La primera iniciativa en la Bahía Cádiz que pretende convertirse en comunidad energética, lleva el nombre de Luce Puerto Real. Se trata de una iniciativa ciudadana sin ánimo de lucro para producir y consumir colectivamente su propia energía limpia, “impulsando desde la base un cambio de modelo energético”.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, los promotores del proyecto precisan que una comunidad energética “sirve para ahorrar en energía, pero es mucho más que eso: es crear tu propia energía con tus vecinos, es conocer el sistema eléctrico, es plantar cara al oligopolio, es luchar contra la pobreza energética; es en definitiva crear comunidad”.
La iniciativa se presenta en sociedad este jueves día 23 con una charla informativa, en el Centro de Educación Permanente (CEPER) de Puerto Real, en la calle Real 2024. En este taller, además de dar a conocer el proyecto se analizará la factura de la luz “para aprender a interpretarla”, además de otras cuestiones relacionadas con el sector eléctrico.
Y para las personas que tengan interés y no puedan asistir a esta primera cita, se ha fijado ya otro encuentro similar para el domingo 16 de junio en colaboración con el Centro Social y Cultural ExArtes, en la calle San Alejandro 41.
Del mismo modo, se está preparando un ‘Encuentro por la energía ciudadana’ para el próximo 27 de junio en el Colegio Cooperativa Bahía, con la presencia de expertos en temas de energía y autoconsumo colectivo, y representantes de otras comunidades energéticas.
Finalmente, se informa de que Luce Puerto Real tiene ya a disposición de la ciudadanía un correo de contacto para cualquier consulta: energiaciudadanaluce@gmail.com
Las comunidades energéticas, se detalla en la web del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), pueden llevar a cabo múltiples actividades: producir, consumir, almacenar, compartir o vender energía. Un ejemplo de este tipo de actividades en las que se pueden basar, son el autoconsumo o la generación distribuida. Además, se evita la dependencia sobre las compañías eléctricas convencionales. En paralelo, los beneficios ambientales son importantes, con una disminución de la energía consumida, un aumento de energía renovable distribuida o una reducción de los combustibles fósiles utilizados; así como los sociales, con el empoderamiento ciudadano, la creación de empleo local, la creación de un tejido comunitario o la reinversión de los beneficios de la actividad en los aspectos prioritarios para la comunidad.