Hace menos de una semana se oficializaba, con la firma en Riad entre el Ministerio de Defensa de Arabia Saudí y Navantia, lo que ya se sabía desde hace tiempo: que el astillero de San Fernando construirá otras tres corbetas para esta petro-monarquía absolutista que no respeta los derechos humanos, como continuación del programa ejecutado en los últimos años compuesto por cinco buques de guerra.
Y este mismo martes 17 (coincidiendo con la jornada de votación entre los trabajadores del convenio colectivo de Navantia), la antigua Bazán ha acogido el simbólico acto de corte de chapa que supone el comienzo efectivo de la construcción de la primera de las tres nuevas corbetas para la Marina Real de Arabia Saudí (RSNF).
Este contrato supone unos cuatro millones de horas de trabajo para la Bahía de Cádiz, “generando un impacto de hasta 2.000 empleos (empleo directo, indirecto e inducido)”. Está previsto que el último buque se entregue en 2028.
Navantia será la responsable de la entrega de la primera unidad, mientras que la segunda y la tercera se finalizarán en Arabia Saudí con la instalación, integración y pruebas del sistema de combate, tal como sucedió en el anterior contrato.
El encargo incluye el suministro de un paquete de apoyo logístico integrado y la formación de las tripulaciones, junto con un periodo de evaluación operativa de los buques por parte de la Armada en la Base de Rota, donde Navantia ofrecerá servicios de apoyo. Además, Navantia formará a un centenar de ingenieros saudíes.
PONIENDO EN VALOR EL TALLER DE UNIDADES ABIERTAS PLANAS
El corte de chapa se ha desarrollado en el flamante Taller de Unidades Abiertas Planas (TUAP) ‘José Antonio Rodríguez Poch’ (bautizado así en recuerdo a quien fuera director del astillero isleño, fallecido el pasado mayo); un equipamiento que está finalizándose, “y que va a suponer un hito fundamental en el proceso productivo de próximas construcciones en el astillero”, se resalta en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
El taller utiliza la última tecnología de láser híbrida, lo que permitirá reducir sustancialmente los tiempos de producción. Se trata de una de las mayores inversiones realizadas en el astillero isleño (ronda los 41 millones de euros) y permitirá a Navantia, junto con otras iniciativas emprendidas en todos sus centros, situarse “en la vanguardia de la construcción naval”.
Al hilo de este corte de chapa, el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, ha expresado su orgullo por “el trabajo y la dedicación” del equipo de Navantia. “Cada uno de vosotros ha desempeñado un papel crucial para hacer realidad este proyecto, y estoy seguro de que juntos lograremos un gran éxito. Vuestro compromiso y pasión es lo que nos impulsa hacia adelante, y estoy agradecido de formar parte de un equipo tan excepcional”, ha dicho.
Domínguez ha recordado también en sus palabras a Rodríguez Poch: “su visión y liderazgo han sido fundamentales para llegar a este punto, y honramos su legado con cada paso que damos”.
AVANTE 2200, UN BUQUE POLIVALENTE
Esta segunda serie de tres corbetas para Arabia Saudí será idéntica a la primera tanda, con un diseño basado en el modelo Avante 2200 de Navantia, un buque polivalente especialmente diseñado para las misiones de vigilancia y control del tráfico marítimo, misiones de búsqueda y rescate y asistencia a otros buques, entre otras.
Además, los buques tendrán una importante capacidad para la defensa de activos estratégicos, de inteligencia y capacidad antisubmarina, antiaérea, antisuperficie y de guerra electrónica.
El diseño de las corbetas es de última generación, maximizando a la vez la participación de Navantia, incorporando productos propios como el sistema de combate HAZEM, a través de la joint venture SAMINavantia, el sistema de comunicaciones integradas HERMESYS, la dirección de tiro DORNA, el Sistema Integrado de Control de Plataforma, el puente integrado MINERVA, los motores propulsores, bajo licencia de MTU, los grupos diésel generadores, y las cajas reductoras, bajo licencia de Schelde.
Esta corbeta tiene una eslora de 104 metros, una manga de 14 y capacidad para transportar a un total de 102 personas entre tripulación y pasaje.
Por último, la unidad de negocio de Reparaciones de Navantia participará también en el programa con los trabajos a realizar durante las varadas de las corbetas en San Fernando.
El anterior contrato con Arabia Saudí (negociado desde 2015) se firmó en verano de 2018 “el mayor de la historia” de los astilleros españoles con un cliente extranjero (valorado en 1.800 millones de euros), y supuso la construcción de cinco corbetas, principalmente dando faena a la antigua Bazán.
Y cumpliendo los plazos, Navantia entregó en marzo de este 2024 la última de las contratadas inicialmente, bautizada como Unayzah. En global, los cinco buques sumaron una carga de trabajo de alrededor de siete millones de horas que, traducido a empleo, fueron unos 6.000 anuales durante cinco años.