La responsable de Desarrollo Democrático en la Diputación de Cádiz, Lucía Trujillo, ha conocido sobre el terreno los trabajos de localización y exhumación de represaliados del franquismo en el cementerio de San Fernando, que emprende la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política (Amede).
Durante su estancia en este enclave la socialista ha estado acompañada por el primer teniente de alcalde, Conrado Rodríguez. Y el presidente de Amede, Francisco Javier Pérez Guirao, ha detallado el alcance y resultados del trabajo ya ejecutado y de la intervención inconclusa, que “pueden convertirse en definitivos si la asociación no recibe los apoyos que desde hace mucho tiempo viene reclamando de las distintas administraciones públicas, en especial del Ayuntamiento”.
En este punto, la representante de la institución provincial ha aseverado que mantendrá su apoyo económico a Amede en el año 2020, “al menos en la misma cuantía que la transferida en el presente 2019”. En el actual ejercicio ya se ha hecho efectiva la aportación de 15.000 euros conforme al convenio suscrito. Desde que comenzó este proceso (con los sondeos de octubre de 2016, las exhumaciones iniciadas en el verano de 2017 y los estudios antropológicos) la contribución de la Diputación a la intervención en La Isla se cifra en 56.000 euros.
AMEDE SE SIENTE “SOLA, DESATENDIDA, ABANDONADA E IGNORADA” EN ESTAS LABORES
Por su lado, los responsables de Amede aprovechan para volver a demandar de la administración municipal la ejecución del estudio geotécnico para la estabilización del terreno de las manzanas de nichos colindantes con el sector A, comprometida de nuevo en los acuerdos de investidura (de PSOE con Podemos) para este año 2019, y “del que todavía no se tiene ninguna noticia”.
Del mismo modo, entre estos acuerdos de investidura en junio se acordó la ejecución, a partir de 2020, de la obra de apuntalamiento que resultase del estudio mencionado. Esta obra habría de permitir poder continuar los trabajos de excavación y exhumación en las dos fosas comunes localizadas en esta zona, una de ellas intervenida parcialmente; la otra sin haber podido realizar ninguna exhumación después de constatar la existencia de, al menos, nueve cuerpos de represaliados por el franquismo.
Pero las súplicas de la asociación al Ayuntamiento, se añade en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, “no han requerido todas de la licitación y ejecución de complicados estudios técnicos o del desembolso de importantes cantidades de dinero de las arcas municipales”. Algunas, como una nueva ubicación para los restos óseos y el estudio de laboratorio del material antropológico “tampoco han sido atendidas”, así como en su momento la solución técnica de una segunda estructura de cubrición para la protección de la excavación y los restos óseos humanos de las inclemencias meteorológicas. Aspectos estos en los que Amede dice haberse visto “sola, desatendida, abandonada e ignorada día tras día, semana tras semana, mes tras mes”.
Sobre otras instituciones, apostilla la entidad promotora de las excavaciones, la Diputación mantiene su presencia en forma de subvención anual, “claramente insuficiente teniendo en cuenta el coste de los trabajos, pero permitiendo una exigua gratificación al trabajo voluntario del equipo técnico responsable de la intervención”. Y en el caso de la Junta de Andalucía, después de haber contribuido con la financiación de una mínima parte del sector A, “se desentendió del resto de la excavación, y sigue pendiente su mediación para el procesamiento de las muestras de ADN a través del convenio firmado con los laboratorios Genyo de Granada”. Otras, como el Ministerio de Defensa, han pasado de ‘no tener constancia’ a ‘reconocer’ la existencia de una fosa con militares (más de cien), “pero sin aportar ayuda económica o material de ningún tipo, lo que en la práctica sigue significando una ausencia total de apoyo”.
LOS RESULTADOS PROVISIONALES
Hasta hoy, en el cementerio municipal isleño hay un total de 115 cuerpos de represaliados por el franquismo localizados, de los cuales se han exhumado 106, de ellos 66 correspondientes al sector B (la zona noroeste del patio ampliado). Todos ellos custodiados en cajas en una minúscula sala en el interior del camposanto, antigua sala de autopsias, a la espera de tomar las muestras para los pertinentes análisis genéticos.
A ello hay que sumar la cantidad de 122 cuerpos de personas no represaliados (párvulos, víctimas de epidemias, indigentes…), enterradas en la misma zona en distintas fosas comunes, excavados, documentados, exhumados y entregados a los responsables del cementerio para su custodia.
Amede ha intervenido en cinco fosas y en tres de ellas se han podido recuperar osamentas de represaliados a tenor de las lesiones peri mortem y los orificios de bala apreciados.
En el sector A se localizaron los restos de al menos otras nueve personas, si bien su recuperación no se puede llevar a cabo hasta que no se concrete el proyecto geotécnico que establezca los anclajes para asegurar la estabilidad de las manzanas de nichos colindantes. Esta circunstancia también afecta al sector B, ya que hay fosas que discurren bajo los pasillos que limitan con las cuarteladas.
Diferentes indagaciones históricas determinan que son más de 200 las personas que fueron fusiladas en San Fernando, tras el golpe de Estado fascista de 1936. Gran parte de estos represaliados era militares que no secundaron la sublevación. A uno de ellos perteneció una guerrera recuperada de una fosa y cuyos jirones han podido reconstruirse.
El coordinador técnico de esta intervención es Jorge Cepillo y el antropólogo forense Juan Manuel Guijo Mauri. En este equipo intervienen Francisco Javier Pérez Guirao, Susana Rodríguez, Aída Muñoz y María José Rodríguez.
LLAMADA A LOS “HEREDEROS DEMOCRÁTICOS” DE AQUELLOS QUE YACEN EN LAS FOSAS
La asociación memorialista Amede, que en su corto tiempo de vida dice haber conseguido objetivos que otras asociaciones “han tardado años o ni tan siquiera logrado”, reclama una vez más la presencia e implicación de “los herederos democráticos de aquellos que yacen en las fosas comunes”. Son 16 miembros de la corporación municipal electos en la primera experiencia democrática del siglo XX, la malograda II República: “se encuentran arrojados en algunas de estas fosas comunes (no todos en San Fernando) junto a militares, sindicalistas, maestros, masones y otras personas afines a las ideas izquierdistas”.
“Quizás sus cuerpos han visto ya la luz; quizás siguen todavía mal enterrados bajo el grueso hormigón del patio ampliado; quizás, si no se da el necesario respaldo que la sociedad civil reclama a los poderes públicos, nunca abandonen su destierro y, en consecuencia, su legado y su memoria permanezcan ocultos como lo están sus cuerpos, sin sus ritos, sin su reconocimiento, sin su homenaje, sin su merecido descanso… Y nuestra sociedad y nuestra democracia, deudora de su lucha, sin la madurez necesaria”, reflexiona Pérez Guirao.