El Hospital Universitario de Puerto Real ha habilitado una zona externa para que usuarios de la Unidad de Salud Mental cuenten con un huerto urbano, en el que realizan tareas de sembrado y mantenimiento junto a profesionales de Enfermería y monitores ocupacionales, al tiempo que participan en una actividad “con un claro fin terapéutico”.
La Unidad de Hospitalización y la Comunidad Terapéutica de este centro ya contaban desde hace un lustro con un huerto urbano en la terraza de ambos recursos mediante mesas de cultivo, pero era de interior e insuficiente para la aceptación, satisfacción y gran demanda que esta actividad genera por parte de los participantes.
Así, gracias a la colaboración y respaldo de la dirección del Clínico, ahora hay una zona externa de 200 metros cuadrados y todo el material necesario para el desarrollo de esta labor, tanto herramientas adecuadas como riego automático, resaltan desde la Junta de Andalucía en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Esta iniciativa se encuadra en las intervenciones que se realizan desde la Unidad de Salud Mental para promover la recuperación y el restablecimiento de las personas tras una crisis.
Dentro de los objetivos que se plantean con la intervención terapéutica, se contempla: fortalecer la autoestima; disminuir los niveles de angustia y ansiedad que suele provocar el ingreso hospitalario; fomentar las relaciones sociales que se ven frecuentemente afectadas por la enfermedad; la promoción de una comunicación eficaz y respetuosa entre los propios usuarios que facilite la aceptación de límites; así como la asunción de responsabilidad en el desarrollo de tareas, la ayuda mutua, el fortalecimiento de las actividades de ocio y las habilidades básicas de la vida diaria y la activación en los cuadros depresivos.
UNA RELACIÓN “MÁS SIMÉTRICA”
Igualmente, esta actividad se encuadra dentro de otras estrategias que la dirección de la Unidad de Salud Mental del hospital puertorrealeño, junto al compromiso de los profesionales que forman parte de la misma, vienen desarrollando en estos últimos años, para promover espacios más abiertos y menos restrictivos.
A través de dichos espacios se consolida un cambio en las relaciones terapéuticas establecidas entre usuarios con los profesionales que intervienen en su proceso de recuperación, haciendo de ésta una relación “más simétrica”, en la que se intenta empoderar al paciente en su propio proceso de recuperación y que asuma su responsabilidad en el mismo.