SEO/BirdLife y Salarte han presentado recientemente un proyecto piloto a partir de la recuperación de las salinas de Balbanera, muy cercana al término municipal de Puerto Real. Es parte del sistema de salinas y esteros dentro del Parque Natural Bahía de Cádiz, que históricamente llegó a ocupar más de 5.000 hectáreas y que se ha perdido casi por completo; hoy día quedan nueve salinas tradicionales activas.
En las casi 50 hectáreas que ocupa esta salina junto con las de La Molineta y Nuestra Señora del Pilar, la práctica totalidad de los muros que las protegían de la acción del viento y el oleaje había desaparecido; varias de las compuertas que controlan el flujo de agua no estaban operativas; las comunidades acuáticas se habían vuelto muy pobres y las aves ya no podían reproducirse.
Desde este punto de partida, el objetivo de este proyecto (con el apoyo económico de la Fundación MAVA, dentro de su proyecto marco de “gestión integrada para la conservación de humedales costeros a través de soluciones basadas en la naturaleza y prácticas económicas sostenibles”), ha sido recrear y mantener un espacio dinámico que pueda generar sostenibilidad ecológica, socioeconómica y ambiental para este humedal; “conseguir un ejemplo real de cómo la conservación y la economía verde pueden trabajar codo con codo a través de la gastronomía, el turismo y la ‘agricultura’ de humedales”, se apunta en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
De este modo, en la teoría, además de potenciar la biodiversidad, se generan múltiples beneficios socioeconómicos, a través de ingresos, bienestar y empleo a partir de recursos endógenos y acciones sostenibles. Otro de los objetivos es concienciar sobre los múltiples beneficios que aportan los humedales costeros y cómo su gestión continua y sostenible en la Bahía gaditana “es imprescindible para su supervivencia en beneficio de las aves y la gente”.
Esta iniciativa ha estado basada en un proyecto anterior, más pequeño, en otra salina vecina donde se implementaron diferentes medidas para mejorar la reproducción de varias especies de aves. Pero en Balbanera se ha pretendido ir más allá. Un ejemplo de restauración ambiental “que, por su éxito, podría exportarse a otras salinas”.
MEJORA INTEGRAL DE LAS SALINAS
Las principales acciones que se han llevado a cabo durante los 15 meses de duración del proyecto han sido la reconstrucción de cerca de 2.000 metros de muros perimetrales y compuertas (cinco exteriores y 12 interiores), con el fin de recargar y gestionar el agua dentro de la salina. Se han drenado los canales (alrededor de 5.000 metros) para permitir la producción de peces y promover un hábitat adecuado para los flamencos y la biodiversidad. Se han creado islas para delimitar ecosistemas y zonas de cría de aves limícolas y charranes.
Por otro lado, los esteros y canales han sido rediseñados para el cultivo de gambas y anguilas, beneficiando sus especies asociadas como anfípodos, pipas, caballitos de mar, doradas y lubinas, entre otras. Y se ha recuperado la producción tradicional de sal marina creando un área específica para esta actividad milenaria.
MEJORAS PARA LAS AVES
Además, se han incluido otras cuatro actuaciones específicas para mejorar la reproducción del chorlitejo patinegro, el charrancito común, la cigüeñuela común y la avoceta común.
Estas acciones han consistido en aumentar la altura de los muros (entre 0,5 y 1 m, dependiendo de su estado de conservación) para evitar la inundación de los nidos. Se han aportado residuos de conchas como sustrato con el fin de promover el uso del área como zona de cría para estas especies. También se han colocado microestructuras (tejas y pequeños palos en forma de Y) para favorecer la reproducción y supervivencia de los polluelos de charranes y chorlitejos. Por último, se han instalado pequeñas compuertas, ajustándolas a la profundidad requerida y se ha aumentado la biomasa acuática y la accesibilidad de los alimentos potenciales para las aves.
Asimismo, para facilitar la observación de aves y del paisaje, se ha llevado a cabo la rehabilitación de la casa salinera y la construcción de un nuevo mirador elevado, así como un pequeño almacén para guardar los aparejos de mantenimiento de las salinas, redes y otros implementos.
E igualmente, se han creado pequeños equipamientos de apoyo a las actividades turísticas y educativas. “Esto permitirá asegurar un empleo y una forma de vida en los próximos años para toda una familia y otras personas, aparte de conseguir una mayor valorización del sitio entre la población local”, se sentencia.