El Ayuntamiento de San Fernando anunciaba el pasado agosto que se iba a “evaluar técnicamente” el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente para estudiar si es necesario su modificación parcial o directamente elaborar uno nuevo, opción preferida de antemano por el Gobierno local de PSOE y Ciudadanos.
Obviamente la “realidad” sobre la que se diseñó el vigente Plan General de La Isla, aprobado definitivamente en octubre de 2010 (aunque la Junta de Andalucía no le dio su visto bueno definitivo hasta casi un año después) pero que inició su elaboración hace ya 17 años, nada tiene que ver con “los retos actuales” de la localidad.
Y este martes la alcaldesa, Patricia Cavada, ha presentado sin la compañía de la concejala de Desarrollo Urbano, Claudia Márquez, como parecería lógico, las conclusiones de esa evaluación del PGOU “desde la perspectiva que establece la Agenda Urbana 2030”, que persigue “lograr un mundo sostenible en el horizonte del año 2030”. De la misma forma sigue el marco estratégico propio que es la Agenda Urbana Española (AUE), en vigor desde 2019. Un informe encargado al equipo redactor del Plan General actual, encabezado por Manuel Ángel González Fustegueras (el mismo cuyo equipo que tiene en su haber los últimos planes urbanísticos de El Puerto o Chiclana, ambos tumbados por la Justicia).
En su comparecencia, la primera edil socialista ha presumido de que este diagnóstico “es algo pionero, hasta el punto de que es el primero de esta naturaleza que se realiza en nuestro país, y responde al interés del Gobierno isleño de estar a la vanguardia en todo lo concerniente a su adaptación normativa en este caso urbanística a los nuevos objetivos marcados por la AUE”.
“Es la primera evaluación de España bajo este parámetro, y tiene como objetivo definir el futuro de la ciudad y adaptar la norma lo antes posible para así aprovechar todos los fondos y financiación europea que vienen vinculados a esa nueva forma de desarrollo urbano en materia de transformación energética, movilidad, economía circular, digitalización, etc.”, ha insistido Cavada, añadiendo que es algo que su bipartito “hace por pura convicción”, convencido de que “es una oportunidad para San Fernando”.
Y ya ha adelantado que habrá nuevo Plan General: “este análisis en base a los diez objetivos marcados por la Agenda Urbana 2030 son la base de la elaboración del nuevo PGOU que vamos a comenzar con la licitación inminente (ya hay partida para ello en el presupuesto) de ese avance previo”. La intención es contar con el documento de avance antes de que finalice 2022, “y luego ya continuar con el proceso participativo y el resto de la tramitación”.
“YA QUISIERAN OTROS MUNICIPIOS ESTAR COMO NOSOTROS”
La alcaldesa insiste en que el PGOU de San Fernando fue aprobado definitivamente en septiembre de 2011, “y si bien es cierto que se concibió con una importante estrategia de reforma y renovación urbana, y que es un buen plan y un documento moderno, diez años después” y entre otras consideraciones “tras una crisis económica, y una pandemia mundial” y la “presencia cada vez mayor y más transversal del desarrollo sostenible en todos los aspectos de la vida”, “se hace necesario abrir el debate a la ciudadanía y a todos los agentes socioeconómicos sobre la necesidad de nuevos planteamientos urbanos, y sobre la necesidad de analizar, repensar y actualizar aquellas estrategias y fundamentos del PGOU que siguen hoy estando vigentes pero que es necesario adaptar a la realidad y también a la nueva Ley andaluza (LISTA)”.
“Ya quisieran otros municipios, inmersos en problemas jurídicos con sus planes, estar como nosotros dando este salto para situarnos con una ventaja competitiva”, ha dejado caer la socialista, mirando de reojo a los ayuntamientos vecinos de Chiclana y El Puerto.
Entre las ideas que incluye este diagnóstico de partida, según recoge DIARIO Bahía de Cádiz, se plantea un PGOU en el que se “revalorice” el valor ambiental del territorio (se contempla la promoción de la acuicultura sostenible, y reflexionar sobre suelos como Polvorines de Fadricas o los de Defensa); propone más zonas verdes (sin descartar las cubiertas de edificios) y establecer dotaciones y servicios en los nuevos suelos que se desarrollen, empezando por Camposoto; se recomienda elaborar un plan de acción para la energía sostenible y fomentar la economía circular; promover la proximidad y movilidad sostenible con la implantación del concepto de ámbito funcional de accesibilidad restringida o supermanzana, y reforzar el discurso del sistema peatonal; implementar medidas de intervención específica en barrios vulnerables (como en Bazán, San José, Carlos III, La Ardila, Ronda del Estero, o San Onofre), buscando la cohesión social; recomienda reflexionar sobre la necesidad de ampliar la oferta de actividades económicas al sur de la ciudad (zona de Camposoto) y de actualizar la vocación actual del polígono de Fadricas; o garantizar la accesibilidad de la población a las nuevas tecnologías y favorecer la implantación de nuevas tecnologías en la gestión urbana.