La presión de las últimas semanas por parte de la plantilla de Navantia Puerto Real y contratas, movilizadas a través de pequeñas acciones por el retraso de la orden de ejecución del comprometido BAM-IS para la Armada española, y temiéndose que en otoño Matagorda se quedará sin faena “provocando que el grueso de la industria auxiliar, que aún queda en la Factoría, tenga que ir a la calle”, parece que ha tenido resultado.
Este jueves el propio comité de empresa ha desvelado que al fin el Ministerio de Defensa ha firmado esa esperada orden de ejecución. Se asegura que propia ministra, Margarita Robles, ha telefoneado a la presidente del comité, Margarita Forné, para trasladarle la buena nueva.
“La ministra nos ha pedido que transmitamos a las plantilla el mensaje del empuje y la voluntad que desde el Ministerio tienen para que nuestro astillero siga siendo un referente en la construcción naval civil y militar y, con ello, fortalecer la industria naval en la provincia de Cádiz y contribuir al mantenimiento y creación del empleo estable y de calidad en la industria auxiliar gaditana”, ha señalado el comité de empresa del astillero puertorrealeño en un comunicado.
El Ministerio de Hacienda autorizaba en verano de 2020 el gasto para la construcción de este Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS), una de las “prioridades” de la Armada. Y una de las exigencias de la plantilla de Matagorda, después de que este planta acabara la faena de los petroleros (actualmente ejecuta parte del trabajo de las corbetas para Arabia Saudi, ‘ayudando’ al astillero de San Fernando, y está rematando encargos de eólica marina). Y en noviembre se aseguraba que la orden de ejecución se firmaría en el primer trimestre de 2021, de ahí la inquietud de los trabajadores.
Según la información trasladada meses atrás por Navantia a DIARIO Bahía de Cádiz, este comprometido encargo supone 1,3 millones de horas de carga de trabajo durante tres años y medio, y se prevé que supondrá más de 1.100 empleos anuales, entre directos, indirectos e inducidos.
El barco está contemplado en el plan estratégico 2018-2022 que la compañía estatal; se invertirán en él unos 200 millones de euros, de los que 167 corresponden a los trabajos de Navantia, y el resto a equipos de exploración submarina y revisiones. En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021 se reserva una primera partida de 53,4 millones de euros.
Este BAM-IS se proyecta como una plataforma que operará como buque de apoyo para operaciones de buceo y para el salvamento y rescate de submarinos y que se prevé que esté operativo antes de la entrada en servicio del primer submarino S-80. Reemplazará al buque de salvamento y rescate Neptuno, que está a punto de finalizar su vida útil.