La unión temporal de empresas (UTE) formada por Construcciones Garrucho y Obras Marítimas y Submarinas se adjudicaba el pasado mes de agosto por casi 2,2 millones de euros la primera fase del proyecto para dar una solución al aliviadero de la calle Écija, en Rota, buscando acabar con el problema histórico de inundaciones y vertidos de mezcla de aguas residuales y pluviales en la arena de la playa de la Costilla.
Cuatro meses después, se ha escenificado el inicio de la obra, cuestionada por ecologistas, que en esta fase se centra en la ejecución del colector desde la arqueta de desbaste situada al final de la citada calle, hasta su desembocadura al mar.
El alcalde, Javier Ruiz Arana, junto con el Jefe de la Demarcación de Costas, Patricio Poullet, y el gerente de la empresa Garrucho, Antonio Garrucho, han sido los encargados de colocar la primera piedra en un acto en el que también se ha firmado el acta de replanteo que dará paso al “inicio inminente” de los trabajos.
En el transcurso del acto, el primer edil socialista volvía a subrayar “la importancia y significado” de estas obras que quieren a resolver un problema histórico de la ciudad, que además destacan por su gran envergadura, y que financia el Consistorio con fondos propios.
El proyecto viene de un estudio que se realizó en 2015 que desembocó en una propuesta integral para dar solución a esta problemática abarcando no solo este punto y sino también otros ubicados en la playa de la Costilla. Así, el inicio de estas obras, que se calculan “puedan finalizar para finales de la primavera de 2021” (aunque su plazo de unos ocho meses), dejan atrás años de trabajo, multitud de gestiones y pasos que se han tenido que superar, comenzando por la redacción de un proyecto de gran complejidad, y pasando por sucesivos trámites y dificultades a nivel de aprobaciones e informes por parte de distintas administraciones, así como por la licitación de la obra, cuyos plazos también se vieron afectado por el estado de alarma, se detalla en la información municipal recogida por DIARIO Bahía de Cádiz.
Una vez terminen estas obras se comenzará a trabajar para ir completando las restantes fases de este proyecto que supondrá una inversión global superior a los 6 millones de euros; la conducción de saneamiento desde la plaza de San Roque hasta calle Juan Ramón Jiménez, desde calle Juan Ramón Jiménez hasta el final de la calle Écija, y desde la avenida de Sevilla a la altura de Écija hasta la avenida de la Diputación a altura de la avenida de la Paz.
En su intervención, Ruiz Arana destacó que siendo la playa uno de los recursos más importantes de la localidad, “teníamos el deber de resolver este punto de vertido que cuando llueve de manera muy fuerte ofrece una imagen que no es la que queremos para nuestra ciudad, y acabar también con esta problemática medioambiental”. Por eso, ha insistido insistió en la importancia de esta actuación que se presenta como el “mejor proyecto que hemos podido plantear y que podemos acometer como Ayuntamiento”, palabras con las que buscaba replicar a colectivos y entidades que cuestionan esta obra.
En este punto, el alcalde quiso subrayar que el municipio depura el 100% de sus aguas residuales, y solo cuando se producen lluvias importantes es cuando se hace necesario abrir estos aliviaderos, “por lo que se trata de ocasiones muy puntuales que pueden suponer un 5% mientras que el resto del año todas las aguas van a la depuradora correspondiente”.
El proyecto global que se llevará a cabo sobre este colector que forma parte de la red desde los años 70 del siglo pasado pretende eliminar los aliviaderos de Costilla y Virgen del Mar y adecuar a la normativa el de la calle Écija, resolviendo así problemas de circulación de las aguas residuales y de lluvia, así como de vertidos.
Esta primera fase consiste en tres partes principales: una arqueta de desfase de grandes dimensiones que irá ubicada en la confluencia de la calle Écija con el paseo marítimo y que va a permitir retener toda la parte sólida en suspensión en las conducciones de saneamiento, “de manera que el emisario tan solo lleve al mar las aguas pluviales”; la canalización de desagüe al mar con un tubo de polietileno de un diámetro de 1 metro y 80 centímetros y una longitud total de 368 metros; y una arqueta de salida circular que llevará las aguas pluviales a 200 metros de la línea de la marea baja.
“TIRAMOS MÁS DE 2 MILLONES DE TODOS LOS ROTEÑOS AL MAR”
Ante esta primera piedra, Equo ha vuelto a mostrar su oposición al proyecto: “llevamos nueve años haciendo público que la construcción de un tubo de 250 metros para que salgan al mar los vertidos desde calle Écija, no es la solución a la contaminación del océano, destruirá la biodiversidad de la zona del fondo marino donde se encuentre la arqueta de salida, y buena parte de lo vertido al mar regresará a la playa con el oleaje y mareas. Además es conocido que dichos tubos submarinos requieren de un mantenimiento para reparar roturas y filtraciones que las condiciones de profundidad, salinidad y movimiento de mareas, producirán”.
De las siguientes tres fases del proyecto, añade este partido verde sin representación municipal, “nada se sabe”. “Mucho nos tememos que con el actual retraso, pase una década antes de que finalice en su totalidad, generando compromisos y deudas a los siguientes gobiernos de la ciudad”.
“Y todo ello para no solucionar el problema de fondo, la contaminación de nuestro océano, ni el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua y la de Depuración de Aguas Residuales Urbanas, leyes europeas que establecían la fecha de 2015 para que todas las aguas residuales fuesen depuradas al 100% antes de ser vertidas al mar”, insiste Equo.
Este partido sentencia que en momentos de crisis sanitaria, económica, laboral y ecológica, “utilizar de manera eficiente los recursos económicos es crucial, y este proyecto lo que logra es tirar más de 2 millones de euros de todos los roteños al mar, además de los residuos generados”.