El astillero de Navantia San Fernando ha celebrado este martes el inicio simbólico de la construcción de las polémicas corbetas contratadas por Arabia Saudí, faena que dará trabajo principalmente a la factoría isleña durante unos cinco años.
Un contrato, en vigor desde el pasado mes de noviembre, y que se viene negociando (con sus vaivenes por lo que implica dotar de armas a una monarquía absolutista donde no se respetan los derechos humanos) desde hace varios años, calificado de “histórico”, y que fortalece el futuro inmediato de la empresa naval estatal; “beneficia a todos los astilleros de la compañía y a su industria auxiliar, en especial, a toda la Bahía de Cádiz”.
El acto ha consistido en el corte de la primera plancha del que será el primer buque a entregar, perteneciente al bloque 401 de la cámara de máquinas, con unas dimensiones de 12 x 2,4 metros, un espesor de 7 milímetros y un peso de 1.254 kilos.
La ceremonia en los talleres de la antigua Bazán ha reunido a más de 500 trabajadores, buena parte de la plantilla que diseñará y construirá estos buques de guerra y los sistemas integrados, ante los que se ha realizado una presentación del programa.
Además, según informan desde Navantia en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, han estado presentes delegaciones de las armadas de España y Arabia Saudí, encabezadas por sus segundos Ajemas, almirante José Luis Urcelay y contralmirante Fahad Ali Alfuraidan, respectivamente. Esta misma comitiva era recibida horas antes por las autoridades del Ayuntamiento de San Fernando en el castillo de San Romualdo.
Durante el acto, la presidenta de Navantia, Susana de Sarriá, ha destacado que “se trata de un programa estratégico para la compañía, que además de impulsar la actividad económica y el empleo, nos posiciona internacionalmente como una empresa que contribuye a la seguridad y defensa”. Además, ha añadido, “pone en el escaparate un barco de altas capacidades que puede satisfacer las necesidades de otros potenciales clientes en esta región del mundo y otros puntos de interés”.
También ha lanzado un mensaje positivo a los trabajadores, destacando que “con el plan estratégico (firmado a finales de diciembre) se va a impulsar una nueva Navantia entorno a su plantilla rejuvenecida para garantizar su futuro (implica igualmente la prejubilación de todos los mayores de 61 años de edad) y sus señas de identidad como empresa al servicio de la seguridad y defensa de los ciudadanos”. “Vamos a incrementar aún más nuestra ya muy relevante aportación social como impulsores de la creación de empleo de calidad y de la industria gaditana y española”, ha sentenciado.
Igualmente, durante la ceremonia en el astillero isleño se ha subrayado que en este 2019 se conmemora los 230 años de uno de los viajes científicos más importante de la historia, la Expedición Malaspina. Precisamente, los buques que lo llevaron a cabo fueron las corbetas Descubierta y Atrevida, botadas en el astillero de San Fernando en abril de 1789. Fueron las primeras corbetas de la nueva Armada española, cuya construcción supuso un hito en la historia naval por sus múltiples capacidades y por su velocidad en la navegación.
6.000 TRABAJADORES AL AÑO
Fue a mediados de julio de 2018 cuando Navantia hacía oficial, al fin, que el Gobierno de Arabia Saudí había rubricado este contrato (cinco corbetas basadas en el Avante 2200, como las que se construyeron años atrás para Venezuela), una operación (que meses después estuvo a punto de romperse y que hizo salir a la plantilla a la calle para presionar al Gobierno del PSOE) que alcanza un importe de 1.800 millones de euros y que representa la mayor de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero.
Esta faena, que se ha estado negociando con el reino de Arabia Saudí desde 2015, supondrá una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas para los astilleros de Bahía de Cádiz, Ría de Ferrol y Cartagena y su industria auxiliar.
El programa, si todo sigue su curso, arranca formalmente ahora (aunque se viene trabajando en él desde hace meses) y el último buque deberá entregarse en 2022. Además, la empresa española será responsable del apoyo al ciclo de vida durante cinco años, desde la entrega del primer barco de guerra, con opción a otros cinco años adicionales.
En cuanto a su impacto en empleo, se calcula que durante cinco años se generarán anualmente cerca de 6.000 ocupados directos e indirectos. De ellos, más de 1.100 serán empleados directos, unos 1.800 de contratas y más de 3.000 indirectos generados por otros suministradores. Serán más de 100 las empresas auxiliares que colaboren en el mismo.
El diseño de las corbetas es de última generación, maximizando a la vez la participación de Navantia mediante la incorporación de productos propios, como el sistema de combate CATIZ, el sistema de comunicaciones integradas HERMESYS, la dirección de tiro DORNA, el Sistema Integrado de Control de Plataforma, el puente integrado MINERVA y los motores y las cajas reductoras.
Por otro lado, el contrato también incluye el suministro de varios servicios tales como, apoyo logístico integrado, adiestramiento operacional y de mantenimiento, suministro de centros de formación y adiestramiento para el sistema de combate y sistema de control de plataforma de los buques, y los sistemas para el mantenimiento de los buques en la Base Naval.
En el marco del plan estratégico en vigor, Navantia asegura que invertirá 160 millones de euros en los próximos cuatro años para modernizar los astilleros de la Bahía (donde se incluye este de San Fernando, y los de Cádiz -centrado en los últimos años en reparaciones de buques de cruceros de lujo-, y de Puerto Real –que en primavera entregará el último petrolero en cartera, y se quedará a la espera de construir una nueva plataforma eólica que no da empleo a toda la plantilla, y de contratos prometidos por parte de la Armada española-).
LA ISLA DA LA BIENVENIDA A LA COMITIVA SAUDÍ
La alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, presidía un rato antes del corte de chapa la recepción institucional con la que el Ayuntamiento ha dado la bienvenida a la delegación de Saudí.
Cavada ha querido trasladar la importancia que tiene el contrato de las cinco corbetas en cuanto a generación de empleo y riqueza, “en una ciudad como San Fernando que tiene en su industria naval un potencial muy importante desde hace 300 años”. En este sentido, ha puesto de manifiesto la “intensidad” con la que la ciudadanía isleña ha vivido el proceso hasta que se formalizó el contrato “como así deseaban los isleños e isleñas, que han considerado desde el primer momento que el acuerdo entre Arabia Saudí y Navantia debía de producirse porque la industria naval es un pilar esencial para la economía de la ciudad”.
Asimismo, ha trasladado su “confianza” y “garantía” en que el contrato será desarrollado “con la mayor de las excelencias, como siempre demuestra Navantia San Fernando a la hora de ejecutar un trabajo”. E igualmente, ha mostrado su convencimiento en que el trabajo será también “un ejemplo de la calidad, basada en la innovación y el conocimiento, con la que se trabaja, con lo que ello aporta a las perspectivas de futuro de los astilleros de Navantia, en los que el cumplimiento de compromisos y la calidad son sus principales características”.
Con este contrato, está previsto que alrededor de medio millar de ciudadanos de este país de Medio Oriente se instalen en San Fernando para recibir formación, en colaboración con la Armada española, para familiarizarse con los sistemas de las nuevas corbetas; un hecho que la alcaldesa ha puesto también de manifiesto señalando lo “bonita” y “acogedora” que resulta la ciudad “dispuesta a recibir a cuantas personas vienen a ella, como así va a ser a partir de ahora para hacer realidad este contrato y para la formación del personal”.
Por su lado, el primer teniente de alcalde, Fran Romero, también ha valorado de forma positiva este primer contacto con la comitiva saudí: “a nadie se le escapa que el contrato de las cinco corbetas supone un claro punto de inflexión para nuestros astilleros, ya sea por su importe, más de 1.800 millones de euros, por los empleos que creará, o por su duración, cinco años de carga de trabajo”.