Colectivos que están detrás del proyecto Las Aletas: Real y Sostenible, alternativo al macropolígono industrial frustrado planteado hasta ahora en suelo estratégico de Puerto Real como revulsivo socio-económico de la Bahía de Cádiz, han valorado el reciente protocolo de colaboración firmado entre Estado y Junta de Andalucía que supuestamente ‘mata’ la promesa de Las Aletas tal y como se conoce hasta ahora y da inicio a una reformulación de esta propuesta de zona logística y tecnológica sumando terrenos de otras entidades públicas (como la Autoridad Portuaria y la Zona Franca) y descartando los suelos protegidos: “no es más que un nuevo intento de, adaptando a un nuevo lenguaje algo más actualizado, seguir instalado en la misma visión interesada, privatizadora y esquilmadora de nuestros recursos al servicio de los mismos intereses de siempre”.
“El resultado de estas políticas -se reflexiona en una larga nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz- lo podemos comprobar mirando a nuestro entorno social y ambiental. Poco podemos esperar de esta cansina iniciativa que no sea más frustración, más fracaso y más insistir en la regresión y el atraso de nuestra comarca. No se trata del entierro de un espíritu, el de La Aletas, sino de un fantasma que, en más de una década de azarosa existencia, ha sido incapaz de sacar adelante cualquiera de sus proyectos, de generar desarrollo comunitario, trabajo y riqueza; el desolador balance se resume en engaños, incompetencia, despilfarro de recursos públicos y frustración acumulada. Con la vergüenza además de no haber rendido cuentas de esta fracasada gestión de los recursos públicos ante nadie”.
Así pues, de partida, los colectivos y entidades que han participado en el desarrollo del proyecto alternativo resaltan que su empeño “ha merecido la pena. La persistencia, los esfuerzos y el buen hacer de este grupo de trabajo empieza a dar sus frutos, empieza a poner en el debate público la incoherencia y la incompetencia de nuestra clase política más preocupada de defender intereses particulares que preocupada por la situación de emergencia social y ambiental de nuestra tierra”.
SOBRE LOS NUEVOS ‘SOCIOS’
Denuncian que “en su línea arcaica de siempre, el finiquitado Consorcio hace un llamamiento pintoresco a nuevas ideas que limita exclusivamente al rango institucional: Zona Franca, Autoridad Portuaria y Parque TecnoBahía”. Otra vez, “lo deja todo a las iniciativas y estrategias que son responsables de la situación de estancamiento y degradación de nuestra actual estructura productiva y de la degradación y regresión de nuestro entorno territorial”, por lo que, “poca innovación van a aportar estos socios públicos”.
Los colectivos entienden que las empresas de base tecnológica y bajo impacto ambiental están “muy alejadas en su concepción y propuesta del modelo anquilosado de la Zona Franca de Cádiz”. Estiman que el nuevo espacio recuperado ecológicamente y promovido como parque tecnológico “ni debe tener vocación portuaria (la sentencia del Tribunal Supremo lo desecha drásticamente), ni debe responder a pretensiones logísticas (almacenar y distribuir mercancías en naves industriales puede tener otra ubicación)”.
En cambio, la acogida y promoción de la innovación industrial que representa TecnoBahía “sí tiene sentido y viabilidad en esta nueva área de oportunidad”. “Es justamente lo que defendemos en nuestra propuesta alternativa: la recuperación del tejido industrial basado en el conocimiento, la explotación sostenible e innovadora de los recursos endógenos, la recuperación eficiente de actividades productivas tradicionales y la incorporación a la economía digital, social, circular y azul de nuestra comarca”.
De igual manera, se llama la atención sobre la ausencia de otros socios públicos que se entienden “imprescindibles”: la Universidad de Cádiz y el Parque Natural de la Bahía de Cádiz. “Una Universidad que tiene que jugar un papel clave en un desarrollo comunitario de nuestra comarca en base al talento y la innovación tecnológica; y un Parque Natural que es clave para garantizar la sostenibilidad de uno de los más importantes humedales del sur de Europa, el mantenimiento del privilegio de un paisaje vital que es garantía de calidad de vida. Y ambos para integrar inteligencia para afrontar los efectos del cambio climático en nuestro hábitat”.
En esta línea, se echa en falta “un papel más activo y dinámico” de la administración local; de una Diputación “que no entendemos su ausencia del protocolo en una competencia que le es propia, el desarrollo local/comarcal”; y del resto de los ayuntamientos de la Bahía “que tienen el derecho y la obligación competencial, de ser auténticos protagonistas de su estrategia de desarrollo comunitario”. Por eso, sentencian que “este acuerdo de colaboración exclusivamente institucional, nace mutilado en sí mismo”.
“SE IGNORA LA PARTICIPACIÓN SOCIAL”
En todo caso, para estos colectivos detrás del proyecto alternativo y sostenible “lo más importante es que intereses mezquinos privan a la comarca de los recursos necesarios para un ambicioso proyecto de desarrollo comunitario”. El Consorcio de Las Aletas “insiste en ignorar por completo toda la política comunitaria del nuevo crecimiento sostenible de su Horizonte 2020, basada inexcusablemente en los cambios en la gobernanza del sistema económico, en la participación social y la implicación de la ciudadanía, en la elaboración y aplicación de las políticas”.
Así, a partir de ese protocolo de colaboración que acaban de suscribir Junta y Estado, se constituye un grupo de trabajo constituido exclusivamente por seis miembros de las dos administraciones intervinientes, para impulsar en el plazo de tres meses un nuevo proyecto, “pero del que están ausentes los hasta ahora únicos artífices de nuevas ideas, los colectivos sociales”.
“El Consorcio sigue manteniendo una percepción trasnochada de cómo se gestionan las actuaciones en materia de desarrollo comunitario, sólo contempla una acción desde arriba, por lo que tienen toda una garantía de fracaso. Cuestión que no nos alegra en absoluto, porque su previsible fracaso a quién más perjudica es a nuestra gente y a nuestro espacio territorial”, se remarca.
“LA IRRACIONAL VOCACIÓN PORTUARIA”
Además, estas entidades discordantes se detienen en un punto del reformulado proyecto, todavía por definir: “algo que nos resulta irracional, la vocación portuaria”. “Contando con una superficie descomunal portuaria en la nueva terminal de contenedores de Cádiz y con espacio ocioso en el Bajo de la Cabezuela (muy superior a ese 16% que proclama la APBC), es incomprensible y rechazable la testarudez de seguir insistiendo en la vocación portuaria de Las Aletas”.
“Todavía no se han percatado de que la sentencia del Tribunal Supremo lo descarta por completo. No queda definida esa ampliación de 600 hectáreas, que por lógica debería de ser hacia la colindante marisma de Cetina, muy necesitada de su regeneración hídrica y de su incorporación como Zona Húmeda protegida, ampliando el Parque Natural de la Bahía de Cádiz”. Es por ello, que avisan desde ya de “la inviabilidad de estas actuaciones basadas en el mismo derecho que ha imposibilitado las actuaciones previstas inicialmente en Las Aletas”.
Aseguran que la ‘intermodalidad portuaria, ferroviaria y de carretera’ que exhibe este espacio “no está justificada”, por tanto. “Lo que necesitamos imperiosamente es que el ferrocarril llegue al Bajo de la Cabezuela de inmediato y, a medio plazo, que esta conexión ferroviaria y también por carretera quede garantizada para la nueva terminal de contenedores. Son estos dos nudos portuarios los que deben de soportar toda la parte logística que reclama el Consorcio, no Las Aletas”.
Y es que “si entendemos, la actividad logística como la organización del flujo de mercancías mediante la cadena de suministro, ¿qué mejor emplazamiento que estos dos espacios portuarios de Cádiz y Puerto Real para recepcionar, almacenar y distribuir las mercancías?”.
Alertan además de que “la alusión a que esta nueva sociedad que surge del espíritu (fantasma en realidad) de Las Aletas se encargue también de ‘la promoción, construcción y comercialización de terrenos’, es absolutamente rechazable y abocaría a este ente a meterse en la ciénaga especulativa de la urbanización de terrenos”.
“VAMOS A TRABAJAR POR CAMBIAR EL FUTURO GRIS QUE HAN DISEÑADO PARA NUESTRA TIERRA”
“Sorprende –continúan- que junto con la marginación de los ayuntamientos de la Bahía de Cádiz en esta nueva iniciativa, la única mención al papel social en ese protocolo de colaboración sea por vía interpuesta al Ayuntamiento de Puerto Real”. Literalmente se apunta en dicho texto que “el grupo de trabajo analizará la propuesta realizada por el Ayuntamiento para el suelo de Las Aletas, estudiando la posibilidad de incorporar en el espacio delimitado del dominio público, las actividades propuestas ligadas al mismo, generadoras de riqueza y empleo, y en su caso, propondrá las modalidades de financiación de las mismas”.
“Estamos viviendo momentos decisivos con respecto al futuro de la Bahía. Hemos logrado que una serie de colectivos sociales de la comarca, en torno al crucial y privilegiado Parque Natural, se pongan a trabajar en la elaboración de propuestas estratégicas de desarrollo y estén comprometidas con la información, la formación y la movilización de la ciudadanía al respecto del futuro de su comunidad y de su paisaje vital. Y dispuestos a trabajar por que la génesis de esta consciencia colectiva de identidad Bahía dé sus frutos en un cambio del futuro que alguien ha diseñado para nuestra tierra basado en el desempleo, la desigualdad, la economía sumergida, la precariedad, la exclusión social y la marginalidad. Vamos a trabajar decididamente por que esto cambie”.
“¿Por qué –se preguntan- temen tanto a la inteligencia colectiva de la sociedad civil de la comarca, gran conocedora y sufridora de los repetitivos fracasos de empleabilidad de la zona?; cuando, libre de toda atadura política y económica, sólo pretende el fructífero aprovechamiento de un espacio natural, que tantas oportunidades de futuro estable y sostenible puede proporcionar al castigado pueblo gaditano, resarciéndole del ostracismo tan cruel que está padeciendo”.
Por todo ello, estos colectivos concluyen que “la Bahía de Cádiz, supone un bien, comunal, social de la gente de la comarca y no es, ni va a ser, un bien privativo para una determinada élite económica/política de la zona o sus amistades foráneas”. Así pues y “debido a su complejidad y relevancia, nos toca defender tan singular patrimonio, para la ciudadanía de la zona, verdaderos herederos de tan singular patrimonio”.
“Nuestros hijos y nietos se merecen que, ante las iniciativas especulativas, antisociales, esquilmantes, frágiles e interesadas que esgrimen los mediocres líderes políticos comarcales implicados en el protocolo, nuestros esfuerzos se canalicen en aglutinar a nuestra ciudadanía en torno a rescatar tan importante patrimonio para ganar un futuro de bienestar y prosperidad”, se apostilla.