Me dirán seguramente que con la que está cayendo por esos mundos de Dios, el tema que voy a tratar a continuación es una frivolidad. Nada más lejos de mi ánimo. Después de una semana de puentes y secesiones varias, aún pueden parecer más desconcertantes mis cavilaciones, lo sé. Me arriesgo a la incomprensión, mas no puedo dejar de expresar mi desasosiego ante la última afrenta de los franceses.
No contentos con volcarnos los camiones en la frontera, ahora pasan a herirnos desgarradoramente la sensibilidad. Creo que tras todo esto subyace un rencor antiguo. No sólo les acabamos de dar la del pulpo en el Eurobasket, lo que creo que no nos perdonan es que nos hiciéramos tirabuzones con las bombas que tiraban los fanfarrones. Como la venganza es un plato que se sirve frio, han esperado un par de siglos para hundir el puñal bien hondo. Así, sin anestesia y por la espalda.
A los innumerables atractivos turísticos-históricos-culturales de la ciudad se une el carácter latino apasionado de sus habitantes. No en vano, innumerables estudios climatológicos, relacionan directamente el hecho de que las temperaturas mínimas nocturnas más altas de la Península Ibérica se den en Cádiz, con la fogosidad de sus habitantes. Otras ciudades con las mismas características geográficas de nuestro entorno, que no menciono por no hacer sangre, carecen de esta peculiaridad demostrable empíricamente con un vistacito diario a la Agencia Estatal de Meteorología.
No me malinterpreten, no digo que Cádiz sea un destino del turismo sexual, ni mucho menos. Pero lo que también es cierto, es que no podemos ni debemos soslayar nuestro potencial para atraer a esa franja de visitantes acomodados pero carentes de afecto. El dinero no da la felicidad amigos lectores y ellos/ellas lo saben. Si no lo supieran pues ya veranearían en Cataluña o el País Vasco, por poner un par de ejemplos así escogidos al azar.
El sangrante caso es que el emblemático Paris Match nos dedica un reportaje de cuatro páginas en las que, entre otras agudas observaciones, califica a uno de nuestros ediles como el “Varoufakis gaditano”.
Líbreme el cielo de entrar o salir en las capacidades gestoras, políticas, curriculares y demás temas y talentos que tenga este señor para llegar donde ha llegado y ocupar el cargo que ocupa. Lo que me preocupa a mí es la imagen que proyecta el Paris Match estableciendo esta similitud con Yanis, que como todo el mundo sabe, es conocido a nivel mundial por poblar las ensoñaciones de la mujer europea con sus discursos económicos academicistas.
Hay cosas que no se tocan, pero ellos no se paran en barras a la hora de perpetrar su venganza más ruin. Si no teníamos bastante con intentar neutralizar la imagen de Andy y Lucas cantando el himno en el Carranza, ahora esto: ¿Cómo serán entonces la Merkell gaditana o el Holland gaditano? Se preguntará media España y parte del extranjero.
Ahora que todo nos sonreía con nuestro nuevo puente tan rebonito, los gabachos conscientes de nuestra fortuna y envidiosos ellos de nuestro galibo, han decidido apuñalarnos por la espalda sin miramiento alguno.
Se impone un rápido contrataque para no perder el terreno ganado durante tantos años de buen hacer. Urge la aprobación de un crédito extraordinario en el Consistorio para enviar a Jesús Bienvenido (por poner otro ejemplo al azar) a hacer una turné allende los límites provinciales.
Eso sí, él solito. Sin comparsa, silvouple. DIARIO Bahía de Cádiz