El concejal de Fiestas, Deportes y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Puerto Real, Andrés Rodríguez, anunciaba en enero que dejaba sus cargos, y entonces el mismo alcalde y compañero en Sí se puede le mostraba su apoyo. Dos meses después no termina de dar el paso y abandona la formación con la logró el acta y se pasa al grupo de los no adscritos. “No es descartable que haya un acuerdo para desgastar a un Ayuntamiento del cambio ni una maniobra al estilo del ‘tamayazo’”, consideran desde Podemos recordando que su excompañero “incumple el código ético que asumió públicamente contra la corrupción y el transfuguismo”.
Andrés Rodríguez, concejal de Fiestas, Deportes y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Puerto Real, anunciaba el pasado mes de enero que dejaba el cargo, ni ocho meses después de acceder, por problemas de salud. Entonces, el alcalde, Antonio Romero, le expresaba su” más sincero apoyo” subrayando que “ha sido una clave importantísima en este proyecto desde su inicio, una persona comprometida y activa, ejemplo para muchos de nosotros”.
Ahora, ante el paso dado en el reciente pleno de marzo, en el que Rodríguez no termina de dimitir, sino que ha decidido dejar Sí se puede Puerto Real y pasar a ser concejal no adscrito, la candidatura con la que se presentaba a las elecciones de mayo de 2015 ha emitido un comunicado en el que condena este caso de “transfuguismo”: “ha engañado a la ciudadanía, aferrándose al cargo a toda costa incumple el código ético que asumió públicamente contra la corrupción y el transfuguismo para llegar a concejal de Sí se puede”.
Dicho código ético, al igual que el de Podemos –partido que impulsa la agrupación electoral que cogobierna el Ayuntamiento junto a Equo-, incluye el rechazo del transfuguismo tanto propio como ajeno. “Podemos y Sí se puede nacieron, entre otras cosas igualmente importantes, para combatir la corrupción y el transfuguismo. Rodríguez, además de incumplir su palabra ha engañado a miles de ciudadanos que votaron a un proyecto colectivo con los principios éticos y democráticos de Podemos”.
En virtud del documento los cargos públicos de Sí se puede se comprometen a someter sus decisiones a la participación abierta y democrática en la Asamblea Ciudadana -”cuyas convocatorias son públicas y abiertas a todo el pueblo”-, a la transparencia de su gestión, la rendición de cuentas y a poner su cargo a disposición de la Asamblea.
El exconcejal de la formación, se recuerda en esta nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, hace tiempo que dejó de asistir a la Asamblea así como a las reuniones de concejales y otros órganos de la candidatura: “en varias ocasiones se le invitó a exponer los conflictos y diferencias que decía tener con otros compañeros de Sí se puede y Equo. Pero no apareció. Ya no rendía cuentas de lo que hacía ni estaba representando a nadie salvo a sí mismo”.
Desde la formación renuncian a entrar en valoraciones personales sobre las motivaciones de su antiguo compañero pero sí señalan que “no se puede descartar que haya un acuerdo que persiga desgastar la labor de un Ayuntamiento del cambio, ni que a medio plazo se produzca una maniobra al estilo del ‘tamayazo’. La evidente incoherencia de Andrés con los principios éticos y la inestabilidad de una persona que anuncia y retira la dimisión por segunda vez pueden haberle convertido en presa fácil para terceros”.
“No menos importante –se añade- es que si esta persona no dimite, bloquea que el siguiente compañero en la lista elegido democráticamente lo sustituya y asuma competencias para trabajar por el pueblo”. Actualmente las competencias que asumía Rodríguez, Fiestas, Deportes y Seguridad Ciudadana, se han repartido entre otros concejales “restándoles así dedicación para las que ya tenían”.
Insisten desde Sí se puede Puerto Real que este edil “ha dado la espalda a todas esas personas que han trabajado desinteresadamente para construir una candidatura de unidad popular contra viento y marea y que son las que han hecho posible que Rodríguez esté donde esté ahora. Es intolerable que por su propio interés una persona juegue así con un proyecto colectivo y con la ciudad”. Y sentencian que “si el pueblo pone los concejales, el pueblo debe poder quitarlos”.
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