El no va más. The Spice Gils, primero, y la señora de Obama, después, pusieron a Granada de moda y ahí sigue. ¡Y ahora el mismo Obama viene a Sevilla! Estamos salvados, siempre he pensado que habría que gastarse los cuartos y traer a la Feria a actores y actrices de Hollywood así como a empresarios americanos de procedencia judía o protestante. Los Reyes Católicos erraron expulsando a los judíos y Lutero y Calvino le dieron vidilla al asunto religioso-empresarial. Hay que tener astucia para convertir un lugar como Las Vegas, que está en un desierto, en un centro mundial de recreo y hay que ser avispado para lograr que las aceras de una calle vulgar y corriente de Los Ángeles, llenas de losetas grabadas con estrellas y nombres de actores y actrices, atraigan a tantísimo personal.
Mister Obama, nosotros, en Sevilla, y con modestia, nos estamos colocando poco a poco a la altura de los tiempos. Mire usted, para empezar, nada de Sevilla, somos Seville. A los restaurantes de los hoteles con buenas vistas para disfrutar del verano les llamamos ya Summer hotel time y a lo que, antes, en la Exposición Universal de 1992, bautizamos como Andalucía de los niños ahora se llama River Park. Y creo que al equipo de fútbol (soccer para usted) que tenemos en horas bajas le podemos decir Royal Betis Forever, a ver si se anima.
Nuestra Semana Santa de ahora en adelante se va a conocer como Holy Week y a la Feria de Abril la llamaremos April Fair. También creo necesario renovar el nombre de uno de nuestros mayores atractivos, si no el mayor: el tapeo. Cuando usted entre en un bar a tomarse una cerveza con un tentempié, el camarero que llegue a atenderle con la tiza o el lápiz en la oreja mandará a hacer puñetas tales artefactos pleistocénicos y extraerá del bolsillo de su delantal blanco una tablet de Apple al tiempo que de su otra oreja descolgará un lápiz digital. A continuación le recitará las tapas, a saber: sangre con cebolla, pavías de bacalao, caracoles, cola de toro, ensaladilla USA (no rusa, por supuesto), papas aliñás, solomillo al whisky, calamares, cazón en adobo, chipirones a la plancha, gambas al ajillo, cocretas (traducción al andaluz de croquetas)… ¡Y todo eso se lo dirá en inglés!
Ah, nuestro alcalde, que se llama Juan Espadas, de ahora en adelante le diremos John Swords, a nuestra presidenta le vamos a poner Susan Day, si no le molesta a ella, queda mejor que Susana Díaz, menos tosco. El baile medieval de Los Seises en la catedral de Sevilla pasará a llamarse The Seises Dance in Cathedral. Dicen que usted, Obama, es tolerante con eso de que es de color negro claro y socialdemócrata a lo yanqui pero todo esto lo digo por si Donald Trump, ¿verdad?
Fíjese, ahora que los ingleses nos han mandado a todos a la Venta del Nabo y que por tanto el inglés no es o no tiene por qué ser idioma oficial de Europa, nosotros los europeos respondemos al odio con amor y les damos una bofetada sin mano porque, ¿qué culpa tienen ustedes los americanos de que sus padres fundadores sean tan suyos? Y además, ¿para qué cambiarnos de idioma? El de ustedes es más simple, tan sencillo como sus mentes made in USA. Y a eso de une que los que afirman que se quieren ir no se van a ir, ya se arreglarán, también dijeron los franceses y holandeses “no” a la llamada constitución europea y se hizo un apaño equivalente en el Tratado de Lisboa, es que la gente no entiende y Cameron es un posmoderno débil que no sabe de qué va esto de la democracia. En eso se parece a usted. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig