El Ayuntamiento de Puerto Real, a través de su empresa GEN, ha iniciado los trabajos oportunos frente a la oruga procesionaria en aquellas zonas con masas arbóreas de pinares donde son frecuentes estos insectos defoliadores cuya presencia es perjudicial especialmente para niños, personas alérgicas y animales de compañía, “por lo que es fundamental no tocar ni los insectos ni los nidos”.
En esta ocasión, se ha utilizado un tratamiento innovador llamado endoterapia que funciona a partir de la capacidad de flujo de savia que hay en el interior de los tejidos vasculares del árbol (xilema). El flujo de savia viene determinado en función de dos parámetros: la transpiración y la capacidad de intercambio osmótico en las raíces por lo que, con estas dos variables en funcionamiento, el tratamiento funcionará al máximo.
Es un método alternativo de tratamiento fitosanitario del arbolado urbano o palmeras, respecto a los tradicionales tratamientos aéreos, en lo que destaca, por un lado, la ausencia de atomizaciones o aspersiones de productos químicos que contaminan el medioambiente, suelos y aguas, así como ser totalmente inocua para la salud de los ciudadanos, aves y otros animales, pudiéndose utilizar a cualquier hora del día.
Según informan el Consistorio en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, la empresa encargada de estos trabajos es Interjardín y ha actuado en más de 200 pinos localizados en zonas como la barriada del Río San Pedro (parques, centros educativos y alrededores) y de Las Canteras (calle Sol, paseo de los Poetas…) donde abundan los pinos.
CINCO ESTADIOS
La oruga procesionaria es un insecto defoliador que crea muchos problemas en las pinadas y en la salud de personas y animales. Las larvas pasan por cinco estadios manteniendo un comportamiento gregario, y a partir del tercero disponen de unos pelos urticantes o dardos en unas bolsas que sueltan las orugas cuando se sienten amenazadas y que liberan histamina.
Se depositan dentro de unas bolsas en los pinos y, tras alimentarse, durante el día, acuden al árbol por las noches. Es en esta fase es cuando tiene lugar la formación de los bolsones o nidos de invierno y, por tanto, el emplazamiento definitivo de la colonia.
Durante el cuarto y quinto estadio hay un aumento tanto de la longitud como del número de pelos urticantes. Cuando las orugas salen del nido para alimentarse durante la noche, van tejiendo sobre los bolsones. Estas larvas, hacia el final del invierno, cuando los huevos se han convertido en orugas y completado sus cinco estadios de desarrollo larvario, bajan en procesión, unas detrás de otra por el tronco del pino hasta buscar un lugar en la arena donde enterrarse para crisalidar y poder convertirse en mariposas, completando cada año el ciclo.