El embajador de Arabia Saudí en España, el príncipe Mansour Bin Khalid Al Farhan Al-Saud, ha visitado este martes las instalaciones del astillero de San Fernando, donde se concentra el grueso de la construcción de cinco polémicas corbetas para esta monarquía absolutista (un contrato que alcanza un importe de 1.800 millones de euros y representa la mayor de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero).
La presidenta de Navantia, Susana de Sarriá, ha acompañado al embajador durante el recorrido por la antigua Bazán, que comenzó en la dirección con una presentación de los distintos productos que se desarrollan en la compañía estatal española.
Ya en las instalaciones de Sistemas, este representante saudó ha podido compartir impresiones con el grupo de ingenieros que ya trabaja en el desarrollo de los sistemas que serán instalados en estos buques de guerra.
Posteriormente, ha sido recibido en La Carraca por el segundo Alardiz, Jefe de la Base Naval de La Carraca, Almirante Juan Antonio Cornago; y por la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada. Recorrieron los distintos edificios en rehabilitación que servirán para el alojamiento de la dotación árabe.
Durante su visita, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, la presidenta de Navantia ha trasladado el alto nivel de cumplimiento de los trabajos de las corbetas tanto en plazo como en calidad. También ha detallado los avances que se están produciendo con el training de la primera dotación que ya se encuentra en Inglaterra, como paso previo a su llegada a la Bahía de Cádiz.
Junto al embajador y la presidenta han visitado los talleres y las corbetas en construcción en la grada del astillero el Agregado de Defensa de Arabia Saudí en España, Khalid Alghofaily; el capitán de la Royal Saudi Navy Force, Abdula Alsheri; la directora comercial de Navantia, Sofía Honrubia; el director del Astillero Bahía de Cádiz, Javier Herrador; el director de Programas de Defensa de Navantia Bahía de Cádiz, José Antonio Rodríguez Poch; el asesor de la presidencia de Navantia, Javier Romero Caramelo; y el director de Navantia Sistemas, Vicente Santamaría.
MÁS DE 6.000 EMPLEOS ANUALES
Este contrato, en vigor desde el pasado mes de noviembre de 2018 (se estaba negociando desde 2015), supone una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas que, traducido a empleo, alcanza la cifra de 6.000 anualmente durante cinco años, De estos, más de 1.100 son de la propia plantilla, más de 1.800 empleados de contratas, y más de 3.000 indirectos generados por otros suministradores. Serán más de 100 las empresas auxiliares que colaboren en el mismo.
El programa, cuyo último buque deberá ser entregado en 2022, incluye, además de la construcción, el apoyo al ciclo de vida durante cinco años, desde la entrega del primer buque, con opción a otros cinco años adicionales.
El diseño de las corbetas es de última generación (basadas en el Avante 2200, como las que se construyeron años atrás para Venezuela), maximizando a la vez la participación de Navantia mediante la incorporación de productos propios, como el sistema de combate CATIZ, el sistema de comunicaciones integradas HERMESYS, la dirección de tiro DORNA, el Sistema Integrado de Control de Plataforma, el puente integrado MINERVA y los motores y las cajas reductoras.
Por otro lado, lo negociado con Arabia Saudí también incluye el suministro de varios servicios tales como, apoyo logístico integrado, adiestramiento operacional y de mantenimiento, suministro de centros de formación y adiestramiento para el sistema de combate y sistema de control de plataforma de los buques, y los sistemas para el mantenimiento de los buques en la Base Naval.