Se daba respuesta a una demanda ciudadana y vecinal.
“¿Y LA RETIRADA DE LA ESTATUA DEL GOLPISTA VARELA?”
Uno de los concejales de Podemos, Ernesto Díaz, actuando como portavoz Adelante La Isla, ha celebrado este reconocimiento institucional, pero al mismo tiempo ha lamentado que el equipo de Gobierno de PSOE y Cs “siga sin ajustar cuentas con el franquismo, sin cumplir la Ley de Memoria Histórica y democratizar los espacios públicos de nuestra ciudad”.
“Nos alegra que el equipo de Gobierno atendiera la petición de Amede, es algo que como isleños e isleñas, les debíamos” pero, añade Díaz, la alcaldesa, Patricia Cavada, “no puede escudarse en esta acción más que necesaria para que la estatua de un fascista que dio el golpe y sirvió para instaurar una dictadura de cuarenta años, se mantenga en la plaza que preside el Ayuntamiento”.
“Cavada demuestra que su política en memoria se conforma con lo simbólico y ahí, sí tiene voluntad política”, mientras que “obvia acuerdos plenarios y la propia Ley de Memoria Histórica para no hacer cumplir y esconder en proyectos de reforma de la plaza del Rey, la retirada de Varela”, se queja el exmorado. Y es que, reitera en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, “el mejor reconocimiento a la memoria de Roldán y todos sus concejales, es la retirada del monumento al golpista”.
El portavoz de Adelante La Isla (marca que, por cierto, IU prohíbe que se utilice) considera “tan necesarios” los reconocimientos, las anulaciones de las sentencias franquistas (que se incluirán en la futura Ley de Memoria Democrática) como la retirada de la simbología franquista, la divulgación y, por supuesto, las exhumaciones. “Hay que ser valientes y poner en marcha políticas que hagan realidad ese compromiso de verdad, justicia y reparación que desde hace más de cuarenta años llevan reclamando los familiares de las víctimas del franquismo”, insiste. En especial, “porque corremos el peligro de que la extrema derecha pretenda enterrar de nuevo el legítimo derecho de la sociedad a saber su historia y vivir en democracia, amparándose en el olvido del pasado. Ese olvido no es ni sano, ni democrático”.