El Ayuntamiento de Puerto Real, a través de sus concejalías de Transición Ecológica y Medio Ambiente, y de Urbanismo, han elaborado un informe sobre la situación de las redes de saneamiento en la localidad tras las últimas incidencias vividas durante las fuertes lluvias de octubre; y ha anunciado que se está desarrollando un Plan Director para mejorar la red de saneamiento, pluviales y fecales frente a los evidentes efectos del cambio climático.
La red de saneamiento del municipio tiene más de 178 kilómetros, con 5.603 husillos y 5.230 pozos de alcantarillado. La mayoría de la red es unitaria, recogiendo aguas fecales y pluviales conjuntamente, excepto en los polígonos industriales y algunas barriadas, donde la red es separativa.
Hay 27 aliviaderos autorizados para lluvias, pero la cercanía al mar y las mareas ralentizan la evacuación del agua. Tres aliviaderos tienen compuertas motorizadas para evitar la intrusión salina. Además, existen 12 estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR) que impulsan las aguas a la depuradora (EDAR), desde hace unos años sometida en obras de modernización y ampliación.
Las redes se ven afectadas por la baja pendiente, puntos bajos de difícil desagüe, y la cercanía al mar. En este sentido, el Gobierno local izquierdista tiene claro que son necesarias inversiones, ya que las últimas mejoras significativas, como el colector de la zona norte, el colector de la calle Concepción y las válvulas automáticas de aliviaderos, “se realizaron hace más de 20 años con fondos europeos y ayuda de la Junta de Andalucía”.
Desde entonces, el Consistorio (a través de Apresa y de Gen) ha llevado a cabo solo “actuaciones correctivas esenciales” para mantener el funcionamiento de las redes. En lo que va de 2024, se han dedicado 2.942 horas de trabajo efectivo al mantenimiento preventivo de la red de alcantarillado.
ZONAS PROBLEMÁTICAS
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se detallan las incidencias registradas en los últimos tiempos, por zonas.
En Barrio Jarana y Villanueva las incidencias se deben a la descarga del agua recogida en la cuenca de la zona rústica de Villanueva. Cuando esta se desborda, atraviesa Villanueva e inunda el Barrio Jarana, especialmente durante la marea alta, impidiendo la evacuación adecuada. En lluvias menos intensas, el arroyo de barro afecta a una zona de Villanueva, un problema recurrente para los vecinos. “No es un problema de las redes, que son separativas y de gran diámetro, sino de la salida y canalización del arroyo que se forma en la zona rústica”, se concluye. Este arroyo debería drenar al canal que comienza en Barrio Jarana y evacuar al Parque Natural, pero con lluvias intensas y marea alta, el sistema colapsa y desborda.
En Ribera del Muelle se encuentran los aliviaderos de la red unitaria principal para la evacuación en días de lluvia. A esta red descargan las redes transversales (como las de las calles Vaqueros, La Palma, Cruz Verde, Sagasta…). Si las lluvias coinciden con pleamar, la evacuación se ralentiza o se detiene, provocando el colapso de la red principal hasta que los aliviaderos se liberan nuevamente.
La plaza de Jesús sufre problemas por la sobrecarga de una red de alcantarillado muy antigua y posiblemente deteriorada. Se planea cambiar y duplicar esta red con la obra de la plataforma única de Soledad.
En la zona del soterramiento de la vía los trabajos ejecutados en su día impiden el drenaje de las zonas bajas en la avenida de la Diversidad (Hispanidad) y la zona del Porvenir hacia la cuenca correspondiente. Esto fuerza el drenaje hacia Sagasta y Ribera del Muelle, convirtiéndolas en zonas inundables. Dicha obra ha creado un muro de contención y sifones que impiden esta evacuación. GEN ha realizado varias mejoras en los puntos más bajos, como en Hispanidad y San Francisco, incluyendo la ampliación de rejillas y la instalación de husillos de gran tamaño para aumentar la capacidad de drenaje.
En El Porvenir con San Ignacio y San Francisco el problema se agrava por la acumulación de hojarasca. Además, la rotonda de la Degollada, sin husillos, se inunda debido al agua que llega de otras rotondas por los pasos de peatones elevados.
Por otro lado, Huerta Pley es una zona inundable debido a que tiene los puntos más bajos de la red, afectada indirectamente por la influencia mareal, ya que desagua por Sagasta a la red principal de Ribera del Muelle; el diseño de la red en esta zona es problemático y requiere una modificación significativa para mejorar el drenaje.
En la barriada del Río San Pedro, durante las obras del puente de la Constitución de 1812, se taparon pozos de alcantarillado y husillos con hormigón y asfalto. Además, en varias zonas, los trabajos de reasfaltado dejaron el firme por debajo de algunos husillos, creando bolsas de agua cuando llueve.
En la calle Ubrique el embalsamiento del agua de lluvia se debe a los pasos elevados de la rotonda y el taponamiento de las rejillas por la hojarasca de los árboles de la zona.
En Marina de la Bahía, en el cruce de Factoría Matagorda con Temporal, pese a que la situación ha mejorado con dos nuevos sumideros conectados a la red de pluviales, la red colapsa durante lluvias fuertes y pleamar debido a la influencia mareal.
O el caso de Azahares: se ha mejorado la evacuación de aguas pluviales con un colector de 2.000 mm de diámetro; sin embargo, la zona del centro comercial queda por debajo de la cota de evacuación a la marisma, lo que provoca inundaciones cuando coinciden mareas llenas y el colector está lleno.