El Ayuntamiento de San Fernando va a presentar alegaciones al borrador de la Estrategia para la protección costera en la provincia de Cádiz ante el cambio climático que ha elaborado el Ministerio para la Transición Ecológica, que ya está en exposición pública, y que no considera prioritaria la intervención en la Bahía gaditana pese a que expertos y organizaciones científicas califican esta zona como una de las más críticas ante la subida del mar.
Lo ha avanzado la alcaldesa, Patricia Cavada, en la visita que ha realizado a una de las vueltas de afuera de la localidad (en zona de Dominio Público Marítimo Terrestre, DPMT) para visibilizar y volver a denunciar el estado de degradación de estos elementos perimetrales de las salinas que no solo promueven la biodiversidad y la generación de actividad económica (acuicultura y salicultura), sino que son infraestructuras defensivas frente a esa subida del nivel del mar.
En su intervención, la primera edil socialista ha afirmado que el Consistorio isleño ya prepara con los expertos de la Universidad de Cádiz y de de la Fundación Centro Tecnológico Acuicultura de Andalucía (Ctaqua) las alegaciones para reclamar al Ministerio que ha elaborado el borrador de dicha estrategia que revise la metodología utilizada, porque “es inconcebible que la Bahía de Cádiz y la ciudad de San Fernando, incluida la playa de Camposoto, no sean zonas de actuación prioritaria”. De hecho, ha recordado el estudio realizado recientemente por la asociación Climate Centre que apunta a que la Bahía es una de las zonas con mayor riesgo por inundaciones ante el calentamiento global.
Según se apunta en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, Cavada ha lamentado que “las vueltas de afuera son las grandes desconocidas por la opinión pública, pero mucho me temo que también por los responsables de las administraciones que deben tomar las medidas para recuperarlas”; “tienen que oírnos a los ayuntamientos afectados, ya que está en juego la seguridad de las personas y también un puntal del desarrollo económico de la provincia”. Como ha resaltado, “sin vueltas de afuera no habrá ni acuicultura, ni biodiversidad, ni parque natural, ni defensa para la ciudad”.
Como han puesto de relieve todos los participantes en esta visita y ya se sabía, el estado general de las vueltas de afuera es de “paulatina degeneración”, y eso a pesar de que son las infraestructuras que configuran el paisaje ecocultural de esta zona, vertebran la organización de su geografía, protegen de la subida del mar, posibilitan una red de senderos para disfrute de la ciudadanía y generan espacios productivos “de gran calidad y tradición gastronómica”.
La falta de mantenimiento de estos elementos hace que se fragmenten y dejen de cumplir su función de control de la acción del mar, “con el correspondiente riesgo para la población y la perdida irreversible de la actividad productiva”, se insiste.
En enero de 2020, el Ayuntamiento ya informó al Consejo Local de Medio Ambiente del informe sobre la deficiente situación de estas infraestructuras de las salinas, lo que obliga a tomar medidas inmediatas en una acción que debe considerarse “como Obras de Interés General del Estado”, lo que obliga a que se realice una actuación prioritaria y urgente antes que los daños sean irreversibles técnica y presupuestariamente. Este informe identifica los principales puntos conflictivos en los que la actuación es más necesaria y acuciante.
Del mismo modo, se ha recordado que también la Junta de Andalucía está tramitando el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y el Plan de Desarrollo Sostenible (PDS) del Parque Natural Bahía de Cádiz, así como la Estrategia andaluza de la Acuicultura, “y es el momento de revisar a fondo los planteamientos para que la acuicultura del siglo XXI y las actividades de turismo de naturaleza sean posible”.
“LA MAREA NO DESCANSA Y VA COMIENDO EL TERRENO”
En esta visita, la alcaldesa ha estado acompañada por su concejal de Desarrollo Sostenible, Ignacio Bermejo; el presidente de la Federación de Asociaciones de AAVV Isla de León, Antonio Romero, y vecinos de La Almadraba; el director de los Servicios Centrales de Investigación en Salinas de la UCA, Alejandro Pérez; y el gerente de Ctaqua, Juan Manuel García de Lomas.
Precisamente, el responsable de Ctaqua ha insistido en la necesidad de seguir insistiendo para atajar este problema, y ha resaltado que “hay instrumentos y financiación para desarrollar estas actuaciones” cuya competencia corresponde al Gobierno central. García de Lomas ha cuantificado en 10.000 las hectáreas que no se están aprovechando económicamente en estos momentos en la Bahía por miedo a que en el futuro las inversiones se pierdan por esta falta de mantenimiento, “lo que daña las posibilidades de tener actividad económica”.
En la misma línea, ha alertado de que “hay que trabajar con ese doble objetivo de conservar el entorno para su aprovechamiento y para protegernos del cambio climático, algo que es inminente, que ya está pasando hoy”. “Las estimaciones a 10 años apuntan a que el nivel del mar subirá 20 centímetros, lo que afectará a las viviendas de la barriada de La Almadraba y al sector de la acuicultura y la salicultura, actividades que desaparecerán en unos años si no se toma en serio esta cuestión”, ha apostillado.
Por todo esto, Ctaqua no solo apoyará al Ayuntamiento de La Isla en sus alegaciones, sino que presentará las suyas propias, ya que “solo si no se conoce esta zona se puede decir que no es prioritaria para realizar inversiones de mantenimiento frente a la subida del mar”.
En la misma línea se ha expresado el representante de la Universidad de Cádiz, que ha insistido en que “no se puede vivir de espaldas al territorio, sin conocer la singularidad de la Bahía de Cádiz y la importancia de sus marismas”. “La marea no descansa y va comiendo el terreno a las vueltas de afuera, que bien conservadas generan un espacio singular en el interior de las marismas que necesita de protección frente al mar para mantener sus valores, servir para la recuperación económica y para la diversificación de la actividad (cultivos de microalgas, educación ambiental, turismo…) y permitir la defensa de la Bahía, que suma una población de 500.000 habitantes”, ha apuntado Pérez antes de añadir que “si no adaptamos las leyes a los territorios los dejamos desvalidos”.
“Esta es una lucha que mantenemos hace mucho tiempo los vecinos, porque la degradación de las vueltas de afuera se aprecia a simple vista, e incluso hay zonas en las que ya no hay casi ni recuperación posible”, ha subrayado a su vez los representantes vecinales presentes; recordando el temporal que en la primavera de 2018 “nos hizo ya sufrir las consecuencias a los vecinos. Por eso hay que actuar sí o sí en las vueltas de afuera, para dar seguridad al patrimonio de las 150 familias de la Almadraba y a las viviendas de la Ronda del Estero, que nos sentimos en peligro”.