Una semana de actividades han previsto Ayuntamiento y colectivos para conmemorar la entrega hace 40 años, en 1982, de las primeras llaves a vecinos de la barriada puertorrealeña del Río San Pedro. Entre el lunes 21 y el domingo 27 de noviembre se celebran desde exposiciones, a torneos de mus y fútbol sala, y actuaciones.
De cara a celebrar el 40 aniversario del populoso barrio puertorrealeño del Río San Pedro, varios colectivos sociales junto con el Ayuntamiento han organizado diferentes actividades, que se extenderán durante una semana.
Esta programación se iniciará este lunes día 21 con la apertura de una exposición de pinturas de Iván Suazo, y de otra muestra de fotografías de Antonio Gil. Ambas sobre el propio Río San Pedro y en el Centro Cívico de la barriada.
El martes, a las 17 horas, se procederá a inaugurar un monolito de la primera piedra de la inauguración de la barriada que estará localizado en la calle Botavara. Le seguirá una charla coloquio sobre la construcción, diseño y primeros años del barrio, en el Centro Cívico.
Al día siguiente se celebrarán unas jornadas de defensa personal, no violencia y técnicas de competición de Kick Boxing, en la Escuela de Defensa Personal Juvenil, a las 17.30 horas; y un concurso de dibujo infantil bajo el lema ‘Mi barrio mola, en el Euro-Barrio’, a las 18.30 horas.
De cara al jueves 24 se han organizado un torneo de mus, tute y dominó, por parejas, en la Asociación de Pensionistas, y una ‘castañá popular’ y la actuación del trío de antología del carnaval ‘Ahí está el trío’, en el Club Náutico Río San Pedro, a las 19 horas.
Según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, este programa conmemorativo tendrá continuidad en la tarde del viernes 25 con juegos populares en la plaza Agnes Reston, un taller de skate por Ismael Ogalla, un torneo de fútbol sala en las pistas deportivas, y las actuaciones de Lucía Moreno, Grupo Diario, Dance Fitness Salvi Esteban y DJ Anonymex, en la avenida V Centenario.
El sábado las actividades comenzarán con paseos gratuitos en tren turístico por la barriada y por el Parque Metropolitano Marisma de Los Toruños y Pinar de La Algaida, con salida y llegada desde la avenida V Centenario, a partir de las 11 horas. Por la tarde, a partir de las 19 horas, en la misma localización, se sucederán la antología de Enrique Villegas, la comparsa ‘La predicadora’ y actuaciones flamencas.
El programa llegará a su fin el domingo 27 con una convivencia vecinal desde el mediodía en el Parque del Constitucionalismo (eucaliptal), y una ruta guida gratuita en bicicleta por el Parque de Los Toruños y Pinar de La Algaida, con salida y llegada desde ‘Huertadura’.
“UNA BARRIADA A MEDIO ACABAR”
Ubicada en pleno centro del Parque Natural Bahía de Cádiz, actualmente cuenta con unos 6.000 vecinos y una población joven (y la tasa de natalidad más alta del municipio). Sus orígenes se remontan a los años 70 del siglo pasado, la etapa final de la dictadura, cuando se daba comienzo a los Planes de Actuaciones de Urgencias referente a los planeamientos urbanísticos, que pretendían solucionar los problemas demográficos de la ciudad de Cádiz (sin suelo para crecer) y dotar la Bahía de un conjunto turístico sin precedentes.
Y así se planteaba un proyecto megalómano donde venían a construirse más de 30.766 viviendas y albergar una población total de 140.000 habitantes, además de todo un tejido industrial.
El pilar de este proyecto debía ser el flamante Puente José León de Carranza, que junto con la experiencia y herencia de la antigua barriada de Matagorda ofrecían solidez a ese Plan ACTUR. Pero este proyecto “tan ambicioso” se paralizó al evidenciarse su inviabilidad, a excepción de la barriada del Río San Pedro y el campus universitario.
Por tanto, precisaban desde la Plataforma Vecinal Río San Pedro meses atrás, “desde sus comienzos arrancan la falta de proyectos e infraestructuras, y carencias de una barriada a medio acabar, en la búsqueda constante de soluciones, sin una planificación de cara al futuro, como un barco a la deriva ante la sensación de abandono de las administraciones desde su más profundo germen, en un limbo de responsabilidades y con el sentimiento de orfandad hasta el punto de no contar con un gentilicio”.
Cuarenta años después persisten los “problemas eternos” de la barriada casi a la misma distancia de la capital que del centro de la Villa, como la contaminación de las industrias del Polígono del Trocadero, las descargas de graneles, los cables de alta tensión que vertebran el barrio, los problemas en transporte público, las deficiencias urbanísticas, la falta de servicios, o la ausencia de actividades y lugares culturales y de ocio.