La construcción del único BAM para la Armada española que, sin prisas, se ejecuta desde finales de 2014 en el astillero de San Fernando, “avanza según los plazos previstos con el cliente”, y el próximo hito del ‘Audaz’ será precisamente la botadura. En los últimos días se ha montado el último bloque de los 15 que conforman el buque.
La construcción del único Buque de Acción Marítima (BAM) para la Armada española que, sin prisas, se ejecuta desde finales de 2014 en el astillero de Navantia de San Fernando, “avanza según los plazos previstos con el cliente”, y el próximo hito será precisamente la botadura, en el primer semestre de 2017, si no hay cambios ni imprevistos.
Según informan desde Navantia en un escueto comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, en los últimos días se ha procedido a colocar en la grada número 2 de la factoría isleña la última unidad de montaje del BAM 5: es la unidad 15 de las que conforman este buque de guerra.
Este solitario BAM –otro se encargó a astilleros gallegos- se venía vendiendo desde la antesala de las elecciones europeas, en mayo de 2014; y se autorizaba en Consejo de Ministros a unos días de entrar 2015, año de municipales y generales; aunque estaban comprometidos hasta cuatro de estos buques desde la salida del anterior Gobierno de Zapatero en 2011. Los dos barcos suponen 2,2 millones de horas de trabajo tanto para la plantilla propia como para la industria auxiliar, entre San Fernando y Ferrol.
La orden de ejecución suponía para Navantia la vuelta a la construcción militar con la Armada española, tras más de ocho años, ya que la anterior ocurrió en julio de 2006, relativa a la Fragata F-105 y a la primera serie de los BAM.
El pasado mes de mayo se celebraba la simbólica puesta de quilla de este BAM que se bautizará como ‘Audaz’. Tanto este buque como el que se construye en Galicia forman parte de la extensión de la primera serie de los BAM, que se unirán a las cuatro unidades ya existentes –construidas en el astilleros isleño- a partir del 2018, e incorporan todas las medidas en materia de normativa Marpol sobre medio ambiente, como son los nuevos motores propulsores, auxiliares y de emergencia, así como la planta TAR de tratamiento de aguas residuales.
Asimismo, contemplan mejoras encaminadas a la disminución del peso, nuevos equipos derivados de la obsolescencia, adecuación para una dotación mayor y la aplicación de la normativa actualizada sobre prevención y seguridad operativa.
Se trata de un buque de tamaño medio (93,9 metros de eslora, 14,2 metros de manga y 7,2 metros de puntal), altas prestaciones, gran versatilidad en cuanto a misiones, alto nivel de comunalidad con otros buques de la Armada y con un coste de adquisición y del ciclo de vida reducido.
Sus principales misiones son: protección y escolta de otros buques, control del tráfico marítimo, control y neutralización de acciones terroristas y de piratería, operaciones contra el narcotráfico y el tráfico de personas, operaciones de rescate y salvamento marítimo, apoyo a situaciones de crisis y ayuda humanitaria, control de la legislación de pesca, y control de la legislación medioambiental y anti-polución.
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