La concejalía de Salud, Consumo y Bienestar Animal del Ayuntamiento de Puerto Real, ante recientes casos de la llamada fiebre del Nilo en la provincia de Sevilla, ha lanzado un llamamiento a la población para extremar las precauciones de cara a evitar tanto la picadura como la proliferación de los mosquitos vectores del virus causante de la enfermedad.
En especial, se insta a evitar mantener aguas estancadas sin tratar en las viviendas, así como se recomienda una correcta higiene corporal, usar repelentes, mosquiteras y no pasear al aire libre entre el atardecer y el amanecer.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el Consistorio asegura que sigue cumpliendo “escrupulosamente” las determinaciones de su plan de vigilancia y control de vectores de la fiebre del Nilo Occidental, un documento aprobado en mayo de este 2021 por la consejería de Salud de la Junta de Andalucía. En él se especifican las medidas a realizar para controlar la proliferación de los mosquitos en el término municipal.
Al respecto, personal técnico municipal en compañía del personal de la empresa encargada del contrato de prevención, Coplaga, y técnicos de la delegación territorial de Salud “realizan controles semanales”. En estos se comprueba in situ la eficacia de los tratamientos larvicidas desarrollados durante la primera fase en los posibles focos de cría de mosquitos, caso de imbornales, fuentes o lagunas.
Por el momento, los tratamientos seguidos “han tenido una eficacia del 100%”, ya que no se han detectado larvas en los focos inspeccionados. Tanto es así, que la segunda fase del plan contemplaba la eliminación de mosquitos adultos a partir de septiembre, “pero al no detectarse ejemplares, se continuará con tratamientos larvicidas”.
ZONA DE RIESGO ALTO
La administración autonómica reconoce a Puerto Real como una zona de riesgo alto para la afectación humana de esta enfermedad. De hecho, durante el pasado verano llegó a detectarse en la Villa un caso en humano.
La especial situación geográfica del municipio, así como la existencia de zonas húmedas interiores, las marismas, la presencia de aves migratorias, y otros factores como la temperatura favorecen el desarrollo del mosquito Culex responsable de la transmisión del virus.
La encefalitis del Oeste del Nilo es producida por un virus (que se transmite por la picadura generalmente de un mosquito) que afecta sobre todo a aves, aunque también puede darse en mamíferos, pudiendo causar enfermedad tanto en caballos como en personas. Sin embargo, son las aves las que actúan como principal reservorio epidemiológico, y a ellas se les atribuye un papel importante en la diseminación del virus de unos países a otros, siendo las zonas húmedas con abundancia de aves migratorias y mosquitos, el hábitat óptimo para su propagación. Entre los factores que contribuyen a aumentar de forma clara el riesgo de diseminación de esta enfermedad, están las condiciones climáticas, siendo al final del verano y en el otoño cuando mayor es el riesgo.
Con todo, no se produce el contagio entre personas, ni hay contagio directo al tratar, por ejemplo, con caballos con el virus. En las personas la mayoría de los casos son asintomáticos, aunque pueden llegar a presentar fiebre moderada, dolor de cabeza, vómitos, erupción cutánea o mareos pudiendo derivar a una meningitis o encefalitis.