Hace más de dos años que se viene anunciando y prometiendo el polémico y controvertido acuerdo entre el Gobierno de España y Arabia Saudí para, entre otros aspectos, la construcción de cinco corbetas en los astilleros de Navantia para esta dictadura donde no se respetan los derechos humanos.
Un contrato tildado de “histórico” de 2.000 millones de euros que garantizaría carga de trabajo -unos siete millones de horas- durante cinco años para el astillero de San Fernando y factorías gallegas, que serían las plantas que se encargarían de esta faena. Este jueves, en el marco de la visita oficial a España del príncipe heredero del reino de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman Bin Abdulaziz Al-Saud, la firma de ese contrato ambivalente (supone trabajo para la Bahía pero a la vez, como denunciaban desde Ecologistas en Acción meses atrás, coincidiendo con otras ONGs y partidos, “nos hace colaboradores necesarios en la masacre que perpetra Arabia Saudí contra Yemen”), parece estar más cerca.
El príncipe saudí ha sido recibido por los reyes de España, que además le han ofrecido un almuerzo en su honor, en el Palacio Real de Madrid. Tras el mismo, la comitiva de este país absolutista donde la mayor parte de los derechos humanos y libertades fundamentales están prohibidos o restringidos, convertido en uno de los mayores productores y exportadores del mundo de petróleo, se reunían con representantes del Gobierno español, entre ellos el mismo presidente Mariano Rajoy, para suscribir varios acuerdos bilaterales en el contexto de la ‘Visión 2030’ -proyecto de diversificación económica y reformas saudí-, entre los que se incluye este “acuerdo de intenciones” sobre la venta de los buques de guerra, que en todo caso sigue sin ser la firma del contrato en sí. La ministra de Defensa, María Dolores Cospedal, ha sido la encargada de rubricar el documento junto al futuro monarca.
Asimismo se ha firmado un memorando de acuerdo entre la empresa pública española Navantia y la empresa pública saudí Sami, en el que ambas se comprometen a crear una empresa conjunta para los futuros programas navales en este país de Asia occidental.
Si se termina de formalizar algún día, Navantia –que está en plena negociación de su Plan Estratégico y contempla este encargo como uno de los pilares de su viabilidad a medio plazo- asumirá la construcción de cinco corbetas de tipo Avante 2200, parecidas a las que construyó años atrás para Venezuela. El grueso se hará en La Isla, cuya plantilla apenas tiene faena actualmente, los últimos retoques a un BAM para la Armada española.
El contrato, el “más importante de la historia” de la empresa pública para el extranjero, viene acompañado, además, de la construcción de una base en Arabia Saudí y de la prestación de servicios de mantenimiento y de adiestramiento a unos 600 militares del país para la operación de estas embarcaciones, que se encargaría a efectivos de la Armada española.
En la misma tarde del jueves, Antonio Sanz, no como delegado del Gobierno en Andalucía si no como presidente provincial del PP de Cádiz, convocaba a la prensa para hablar de “día histórico” y de “compromiso definitivo”. Este político jerezano, que se ha acordado de los que “ponían en duda” que llegara este día y ha afeado a los que practican la “demagogia fácil y barata”, ha subrayado que supondrá “cuatro años y medio de estabilidad, seguridad, prosperidad, trabajo y multiplicación de empleo”.
Tras varias fechas canceladas, el rey de España, Felipe VI, realizaba el pasado mes de enero de 2017 un viaje oficial a Arabia Saudí que se aseguró que serviría para, entre otros temas, concretar de una vez este contrato. Sin embargo, el Borbón regresó y desde entonces, poco ha ido trascendiendo –hasta prácticamente ahora- de esta posible faena cuestionada por diversas voces y actores, que entienden que “ha generado un grave conflicto entre el derecho al trabajo y los derechos fundamentales a la vida y a la libertad de los receptores y víctimas de ese equipamiento bélico”.
De hecho, en esta misma jornada, IU a nivel nacional se ha vuelto a oponer a este precontrato y ha reprochado con dureza que el Ejecutivo español mantenga la venta de armamento a “dictaduras” como la de Arabia Saudí, que “no sólo no respetan los derechos humanos”, sino que sostiene guerras como la de Yemen, un conflicto en el que se “asesina de forma indiscriminada” a miles de personas. DIARIO Bahía de Cádiz