Cerca de cuatro meses después de la botadura en el astillero de San Fernando de la primera corbeta (bautizada como Al-Jubail) de las cinco encargadas para Arabia Saudí, uno de los programas más importantes, y controvertidos, de la actual cartera de pedidos de Navantia, se ha procedido este sábado a botar el segundo buque de guerra contratado al que se le ha dado el nombre de Al-Diriyah, en homenaje a la ciudad de la que procede la familia real saudí.
Esta corbeta (se trata de la construcción 547 de la antigua Bazán) tiene una eslora de 104 metros, una manga de 14 y será capaz de transportar a un total de 102 personas entre tripulación y pasaje. Alcanzará una velocidad máxima de 27 nudos y, entre otros aspectos, tiene capacidad para llevar a bordo provisiones para 21 días. Los cinco buques encargados están ya en distintas fases de desarrollo; de hecho, en agosto ya se procedía a la puesta de quilla de la tercera corbeta del programa, que pese a las semanas de parón de la actividad durante el primer estado de alarma frente al coronavirus, avanza sin grandes contratiempos. El último barco deberá ser entregado en el año 2024.
Este polémico contrato (no hay que olvidar que se están construyendo buques de guerra para un país que no respeta los derechos humanos) alcanza un importe de 1.800 millones de euros y representa la mayor de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero; está en vigor desde noviembre de 2018 (y negociado desde 2015).
En la teoría, supone una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas que, traducido a empleo, son unos 6.000 anualmente durante cinco años, De estos, más de 1.100 son empleados directos, más de 1.800 de contratas y más de 3.000 empleados indirectos generados por otros suministradores. Serán más de 100 las empresas auxiliares que colaboren en este proyecto.
LA MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES, ‘PRESENTE’
El acto de botadura se ha celebrado en la mañana de este sábado en la factoría isleña, y ha contado con intervenciones presenciales y telemáticas. Ha sido presidido por el comandante de la Marina Saudí, vicealmirante Fahad Bin Abdullah Al-Ghofaily; por la flamante presidenta de Navantia, Belén Gualda; por el CEO de SAMI (empresa de defensa saudí de propiedad estatal), Walid Abukhaled; y por el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada española (Ajema), Teodoro López Calderón. No han faltado entre otros el subdelegado del Gobierno central en Cádiz, José Pacheco; la presidenta de la Diputación, Irene García; y las alcaldesas de San Fernando y Puerto Real, Patricia Cavada y Elena Amaya, respectivamente.
Asimismo, se ha contado con la “participación especial” de la Ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, con una intervención final en la que ha puesto en valor el compromiso del Gobierno de España con este programa naval y el deseo de colaboraciones futuras entre ambos países.
Según relatan desde Navantia en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la ceremonia ha comenzado con la bienvenida del director del astillero, Javier Herrador, para pasar a la lectura de unas palabras del Corán, realizadas por el comandante de la Marina Saudí. A continuación, se ha mostrado un vídeo sobre la ciudad Al-Diriyah (ciudad que da nombre al barco) y un vídeo de Navantia sobre los preparativos de la botadura del buque, tras lo cual, los himnos de Arabia Saudí y España han dado comienzo a los discursos.
El comandante de la Marina Saudí ha destacado la labor de Navantia y la Armada española, “dando lo más alto para conseguir la formación a la primera tripulación en España, personal cualificado capaz de operar y mantener estas naves”. En este sentido, el Ajema también ha destacado el total compromiso de la Armada española en este programa pionero, que más allá de la construcción, implica una formación de calidad.
El CEO de SAMI, por su lado, ha expresado su agradecimiento al apoyo de su gobierno para hacer posible que la corbeta Al Diriyah y todas las demás estén equipadas con el primer sistema de gestión de combate saudita.
La presidenta de Navantia ha tenido unas palabras de agradecimiento a todo el equipo que trabaja en este programa, tanto en España como en Arabia, y ha puesto de manifiesto el propósito de la empresa estatal española de colaborar con la Marina Saudí a través de otros futuros programas.
A continuación, el comandante Fahad Bin Abdullah Al-Ghofaily, ha procedido al corte de cinta desde Arabia Saudí y la corbeta Al-Diriyah ha comenzado su deslizamiento por la grada hasta tocar agua por primera vez, a las 14.18 horas.
El diseño de estas corbetas de guerra (basadas en el Avante 2200, como las que se construyeron años atrás para Venezuela) es de última generación, maximizando a la vez la participación de Navantia mediante la incorporación de productos propios, como el sistema de combate CATIZ, el sistema de comunicaciones integradas HERMESYS, la dirección de tiro DORNA, el Sistema Integrado de Control de Plataforma y el puente integrado MINERVA, junto con otros equipos desarrollados por la empresa naval española bajo licencia, como los motores de MTU o las cajas reductoras de RENK.
El programa, cuyo último buque deberá ser entregado en el año 2024, incluye, además de la construcción, el suministro de varios servicios tales como, apoyo logístico integrado, adiestramiento operacional y de mantenimiento, suministro de centros de formación y adiestramiento para el sistema de combate y sistema de control de plataforma de los buques, y los sistemas para el mantenimiento de los buques en la Base Naval de Jeddah.