Las fanfarrias sonaron encima de las Puertas de Tierra, trompetas, trompas, y tubas se escuchan al unísono, tres toques largos, dos cortos, rematados por un redoble de tambores. Era la contraseña para que en la puerta del Ayuntamiento, en San Juan De Dios, una poetisa local con voz engolada, recitara:
!Ya viene el cortejo!
!Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines.
Poema que implicaba la salida del Consistorio de todos los cargos electos, regidores y regidoras disfrazados -acordaron utilizar aquellos trajes que Teófila compró para el bicentenario- y escoltados por los munícipes maceros se dirigen hacia la estatua de Moret, lugar elegido para las primeras fotos oficiales.
El cortejo, encabezado por un grupo de parados, baja por la Cuesta de las Calesas; le siguen muchos jóvenes, universitarios, bachilleres, hasta preescolares, en formación de dos al fondo. Ciclistas, médicos y personal sanitario, maestros y funcionarios autonómicos, jueces, abogados, personal de la justicia, todos los gremios y profesiones presentes en la ciudad, están ahí, acompañándola, con pancartas con un solo lema -GRACIAS POR TODO-, el mismo eslogan que miles de personas corean a ambos lados de la calzada -graaaacias, graaaacias, graaaacias- gritos que sólo son superados por la intensidad de los aplausos a su paso.
A la mitad de la carrera oficial, la patrona sale a su encuentro, uno de los momentos mas emotivos de los actos, la virgen y la trianera frente a frente en medio del más absoluto silencio, roto por un grupo de niños, que de forma espontánea se lanzan por sevillanas:
Mírala cara a cara, que es la primera
…
Que es la primera
Y la vas seduciendo
A tu manera…
Esta es la crónica que me han pedido para “el nodo autonómico” de la visita de Susana Díaz a Cádiz para mañana. Creo que me he dejado llevar por el entusiasmo, la realidad será otra.
El séquito del cortejo no estará compuesto por gremios, ni parados, ni niños, a lo más, por un grupo, más o menos amplio, de cargos y carguillos, de gente que de verdad tiene que agradecer algo a la sultana, su nómina a cambio de esto. Seguro que la visita no girara por el Cerro del Moro, seguro que no visitará a Amigas del Sur, seguro que no recibirá ni a los ex de Delphi, ni a maestros, ni a médicos, ni a personal sanitario del hospital.
Ni aplausos, ni coros infantiles, ni ná, sólo las sirenas de los coches de escolta pondrán banda sonora al recorrido del séquito “imperial”.
Seguro que no visitará algunas de las aulas cerradas en la enseñanza pública, mientras sigue subvencionando la enseñanza religiosa. Seguro que ni la Marea Blanca, la Marea Verde, el colectivo de trabajadores del Metal… saldrán a la calle con pancartas que digan: “GRACIAS POR TODO”. DIARIO Bahía de Cádiz Fermín Aparicio