El comité de empresa de Navantia Puerto Real ha lanzado un último aviso, antes de convocar movilizaciones. El pasado viernes representantes de la plantilla de Matagorda llevaban a cabo una acción informativa y simbólica en la capital (entre las Puertas de Tierra y San Juan de Dios), para recordar que su planta sigue a la espera de carga de trabajo real “capaz de garantizar su viabilidad y futuro”; mientras en las otras factorías gallegas, y de la Bahía no falta la faena, en la de Cádiz con la reparación de cruceros y en la de San Fernando con la construcción de las polémicas corbetas para Arabia Saudí.
Desde que el astillero puertorrealeño entregara en julio el último de los cuatro petroleros Suezmax que lo ha tenido ocupado desde 2015, ha dejado a un lado la faena naval propia para centrarse en el negocio eólico, algo que cuestiona el comité ya que aporta mucho menos empleo. Además, se reclama un reparto más equilibrado de las cargas de trabajo entre las factorías gallegas y las gaditanas.
La presidenta de Navantia, Susana de Sarriá, remarcaba durante la botadura del último petrolero que la actividad no decaería en estos astilleros con tres contratos eólicos ya previstos y asumiendo parte de la faena de Navantia Cádiz y San Fernando.
Esta misma semana, el 14 de noviembre, los representantes de los trabajadores están convocados a una reunión con el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Pacheco; y a partir de lo que se hable en la misma (que llega “tarde” para el comité, al fecharse tras las elecciones), se barajarán nuevas acciones de protesta, ya contando con toda la plantilla, propia y de contratas.
El Plan Estratégico de Navantia, firmado a finales de 2018, plantea para Puerto Real la construcción, sin concretar cuándo, de nuevos buques para el Ministerio de Defensa español como el BAM IS y el ferry o barco de transporte para el Ejército de Tierra, así como en “otras oportunidades” de construcción naval civil.
Mientras se está a la espera de dicha faena, Matagorda trabaja en una subestación para un campo en Noruega para la empresa Aibel (500.000 horas de trabajo, ocupando a una media de al menos 350 personas); 20 upper jackets para un macroproyecto eólico en el Mar del Norte (382.000 horas de montadores, soldadores, pintores, electricistas y servicios auxiliares, lo que supone una generación de unos 250 puestos de trabajo durante el año que durará el contrato); y la construcción de una estructura flotante para eólica off-shore, para el campo Kinkardine en Reino Unido (250.000 horas de trabajo, y unos 200 empleos).
A estos programas menores, se añaden los bloques que está construyendo para el programa de las corbetas de Arabia Saudí (que se llevan a cabo principalmente en San Fernando), y que “son equivalentes a dos buques completos”, lo que supone más de un millón de horas de trabajo y unos 1.000 empleos, según apuntaban fuentes de Navantia a DIARIO Bahía de Cádiz en su momento. Y en estos meses y a lo largo de 2020 en el dique de Puerto Real se van a reparar hasta cinco grandes cruceros, ocupando a unas 1.200 personas.