Ya está en marcha la segunda fase de la exhumación de la fosa del cementerio de Puerto Real. En la primera etapa se desenterraron 35 cadáveres. En el inicio de la segunda ya se han localizado los restos de otras diez personas. En este nuevo periodo se intervendrá sobre 14 metros adicionales, a continuación del emplazamiento de los primeros trabajos. Los investigadores consideran probable que se puedan desenterrar los restos de un centenar de asesinados por el franquismo. Junta, Diputación y Ayuntamiento colaboran con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica local.
Hace una semana comenzó la segunda fase de la exhumación de la fosa del cementerio de Puerto Real. En la primera etapa en el año 2013 se desenterraron 35 cadáveres (34 hombres y una mujer), resultado de una excavación abierta sobre una franja de siete metros de longitud. En el inicio de la segunda fase ya se han localizado los restos de otras diez personas. En este nuevo periodo –que tendrá una duración aproximada de cuatros meses- se intervendrá sobre 14 metros adicionales, a continuación del emplazamiento de los primeros trabajos.
El equipo investigador cree probable la aparición de unas cien personas que fueron asesinadas, sin juicio ni personación de causa, por los partidarios del alzamiento militar de 1936 que precipitó la Guerra Civil y posteriormente la dictadura de Franco. La de Puerto Real es la fosa más grande de las recuperadas en la provincia gaditana, a falta de que se intervenga en otros enclaves como Cádiz o Jerez.
Esta exhumación está promovida por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de la localidad, que ha conseguido agrupar 53 peticiones de familiares directos de las víctimas para llevar a cabo la misma. La Junta de Andalucía, a través de la Dirección General de Memoria Democrática, ya financió la primera fase y mantiene su cobertura económica en la segunda etapa. Por su lado, la Diputación restablece su servicio de Memoria Histórica (inactivo curiosamente durante el mandato 2011-2015 por decisión del anterior equipo de Gobierno de la derecha) con esta actuación: aportará ayuda económica para el estudio antropológico de los restos hallados y ya costeó el barrido del cementerio por geo-radar que permitió localizar la fosa. El Ayuntamiento puertorrealeño, además, aporta personal y maquinaria municipal.
La segunda fase de la excavación ha sido presentada por el director general de Memoria Democrática, Javier Giráldez; por Elena Amaya, en representación de la Diputación de Cádiz, con la asistencia del responsable técnico del servicio de Memoria Histórica, Carlos Perales; por el concejal Juan Antonio Pontones, en representación del Ayuntamiento; y por Francisco Aragón, presidente de la asociación local para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Familiares de vecinos represaliados tras el golpe militar de 1936 y representantes de diferentes asociaciones han asistido a la presentación de esta nueva fase de la exhumación. El arqueólogo Jesús Román y el antropólogo forense Juan Manuel Guijo han detallado los resultados de la anterior intervención, así como las expectativas de la nueva etapa, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz.
Según las investigaciones históricas llevadas a cabo, los desaparecidos y fusilados en Puerto Real ascienden a 112 personas, de las que 111 corresponderían a hombres, con edades comprendidas entre los 62 y los 17 años. Los fusilamientos según las fuentes tuvieron lugar entre julio y septiembre de 1936.
“ESTAS PERSONAS, LAS VÍCTIMAS, SON DE TODOS”
Elena Amaya ha confirmado la recuperación del servicio de Memoria Histórica de la Diputación y su disposición a colaborar con las iniciativas que planteen los colectivos en defensa de la reparación moral de las víctimas del franquismo. Mientras Javier Giráldez ha lamentado que un asunto que concita la coordinación de las instituciones autonómica, provincial y municipal no cuenta con participación alguna del Estado “considerando que estas personas, las víctimas, son de todos”.
El director general de Memoria Democrática de la Junta ha indicado que, tras individualizar los cadáveres, se cruzarán sus datos genéticos con la de sus posibles familiares para verificar sus identidades. Esta labor científica se realizará por parte de la Universidad de Granada.
Por parte del Consistorio, Juan Antonio Pontones ha destacado que con esta actuación “no sólo se están desenterrando cadáveres, sino también la verdad y la justicia, y el reencuentro con sus seres queridos”.
Y Francisco Aragón, presidente de la entidad promotora, detalló la trayectoria de una asociación local que, tras su constitución en el año 2003, culmina sus aspiraciones con la apertura de la fosa y la recuperación de los restos. En ese tránsito, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Puerto Real ha logrado recabar la información sobre decenas de ‘desaparecidos’, eliminar las referencias del franquismo en el viario urbano, reconocer el legado republicano y la memoria de las víctimas en la nomenclatura de las calles de la urbanización de Casines, retirar los honores que el municipio concedió a Franco durante la Dictadura (Hijo adoptivo y Medalla de oro) y, finalmente, localizar y abrir la fosa del cementerio.
FAMILIARES BUSCAN A LOS SUYOS
Al acto celebrado en el cementerio municipal puertorrealeño han asistido familiares de dos alcaldes republicanos, que fueron asesinados tras el golpe franquista: Elena Fernández, hija del que fue alcalde de Puerto Real José María Fernández Gómez “que fue detenido sin orden alguna en su despacho. Fue trasladado al penal de El Puerto donde permaneció un mes. Un día le dijeron a mi madre que no volviera más, que no hacía falta… Tenía 33 años”. Fernández tiene la esperanza de que alguno de los cadáveres hallados en la fosa sea el de su padre. También ha comparecido Ángeles Fernández Roldán, nieta del alcalde de San Fernando, Cayetano Roldán “quien fue fusilado sabiendo –por parte de uno de sus captores- que también habían matado a sus tres hijos”.
Por su lado, Enrique Fernández Infante, en compañía de representantes del Ateneo Republicano y Memorialista de San Fernando, espera que entre los restos localizados figuren los de su abuelo: Andrés Infante, profesor de la escuela de aprendices de La Constructora, la factoría que terminó convirtiéndose en la Fábrica San Carlos. “Mi madre vio cómo lo detuvieron y lo subieron, junto con otras dos personas, en un camión salinero. Siempre dijo que lo llevaron al cementerio de Puerto Real”.
Un camposanto que fue el destino final no sólo de vecinos de Puerto Real sino de diferentes poblaciones de la Bahía de Cádiz.
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