“Queremos poner el nombre del Río San Pedro, de nuestra barriada, en el mapa, darlo a conocer en la Bahía, romper con esos estereotipos y estigmas que nos han acompañado desde sus inicios consecuencia de la falta de equipamientos por parte de las administraciones. Debemos ser conocidos y reconocidos en España, nos ampara nuestra historia, nuestras efemérides”: es uno de los retos del trabajo elaborado por la Plataforma Vecinal de dicha populosa barriada de Puerto Real, con vistas además a la conmemoración de la Batalla del Trocadero de 1823 “donde se defendieron las libertades recogidas en la Constitución de 1812 frente al absolutismo”.
De este modo, se ha elaborado un dossier de la mano de Antonio Gil Berrocal que pretende dar a conocer el pasado del Río San Pedro, “embarcándose en la defensa, protección y puesta en valor del patrimonio histórico y cultural en la barriada”.
“Podemos destacar los indicios de presencia humana desde las etapas más tempranas, el rol de Jerez y sus vinos, todo el entramado de sistemas defensivos, la economía de la región ligada al mar, tierra donde extranjeros y españoles han luchado y murieron en defensa de las libertades, lugar de asedios, campamentos, prisioneros y presos entre un largo etcétera”, se subraya en la información trasladada a DIARIO Bahía de Cádiz.
Dicho documento pretende ser la “punta de lanza” de un proyecto ambicioso que ponga de manifiesto el pasado y protección del patrimonio de este barrio puertorrealeño muy cercano a la capital gaditana.
“Tanta historia oculta debe ser puesta en valor y dada a conocer por parte de los vecinos en un impulso que ayude a generar la identidad de nuestro barrio, que debe ser la base del futuro de nuestra barriada”, se defiende. Una identidad “que se fortalezca con un proceso de embellecimiento y puesta en valor de nuestra historia, a través de monumentos, memoriales, expresiones culturales y artísticas que nos ayuden a situarnos en el mapa, no solo de la Bahía y la provincia, sino a nivel nacional e internacional dada la importancia de los acontecimientos históricos acaecidos, como la Batalla del Trocadero de 1823”.
Al respecto, se avanza que dentro de la conmemoración del bicentenario “de la defensa de las libertades en 1823”, este entidad vecinal pretende liderar la efeméride (los “faustos”, los llama) para el venidero año 2023: “queremos hacer participes a todos los vecinos, crear una mesa de trabajo con todas las administraciones y trabajar juntos por la elaboración de una semana cultural en agosto sin precedentes, donde entre todos hagamos del Río un referente cultural y turístico que haga justicia a la historia”. Ya se ha creado hasta el logotipo de dicha celebración.
“Las administraciones tienen una deuda con y para nuestro barrio. Este proceso contiene los argumentos suficientes para marcar un antes y un después en nuestra población, que fortalezca nuestra identidad y que nos dé el impulso suficiente para afrontar nuestro futuro”, se sentencia desde la Plataforma Vecinal.
“CASI 40 AÑOS DE DEFICIENCIAS QUE HAN MARCADO NUESTRO CARÁCTER”
El Río San Pedro es una barriada con más de 6.000 residentes hoy día con unas limitaciones geográficas que “han marcado el carácter de sentirnos del Río”: la distancia respecto al centro de la localidad, el encasillamiento por la autovía CA-35 o el puente de la avenida Argentina dirección a la Villa, “marcan nuestro mundo particular, las fronteras mentales en el ideario colectivo.
A ello se unen, según este trabajo-memoria, “casi 40 años de deficiencias, que se observa en el carácter del vecino, en la realidad física de su estructura: la no historia, el no arte, no cultura, no monumentos, no elementos que destaquen su belleza, no medios de transportes acordes con nuestra posición y población, no un tejido industrial favoreciendo a nuestros vecinos aliviando el paro. Ni el trabajo se nos ofrecía a pesar de estar rodeados de grandes industrias”.
“Los tópicos sobre nosotros en la Bahía, el desconocimiento de nuestra existencia en la provincia, las catastróficas consecuencias medioambientales durante años de la EDAR, acciones antrópicas devastadoras que han provocado la desecación del interior del Río San Pedro, así como de Las Aletas. Pérdida exagerada de fauna y flora a una velocidad abismal en nuestro entorno, contaminación del aire y sus consecuencias debido a las descargas de graneles, cables de alta tensión cruzando las viviendas, los ruidos de la industrias del metal, olores de la depuradora, ninguna posibilidad de ocio dentro del barrio, falta de planes y proyectos para los jóvenes, y un largo etcétera”, se describe.
Todo esto “ha marcado el carácter, la idiosincrasia del individuo del Río, su relación con su entorno, su rechazo o falta de credibilidad hacia las competencias y políticos. Una sociedad marcada por el desánimo vivido durante décadas a base de promesas donde las luchas vecinales fueron protagonistas, y que hoy, como ayer los vecinos queremos reclamar y poner en el lugar que le corresponde a nuestro barrio empezando por trabajar en su identidad”.
Desde la refundación de la Plataforma Vecinal Río San Pedro en agosto de 2020, uno de los principales objetivos que se ha planteado es, se reitera, “el fortalecimiento de la identidad de un barrio a través de su pasado. Un pasado que nos ayude para el futuro”.